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  • Evangelio de hoy 23 de marzo, 2025 – SinLimitesGalvez

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    Fecha: 29/04/2025 13:29

    Evangelio de hoy – Pildorasdefe.net Domingo, 23 de marzo, 2025 Lecturas completas: Clic aquí y reflexiona Maria, Comparte el Evangelio a través de los botones de compartir y que el amor de Dios llegue a más personas. Dios te pague Facebook Twitter Telegram Whatsapp Oración de preparación Señor, hoy me llamas a la conversión, a dejar atrás lo que no te agrada. Tú eres el viñador paciente, que no se cansa de esperarme, que riega con ternura la tierra de mi alma, dándome tiempo para cambiar. Enséñame a morir a mi egoísmo, a dejar atrás lo que me aparta de Ti. Dame la fuerza para trabajar en mi interior, para crecer en el amor, la fe y la esperanza. Amén. (Qriswell Quero, Pildorasdefe.net) Maria, disfruta de un tiempo de paz en la mañana con la Oración del Día, para ponerte en la Presencia de Dios. Haz clic en el siguiente botón: Clic aquí para Orar Celebración de hoy Oración del Tercer Domingo de Cuaresma: Arrepentimiento Tercer Domingo de Cuaresma: arrepentimiento, Reconocemos el mal que hemos hecho y el bien que no pudimos hacer: Oración para el tercer Domingo de Cuaresma Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Domingo y Consagración Consagramos nuestro día al Señor y nos nutrimos de Su Eucaristía pidiendo paz y alegría en nuestras familias y por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy Jesús nos confronta con una verdad fundamental: la necesidad urgente de la conversión. Presta atención a las lecturas de hoy. Otras celebraciones: Santa Rebeca de Himlaya (Santa Rafka) fue una monja maronita mística que le pidió a Dios el sufrimiento y dedicar su vida a la oración: Biografía y vida Santo Toribio de Mogrovejo es el santo patrono de los obispos de América, y defensor de los indígenas: Santo Toribio Convocó 13 sínodos y fundó muchas parroquias Éxodo 3,1-8a.13-15. Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: «Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?». Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!». «Aquí estoy», respondió él. Entonces Dios le dijo: «No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa». Luego siguió diciendo: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios. El Señor dijo: «Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel. Moisés dijo a Dios: «Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?». Dios dijo a Moisés: «Yo soy el que soy». Luego añadió: «Tú hablarás así a los israelitas: «Yo soy» me envió a ustedes». Y continuó diciendo a Moisés: «Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre, y así seré invocado en todos los tiempos futuros». Salmo 103(102): El Señor es bondadoso y misericordioso. (R) Bendice, alma mía, al Señor, y bendice todo mi ser, su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. /R. Él perdona todas tus iniquidades, cura todos tus males. Él redime tu vida de la destrucción, te corona de bondad y compasión. /R. El Señor asegura la justicia y los derechos de todos los oprimidos. Ha dado a conocer sus caminos a Moisés, y sus obras a los hijos de Israel. /R. Misericordioso y clemente es el Señor, lento a la cólera y abundante en bondad. Porque como los cielos son altos sobre la tierra, así de grande es su bondad para con los que le temen. /R. 1 Corintios 10,1-6.10-12. Ustedes no deben ignorar, hermanos y hermanas, que todos nuestros padres fueron guiados por la nube y todos atravesaron el mar; y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un bautismo que los unió a Moisés. También todos comieron la misma comida y bebieron la misma bebida espiritual. En efecto, bebían el agua de una roca espiritual que los acompañaba, y esa roca era Cristo. A pesar de esto, muy pocos de ellos fueron agradables a Dios, porque sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Todo esto aconteció simbólicamente para ejemplo nuestro, a fin de que no nos dejemos arrastrar por los malos deseos, como lo hicieron nuestros padres. No nos rebelemos contra Dios, como algunos de ellos, por lo cual murieron víctimas del Ángel exterminador. Todo esto les sucedió simbólicamente, y está escrito para que nos sirva de lección a los que vivimos en el tiempo final. Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer! Lucas 13,1-9. En aquel tiempo, se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. Él les respondió: «¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera». Les dijo también esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: «Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?». Pero él respondió: «Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortará». Palabra del Señor.

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