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Parana » Uno
Fecha: 27/04/2025 15:34
Si cuesta llegar a fin de mes se priorizan otras cosas antes que la ropa interior. Pero con productos novedosos y ofertas, el mercado busca impulsar la demanda El uso de la ropa interior se remonta al año 5000 antes de Cristo. Fue el taparrabos el antecesor de los calzoncillos y bombachas que se utilizan hoy para mantener la higiene y evitar rozaduras e irritaciones, además de proporcionar comodidad y soporte. Pero además de esta finalidad, con el correr del tiempo la lencería fue cobrando mayor relevancia en los rituales de seducción, contribuyendo a avivar la pasión y estimular la imaginación, ayudando a fortalecer los vínculos emocionales entre las parejas, a crear un ambiente de intimidad y conexión entre los amantes. En este sentido, la lencería erótica hoy conforma un amplio mercado que se fue expandiendo y que, inmerso en el juego de la oferta y la demanda, no está exento de los vaivenes económicos y de las crisis que cada tanto golpean al país y obligan a recortar gastos. Así ocurrió en el primer semestre del 2024: este segmento en particular registró picos de caída históricos. Fue en un contexto en el que la demanda en numerosos rubros se precipitó drásticamente tras la devaluación de diciembre de 2023. Luego tuvo signos de recuperación, pero un gran número de consumidores admite que antes de reponer su ropa interior priorizan la compra de alimentos, medicamentos y el pago de servicios cuando les cuesta llegar a fin de mes. Incluso algunos admiten que si tienen un sobrante de dinero, prefieren darse un gusto en vez de comprar una prenda que no está a la vista y que por lo tanto pueden seguir usando pese a que tenga un desgaste, el elástico estirado o algún agujero que se pueda revertir con un zurcido o tal vez un parche. Ropa interior.jpg La ropa interior de hombre se puede conseguir a menor precio Los que postergan la compra de ropa interior En un sondeo de opinión sobre el tema realizado por UNO surgieron respuestas de las más diversas. Mabel, una de las personas que respondió a la consulta, analizó: “La ropa en general, incluida la interior, no es un gasto tan considerable si se tiene en cuenta todo el tiempo que se la puede usar. En cambio la compra de otras cosas, como alimentos, medicamentos y demás que debemos solventar a diario o con mayor frecuencia, cada vez son más difíciles de afrontar”. Y remató con humor: “Igual reconozco que me compro calzones una vez de 1.500”. Héctor, otro de los encuestados, asumió: “Teniendo en cuenta los elásticos vencidos y los agujeros, hace muchísimo que no me compro ropa interior”. Otras respuestas fueron una especie de confesión. Como la de Lily, que afirmó: “Hace mucho no compro, porque está muy cara”. O la de Marcelo, que aseguró con ingenio: “Cuando el agujero más chico te hace confundir por dónde va la pierna, ahí se pone en consideración la posibilidad de la adquisición de ropa interior nueva”. En el mismo tono Mauro aseguró que recién compra ropa interior cuando algún agujero en uno de sus calzoncillos crece hasta un tamaño amenazante. “Me tienen que tirar los boxer porque no les entra una aguja más”, subrayó. “Siempre un hilo y una aguja salvan las papas”, acotó Martín. Y Hugo añadió: “Me compré hace poco media docena de slip porque a los que tenía los mirabas y se rompían”. Vanina remarcó que hace más de un año que no compra prendas íntimas y argumentó: “Está todo carísimo y hay que recortar gastos superfluos”. En tanto Stella, con un tono más serio confió que lleva “unos cuantos meses” sin reponer su ropa interior debido a los precios, aunque afirmó: “Buscando se pueden conseguir oportunidades. Igualmente la ropa es una cuestión secundaria al lado de alimentos, medicamentos, estudios médicos que las obras sociales no contemplan, o los coseguros monstruosos que nos hacen pagar, y ni hablar del famoso plus, que sigue funcionando. Son recortes y más recortes, y agarrate si tenés que reparar un vehículo o algún desperfecto en la vivienda”. Cuantiosos comentarios fueron con el mismo temor, aceptando que hay otras necesidades que son inaplazables y que cuando apenas alcanzan los ingresos la compra de bombachas, corpiños y calzoncillos se posterga. Algunos priorizan la adquisición de ropa para sus hijos y, sólo si les sobra plata, reemplazan alguna tanga o algún slip en el matrimonio, según cuál prenda interior esté en una situación más apremiante. También están los que compran por cantidad cuando hay alguna oferta y con eso tiran bastante tiempo. Al respecto, Sebastián aseveró: “La ropa interior del hombre no es tan cara, y siempre hay alguna oferta de bóxeres en tiendas o en los supermercados. Quizás para la mujer es más complicado porque son más costosas estas prendas, partiendo de que son dos piezas”. Ropa interior.jpg “Calidad de vida” En la vereda de enfrente de quienes recortan gastos en la compra de ropa interior, están aquellos que consideran que es una adquisición que no debería dejarse de lado, ya que se trata de una inversión que se vincula de algún modo a la calidad de vida, por distintas razones. En este orden, Claudia respondió al sondeo manifestando que “la ropa interior no es cara, a menos que uno quiera algo de marca”, y aseveró entre risas: “El que no se compra es por rata. Y aunque también está quien prefiere renovar sólo lo que se ve, mi teoría es que comprarse ropa interior tiene algo que ver con la autoestima, aunque como no soy psicóloga como para opinar sobre eso”. María proclamó: “En mi caso, me compro todo el tiempo, porque me encanta”. En tanto, Fernanda certificó que se trata de atender una comodidad del cuerpo: “En promedio me compro tres bombachas al año y la misma cantidad de corpiños, aunque en este caso a veces son más, ya que al tener mucha lola suelen durarme menos porque se estiran”. Sobre el tema, Norma señaló: “La verdad que siempre que aparece alguien vendiendo medias y bombachas compro para ayudar, y no es algo tan caro. Se consiguen a muy buen precio en algunos locales, hay que saber comprar. Cuando tiro un corpiño inmediatamente como otro, o dos. Muchas veces no compramos porque nos olvidamos, pero más caros son los medicamentos”. Nancy compartió su experiencia y precisó: “Como decía Lita de Lázzari...´camine señora´. La semana pasada en ´los b olivianos´ compré ropa interior; hay lindos modelitos y el precio ahí es una ganga”. Ropa interior.jpg Para algunos renovar periódicamente la ropa interior es un gusto y para otros una necesidad. Un rubro que se reinventa Más allá de este mercado cautivo gracias a la valoración que muchos hacen de este tipo de prendas, vendedores del sector admiten que hoy se advierte una caída en la demanda. Así lo confirmó a UNO Fernanda, propietaria de un negocio de lencería femenina situado en la zona céntrica de Paraná: “Es tremenda la recesión que hay actualmente”, aseguró. No obstante, señaló: “Ahí nace la creatividad de todos los comerciantes y le vamos buscando la vuelta y encontrando la forma de atraer al cliente. Para eso hay muchísimos productos novedosos que presenta el mercado como para que la gente compre”. Sobre este punto, agregó con simpatía: “Una de esas cosas, por ejemplo, es la lencería comestible. Es como un caramelo de gel en forma de parches que se adhieren a la piel. Siempre le digo en chiste a la clienta que viene a comprar: ´que te inviten a cenar y vos ofrecés el postre´. Son saborizados, con gusto a frutilla o chocolate, y cuestan algo de 7.200 pesos. Están muy baratos”. Hablando de precios, señaló: “Hoy hay conjuntos que arrancan desde los 6.300 pesos en adelante que son muy lindos, muy sexys. Trabajamos mucho con lo que es erótico. Y más que nada buscamos traer talles grandes, talles reales, que es lo que más se vende, porque las mujeres tenemos cuerpos reales y ni siquiera las modelos de los catálogos tienen el cuerpo que sale en la foto”. Por otra parte, coincidió en que comprarse ropa interior nueva impacta en la autoestima: “El corpiño es como el zapato. Hay que encontrarle la forma adecuada para cada una, no te queda otra. A tu pecho no le va a ir el mismo corpiño que al mío. Así que hay que perder el prejuicio y probarse, y elegir lo que a una le quede bien para tener confianza en el propio cuerpo, que no es perfecto pero es hermoso tal cual es. Y eso se puede lograr con algo que a una la haga sentir cómoda. Eso se nota y se transmite, y si vos te sentís segura te comés el mundo”, ponderó. Asimismo, reflexionó: “La lencería hace que te puedas sentir linda, y es impresionante cómo le cambia la cara a una mujer cuando tiene la seguridad que le da ponerse un buen corpiño. Parece una pavada, pero realmente ayuda a mejorar la autoestima”. Ropa interior.jpg Complementar la oferta Diversificar la oferta contribuye a tener mayores ventas, y sobre este punto Fernanda explicó: “Nosotros vendemos las prendas que son para el uso diario, pero las que son para alguna ocasión especial son las que más llaman la atención. Aparte, cuando tenés una ocasión especial, ya te llevás un gelcito con efecto o un saborizado y demás. Y eso ayuda también a levantar la venta”. En este marco, observó que hay cada vez más personas se animan a sumar otros productos que aportan al erotismo en una pareja: “Me pasa seguido ver parejas de muchos años a las que la rutina las aplasta, y vienen buscando una solución para recrear la pasión, algo nuevo dentro de su vínculo y no fuera del vínculo. Y las relaciones sexuales son algo que sostiene el matrimonio, es una de sus patas fundamentales y hay que aggiornarse, buscar alternativas distintas, y todo lo que es consensuado es lícito. Deben tener buen diálogo, y acá se abren, empiezan a hablar, a conocer más empiezan sobre sus gustos, a decirse las cosas que quieren, a reírse, a tener complicidad. Porque hay mucho tabú en algo que es tan natural y tan sano como el sexo”, precisó. Ropa interior.jpg “También hay muchas mujeres en situación de soledad que prefieren, en vez de estar con personas desconocidas, tener amor propio, y eso es muy bueno. Y hay opciones para eso también. Hay una gran variedad y tratamos de hacer un asesoramiento personalizado, de explicarles, de decirles todos los pros y los contras de cada cosa, la diferencia entre un gel de base acuosa y un aceite, las distintas gamas que hay”, dijo, y ejemplificó cómo algún complemento mejora la vida sexual: “Hay ciertas enfermedades que te generan complicaciones y el gel te puede ayudar. Como en la diabetes, que resta capacidad de erección y hay geles que ayudan a potenciarla de una forma natural o a tener más rendimiento, sin químicos, sin pastillas que hagan mal al corazón. También en los tratamientos oncológicos, que generan más sequedad o que te bajan la libido, y ahí lo ideal es un multiorgásmico. Hay una amplia gama de soluciones”, prometió. Por último, contó que entre sus clientas hay desde jovencitas hasta personas mayores: “Vienen a hacer algún trámite al PAMI y después pasan por acá. Muchas mujeres son de una generación sin educación sexual y por ahí es importantísimo el asesoramiento, para que la palabra sexo deje de generar pudor, timidez, miedos”, concluyó.
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