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  • Perdón, Francisco: adiós al Papa desarmista

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 29/04/2025 12:52

    “La desigualdad es la raíz de los males sociales" (REUTERS/Yara Nardi) En estos días de sobreinformación sobre la vida de Francisco y el legado de su pontificado, leí una frase publicada en redes por la periodista e historiadora Luciana Sabina (@kalipolis), cuya expresión logró resumir la evolución de mi pensamiento y los sentimientos contradictorios que se me generaron desde la mañana en que me enteré de su fallecimiento: “Lamento tanto no haber valorado lo suficiente a Francisco [en vida] y dejarme llevar por el argentino que llevo dentro.” Efectivamente, como muchos compatriotas, caí en la mirada reducida del pequeño lente vernáculo que analiza los hechos desde la idiosincrasia local, convencido de que la Argentina es el centro del mundo y que todo lo que ocurre a su alrededor la tiene como protagonista o mártir, directa o indirecta. El Sumo Pontífice junto al "Papamóvil" (GRUPO RENAULT) Esa misma soberbia narcisista que nos hace creer que la única opinión válida es la nuestra, desmereciendo el pensamiento divergente del prójimo. Somos seres resilientes, que hemos sobrevivido a múltiples calamidades, y esa misma arista negativa de nuestras vidas, que nos lleva ilusoriamente a ponernos al frente del resto de la humanidad, también, paradójicamente, deriva en rasgos, temperamento y carácter distintivos. Nuestra colectividad, representada por la actividad de uno o más individuos, logra hacer lo que otros no hacen, porque hemos aprendido a sobrevivir y a solucionar problemas con lo que tenemos. Con nuestras particularidades y forma de ser, como la de este Papa futbolero y descontracturado en su hacer y en su discurso. En ese contexto de arrogancia microbiana, he estado “peleado” con Francisco, porque no supe entender muchos actos de su pontificado relacionados con la Argentina, soslayando que no sólo era el líder espiritual de millones de personas en el mundo, sino también el representante de un Estado más, y no cualquier Estado. No comprendí por qué recibía a personajes que, particularmente, entendía siniestros; por qué no involucraba su opinión conciliadora frente a la desgraciada “grieta argentina” o frente a conflictos puntuales de otras naciones. Y el árbol me tapó el bosque, que ahora es puesto de relieve por la totalidad del periodismo internacional, por la trascendencia que le han dado los líderes políticos principales del mundo, que han dejado de lado sus comprometidas agendas para ir a despedirlo en sus exequias, y por el hecho, remarcado por expertos extranjeros, de que este verdadero líder de la humanidad, porteño del barrio de Flores, actuó con una extraordinaria vida de austeridad y humildad que conservó e hizo cumplir hasta el momento de su inhumación. Todo lo que siempre reclamé de la Iglesia, a la que ahora, gracias a él, en su diseño de una comunidad inclusiva, en la que todos los que acudan puedan formar parte, vuelvo a ser partícipe. Fui testigo contemporáneo de lo sucedido y no lo pude ver. La muerte no santifica (pero sí los milagros, y habrá que ver si la reunión entre Trump y Zelensky en plenas exequias en el Vaticano resulta tal, al poner fin a la cruenta guerra entre Rusia y Ucrania), pero, en ocasiones como esta, que nos obligan a detenernos a pensar con detalle, haciendo una pausa en la vertiginosidad que fagocita nuestras existencias, me permitió percatarme de mi craso error de exigirle algo a alguien que tenía una responsabilidad y un compromiso exponencialmente mayores a mis inquietudes, y que, precisamente, las estaba resolviendo sin que pudiera advertirlas. Como Jesús, cuando le prometió el Paraíso al buen ladrón arrepentido que estaba siendo crucificado a su lado, evidenciando que nunca es tarde para la conversión y que la misericordia supera toda lógica humana, Francisco procuró hacernos recordar que no se responde al poder con más poder, sino con entrega total. Vista del funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el sábado 26 de abril de 2025. (AP Foto/Gregorio Borgia) El mismo pontífice que, al rogarnos a nosotros que rezáramos por él, en un gesto de humildad y necesidad espiritual, al considerarse un ser humano más, procuraba ser sostenido por la oración del pueblo en lo que pretendía hacer y pregonar. Porque sabía que se enfrentaría a grandes males, contra los cuales, aun siendo el líder espiritual de la Iglesia, le generarían profundas resistencias y rechazos, y el desprecio de los sectores que pensaban que un sudamericano (sudaca), que traía el bagaje de la resiliencia anticonservadora tercermundista, no podía o no debía involucrarse. A regañadientes (porque me daba contradictoria “bronca” coincidir con cosas —que ahora advierto eran muchísimas más de las que pensaba— que decía un Papa al que cuestionaba), lo he citado en algunos de mis trabajos de doctrina que guardaban relación con su teoría cristiana. Concretamente, lo relativo a las armas de fuego, la violencia y su claro criterio desarmista. El papa Francisco durante una audiencia en el salón Pablo VI, en el Vaticano (AP Foto/Andrew Medichini) A lo largo de su pontificado, Francisco ha condenado con énfasis la proliferación de armas y toda forma de violencia. Sus mensajes oficiales, entrevistas y discursos reiteran un no rotundo a la carrera armamentista y un llamado a la no-violencia activa. Como resumió el periodista Salvatore Cernuzio (Vatican News), el Papa “siempre ha estigmatizado la carrera armamentista y el tráfico de armas que florece destruyendo a los pueblos”, dando un “rotundo no a los armamentos y a su comercio”. Diez pronunciamientos de Francisco sobre el desarme a lo largo de su pontificado: 1) El origen de su mensaje: Papa Francisco y su criterio frente a la violencia desde 2013.Evangelii Gaudium (24 de noviembre de 2013): “La desigualdad es la raíz de los males sociales”. “La carrera armamentista no resolverá jamás los problemas. Las armas y la represión violenta, en lugar de traer soluciones, crean nuevos y peores conflictos” (n° 60). 2) Contra el negocio de las armas: crítica al comercio armamentista. Enero 2023: “Quienes fabrican armas son traficantes de la muerte”.“En vez de ayudarnos a vivir, hacemos esfuerzos para ayudarnos a matar”.Fratelli tutti (3 de octubre de 2020), n° 258: “La violencia no encuentra base en la fe cristiana. Ninguna guerra es justa si destruye al ser humano y su dignidad”. 3) El desarme nuclear: rechazo a las armas de destrucción masiva. 1° de enero de 2017, Mensaje Jornada Mundial de la Paz: “Suplico la prohibición y abolición de las armas nucleares”. “La disuasión nuclear y la amenaza cierta de destrucción recíproca no pueden servir de base para este tipo de ética”. “Suplico la prohibición y abolición de las armas nucleares” (EFE/ Fabio Frustaci) 4) Un llamado global: “Desarmen al mundo”. Fratelli tutti (2020), n° 262: “Con el dinero que se usa para armas y otros gastos militares, creemos un Fondo Mundial para eliminar el hambre y contribuir al desarrollo de los países más pobres”.“No glorifiquen el armamento. Promuevan la vida”. 5) Viajes y mensajes de paz: Sarajevo, 6 de junio de 2015. “¡Cuidado con quienes quieren crear odio para vender armas!”“Quienes siembran divisiones lo hacen por intereses económicos, políticos o ideológicos, y a menudo se benefician de la guerra”. 6) Mozambique, Maputo, 6 de septiembre de 2019. “Las armas y la represión violenta, en lugar de traer soluciones, crean nuevos y peores conflictos”. “El proceso de paz requiere paciencia, respeto mutuo y el reconocimiento de las heridas”. El funeral del papa Francisco en el Vaticano (AP Photo/Markus Schreiber) 7) Irak, Ur de los Caldeos, 6 de marzo de 2021. “¡Que callen las armas!” “Transformemos los instrumentos de odio en instrumentos de paz”. “La creciente proliferación de armas debe dejar paso a la distribución de alimentos para todos”. 8) Condena a las armas modernas: contra las armas tecnológicas y autónomas. Foro Globsec 2021 y G7 Puglia 2024: “Las armas autónomas letales son inadmisibles. Toda tecnología debe estar al servicio de la dignidad humana, no de su destrucción”. Spes non confundit (Bula Jubileo 2025): “Silenciar las armas es tarea urgente y definitiva” (9 de mayo de 2024). 9) Crisis climática y violencia: Dubái, 2 de diciembre de 2023, COP28. “¡Cuánta energía desperdicia la humanidad en tantas guerras! ¡Cuántos recursos en armamentos que destruyen vidas!” “Silencien las armas y creen un Fondo Global para acabar con el hambre”. El Sumo Pontífice recién electo el 13 de marzo de 2013 (REUTERS/Dylan Martinez/File Photo) 10) Últimos mensajes contra la violencia armada: 6 de enero de 2025, audiencia a empresarios: “En algunos países, las inversiones más rentables son las fábricas de armas. ¡Invertir para matar, estamos locos!” Marsella, 22 de septiembre de 2023: “La guerra se hace con las armas, no con la paz.” Con esta breve reseña de lo que Francisco pensaba y expresaba frente a los poderosos, sobre las armas y la violencia, me despido de esta verdadera “persona de bien” como ser humano en la tierra, y lo hago en términos futbolísticos, en esta pasión que compartimos:“Perdón, Francisco”.

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