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Federal » El Federaense
Fecha: 28/04/2025 19:40
La controversia se ha desatado en el Congreso de la República, donde un reciente reportaje ha expuesto las irregularidades en el nombramiento de Jacqueline Yessenia Lozano Millones como jefa del recién creado Centro de Modalidades Formativas. La elección de Lozano, militante del partido Alianza para el Progreso (APP), liderado por César Acuña, ha generado un debate significativo sobre las prácticas laborales y la transparencia dentro de esta institución. Lozano, a sus 36 años, apenas cuenta con el grado de bachiller en Derecho, obtenido en la Universidad Señor de Sipán, también vinculada a la familia Acuña. Sin embargo, su remuneración mensual supera los 19,000 soles, un monto que supera incluso el salario de los parlamentarios que la eligieron. Esto resulta paradójico considerando que, según el reglamento del Congreso, una persona con su nivel educativo deberÃa ocupar un cargo técnico con un sueldo aproximado de 6,000 soles. Una creación cuestionada El Centro de Modalidades Formativas, creado en septiembre de 2024, ha sido considerado por algunos expertos como una simple fachada para perpetuar el nepotismo y favorecer a aliados polÃticos más que una verdadera iniciativa para capacitar al personal del Congreso. Alejandro Rospigliosi, especialista en temas parlamentarios, argumenta que esta situación pone de manifiesto la falta de necesidad genuina detrás de la creación del centro, que parece estar más alineado con la agenda de favores polÃticos que con objetivos de desarrollo profesional. Un panorama desalentador Los ecos de esta polémica resuenan en los pasillos del poder, donde crece la desconfianza hacia la gestión del Congreso. Alcanzar transparencia en la administración pública se ha vuelto un desafÃo crÃtico, y estos recientes acontecimientos plantean preguntas serias sobre la ética y la equidad en la asignación de puestos dentro de la entidad gubernamental. Los ciudadanos exigen respuestas y una revisión de los procedimientos que dan pie a este tipo de nombramientos. La necesidad de una reforma que promueva no solo la meritocracia, sino también la dignidad en el servicio público, es más urgente que nunca.
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