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Federal » El Federaense
Fecha: 27/04/2025 11:25
En un partido que se tornó intensamente emotivo, el clima en San Lorenzo se desbordó con la llegada de la tensión y el caos. La situación se volvió aún más complicada cuando Enzo Copetti, delantero de Rosario Central, celebraba junto a sus compañeros tras anotar un gol decisivo. Fue en ese preciso instante que la alegría se transformó en miedo cuando cayeron artefactos pirotécnicos cerca del grupo. Un momento de celebración que se tornó trágico Los jugadores se agolpaban en el sector del córner izquierdo, disfrutando del triunfo momentáneo y abrazándose con el goleador. Sin embargo, la fase festiva se vio interrumpida con el estallido de las bombas de estruendo. La primera explosión hizo que los futbolistas se paralizaran, pero la segunda, aún más fuerte, lanzó esquirlas hacia ellos. Lesiones y angustia en el campo Entre los afectados estaba Lautaro Giaccone, quien fue alcanzado en la pierna por uno de los fragmentos. Con evidentes signos de dolor, el jugador se vio obligado a alejarse del tumulto, pero terminó en el suelo necesitando atención médica. La escena generó preocupación no solo en el campo de juego, sino también entre los hinchas que estaban siguiendo el encuentro desde las gradas. Discusiones y tensiones sobre el terreno A medida que la situación se desarrollaba, los jugadores de Rosario Central comenzaron a discutir con el árbitro Leandro Rey Hilfer, tratando de buscar una solución que les permitiera reanudar el partido. También surgieron protestas desde el equipo local, ya que alegaban un posible offside en la jugada de Copetti, controversia que fue revisada y finalmente desestimada por el VAR. Fuera del campo: caos en las tribunas La situación no solo se limitó al campo de juego, ya que en las tribunas también se vivió un clima de agitación. Se observó a grupos de aficionados movilizándose rápidamente hacia la salida, lo que generó la sospecha de que una pelea o protesta podía estar en marcha. Finalmente, Giaccone pudo reincorporarse al encuentro, el cual se extendió por cinco minutos adicionales, aunque el marcador permaneció inalterado. Sin embargo, el temblor de los eventos vividos hacía eco en los cimientos del Nuevo Gasómetro, recordando a todos los presentes que el fútbol, a veces, puede ir más allá de un simple juego.
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