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» Elterritorio
Fecha: 30/04/2025 02:18
Comprometida, dedicó su vida a formar actores mientras montó sus propias obras. Aguerrida, sostenía el arte ante todo martes 29 de abril de 2025 | 20:14hs. Instantánea, repentina, sorpresivamente letal. La muerte encuentra maneras eficaces de estremecernos y dejarnos en claro de que somos Más livianos que el aire, efímeros. Ese fue el sentimiento que arrojó la noticia de la muerte de Susana Armella el lunes por la noche. En un principio la negación, la sorpresa, el escudriñar efectiva pero respetuosamente la veracidad de la revelación. Luego, la desazón por la muerte súbit que arrebata y el recuerdo permanente de su ánimo incansable. Susana dedicó toda su vida al teatro, algo que amaba y defendía con mucho más que ahínco, con un espíritu que no compraba marquesinas y no temía enfrentarse a los políticos de turno. Entre los recuerdos que asoman de las últimas veces que nos cruzamos, resalta, por un lado, esa complicidad genuina que sabía compartir, ese acercamiento amistoso a quien trataba como un par, debatiendo sobre el arte y la creatividad de las nuevas puestas en la escena teatral misionera. Y por otro, su espíritu aguerrido, que no soportaba callar y alabar a los que no saben de políticas públicas culturales pero ostentan un mínimo de poder. Susana Armella nació en San Salvador de Jujuy pero construyó parte de su acervo creativo en Misiones. Recién llegada a Posadas, rastreó la escena local y se encontró con El Desván, esa meca teatrera que todavía levanta suspiros entre muchos. Inmediatamente forjó un lazo con los grupos de ese entonces y estrenó en la sala que dirigía Benito Del Puerto. Compañeros también en el Centro Cultural Vicente Cidade, Susana se dedicó, bajo la dirección de Benito y hasta fines del año pasado, a formar a niños y adultos en las armas del teatro, con convicción. Fue un pilar fundamental además para inspirar a su hija Ines Genesini, que, egresada de la carrera de dirección de teatro en Rosario, volvió a Posadas para desarrollarse e incluso compartir iniciativas. En diciembre de 2023, Susana fue distinguida como socia honorífica de la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA). Su obra más reciente, Más liviano que el aire estrenada en junio de 2023 fue celebrada en el último festival del teatro misionero y era un reflejo de la manera en que Susana entendía el teatro: un espacio lúdico, de entretenimiento genuino pero de reflexión y expresión colectiva. En la inauguración del cafecito del Vicente Cidade, en noviembre, Susana levantó la voz y fue tajante. Indignada con los funcionarios que confundían sesiones con funciones, plasmó que la gestión cultural se sostiene en mayor parte por quienes trabajan diariamenre en el espacio, más allá de los cargos que se suceden. Así, ensalzó una vez más a Armando Ortellado, que además de ser el jefe de los técnicos del lugar, está siempre atento a todo lo que acontece dentro de las paredes del Cidade. No dudó en hablar hasta con el Gobernador en persona, en ese momento, para transmitir su descontento. Es que la premisa de que el arte es trabajo estaba clarísima para Armella que buscaba darle un giro de calidad a cada propuesta. De ahí que no tolerara los ninguneos. En el verano, nos volvimos a ver en la vereda de la Murga de la Estación, y allí, la frescura de Amorar, afloraron su costado más alegre, ese que se regocijaba cada vez que veía algo valioso, algo que daba cuenta de que el teatro misionero no sólo no para de crecer, sino que lo hace fuerte y decisivo, con nuevos referentes, como ella buscaba apuntalarlo. z Relacionadas El frenesí de contar nuestra propia novela | El Territorio
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