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» Radiosudamericana
Fecha: 29/04/2025 22:50
Martes 29 de Abril de 2025 - Actualizada a las: 22:11hs. del 29-04-2025 RUMBO A LAS ELECCIONES “Un año picante y de reconfiguración política”, así describió el analista político y consultor Alberto Medina Méndez al 2025, un período donde la política argentina parece estar rompiendo sus viejas rutinas. El fenómeno Milei provocó no solo un cambio institucional, sino una transformación más profunda: la del vínculo entre la sociedad y la política. En charla con Radio Sudamericana, el consultor político Alberto Medina Méndez analizó cómo el calendario electoral provincial, desconectado del nacional, busca blindar a los gobiernos locales del ruido político de Buenos Aires. “Hace años que venimos viendo cómo los jefes territoriales se refugian en sus calendarios”, señala, en alusión a la lógica defensiva de muchos gobernadores. Pero lo que distingue a este año no es solo el cronograma electoral, sino el clima cultural. “Nos criamos pensando que los poderosos eran intocables, que el Imperio Romano no se iba a caer nunca… y también se terminó. Hoy la gente descubrió que tiene más poder del que pensaba”, lanza el analista. Esa ciudadanía empoderada, dice, está más dispuesta a hablar, a discutir, a interpelar. “Es la primera vez en la historia argentina que los pibes le pusieron un presidente a los padres. No hay antecedente de una generación que marque el rumbo político de otra”, afirma. Según Medina Méndez, esta irrupción juvenil, potenciada por redes sociales y nuevos formatos de comunicación, obligó a la política tradicional a repensarse. “Las redes horizontalizan. La conversación ya no es de arriba hacia abajo”. En ese terreno, Milei encontró su canal: “Fue un catalizador de un proceso previo de frustraciones y silencios acumulados”. La clase política, las corporaciones, los medios, quedaron al descubierto por una sociedad más activa, más harta, más demandante. En paralelo, los partidos políticos tradicionales se enfrentan a una paradoja cada vez más evidente. “En un lugar se alían, en otro compiten, en otro se ignoran. El mismo partido puede ser oficialista en una provincia y opositor furioso en otra. Esa lógica confunde al electorado y desdibuja las identidades”, señala Medina Méndez. Según su mirada, esta dinámica revela una “crisis de coherencia” que los viejos aparatos partidarios no logran resolver. “No hay proyecto nacional, hay conveniencias locales”, remata. Para el analista, uno de los grandes desafíos del oficialismo es comprender que el cambio cultural debe ir de la mano con una transformación institucional que contemple el carácter federal del país. “Argentina nació como una confederación. Si Nación hace cambios y las provincias no, el sistema no se consolida. Si Nación tiene superávit y las provincias no, es un problema. Si hace reformas allá, pero no en los 24 distritos, vamos a volver a lo mismo”, advierte. Y va más allá: “La seguridad, la salud, la educación son competencia casi exclusiva de las provincias. No las va a arreglar un decreto presidencial”. Las reformas, insiste, deben ser “más terrenales, más locales, más federales”. Uno de los puntos más críticos, según Medina Méndez, es la coparticipación. “Fracasó. Se pensó para lograr equidad y lo que tenemos es más desigualdad y más pobreza. Hoy las provincias tienen infinitamente menos recursos que la Nación. Si no reformamos eso, la minería, el agro o la energía seguirán beneficiando a unos pocos”. El país, dice, enfrenta una oportunidad única: “Los sectores que van a explotar económicamente están en el interior. Si las provincias pudieran aprovechar el 100% de esos ingresos, pasarían a ser un paraíso. Pero Argentina es una succionadora de recursos y todo va a parar a las grandes urbes”. En ese marco, el cambio más duradero no será solo económico o institucional, sino simbólico. “Ya no está bien visto el que no labura, el que vive del cuento. Hay un cambio de valores. Eso, más allá de los resultados electorales, puede ser el dato más relevante de este año”.
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