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  • Las vacunas salvaron cada día 6 vidas por minuto en los últimos 50 años

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/04/2025 04:58

    Desde 1974, las vacunas han salvado 154 millones de vidas en todo el mundo, seis vidas por minuto según la Organización Mundial de la Salud. (Europa Press) La inmunización es una de las intervenciones de salud pública más exitosas y reconocidas en la historia de la humanidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1974 las vacunas han salvado al menos 154 millones de vidas, lo que equivale a seis vidas cada minuto, cada día, durante los últimos cincuenta años. Según el propio organismo, las vacunas salvaron cada día 6 vidas por minuto desde los últimos 50 años. Este hito fue celebrado en el marco de la 23ª Semana de Vacunación en las Américas (SVA) y la 14ª Semana Mundial de Inmunización, organizadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) bajo el lema “La inmunización para todas las personas es humanamente posible”. La inmunización previene entre 3,5 y 5 millones de muertes al año, es un pilar esencial de la atención primaria de salud y la seguridad sanitaria mundial. (AP Foto/LM Otero) El evento, que se desarrolla del 26 de abril al 3 de mayo de 2025, hace un llamado claro: “Tu decisión marca la diferencia: Inmunización para todos”. Esta consigna pone el foco en la responsabilidad colectiva de proteger a las comunidades a través de una herramienta tan sencilla y accesible como la vacuna. Frente a la creciente reticencia a la vacunación, identificada por la OMS como uno de los diez riesgos más grandes para la salud pública mundial, las autoridades buscan recordar el impacto transformador que tiene la decisión individual de vacunarse. El papel de la inmunización no se limita a la protección de quien la recibe. Se trata de un compromiso comunitario que, al igual que el acceso al agua potable o al saneamiento, garantiza comunidades más saludables, activas y productivas. La OPS remarca que la vacunación, durante toda la vida, es crucial para optimizar la salud pública y cortar la transmisión de enfermedades infecciosas entre generaciones. En línea con esta premisa, Sinan Atlig, presidente de Pfizer en América Latina, destacó: “Nuestra aspiración es transformar radicalmente la prevención de enfermedades infecciosas para que personas de todas las edades puedan vivir más tiempo y con mejor salud, por eso, nos unimos a la campaña de la OPS, alineada con la ‘Iniciativa para la Eliminación’, cuyo objetivo es acelerar la erradicación de más de 30 enfermedades transmisibles y afecciones relacionadas para 2030, 11 de las cuales son enfermedades prevenibles mediante vacunación”. La Semana de Vacunación en las Américas reúne cada año a más de 40 países para impulsar la inmunización en poblaciones vulnerables. (AP foto/Mary Conlon, archivo) Las cifras acompañan la magnitud de la tarea. Cada año, la inmunización previene entre 3,5 y 5 millones de muertes, funcionando como un pilar insustituible de la atención primaria de salud. Además, representa una de las estrategias más efectivas contra la resistencia antimicrobiana, una amenaza creciente en todo el mundo. La Semana de Vacunación en las Américas nació en 2002 como una respuesta regional al último brote de sarampión endémico en el continente. Ante aquella emergencia, los ministros de Salud de la subregión andina propusieron una campaña sincronizada de vacunación para llegar a las poblaciones más vulnerables y cortar la circulación viral. Desde entonces, la iniciativa se ha consolidado como un motor clave de equidad en salud, llegando a más de mil millones de personas en toda la región. Bajo el lema Vamos cuidando la piel, la OPS celebra la Semana Mundial de Inmunización destacando el valor de las vacunas en toda la vida. Actualmente, la situación sanitaria presenta nuevos desafíos. A pesar de que en 2016 la Región de las Américas había sido declarada libre de sarampión, hoy enfrenta nuevamente brotes de esta enfermedad. Esta realidad reafirma la necesidad de reforzar las estrategias de vacunación, especialmente en las comunidades de difícil acceso, como las zonas rurales, fronterizas, periferias urbanas y pueblos indígenas. La OPS insiste en que la vacunación no debe verse como un acto aislado, sino como parte de un proceso integral que acompaña a las personas a lo largo de su vida. El objetivo es identificar momentos críticos para inmunizar y proteger contra complicaciones graves, en especial en grupos de alto riesgo. Inmunizar a quienes viven con enfermedades crónicas es una prioridad que gana cada vez más visibilidad. Las personas con diabetes tipo 1 y tipo 2, por ejemplo, enfrentan un mayor riesgo de hospitalización o muerte ante infecciones prevenibles. De igual modo, quienes padecen enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares o afecciones cardiovasculares pueden sufrir graves complicaciones si contraen influenza u otras enfermedades evitables. El acceso equitativo a la vacunación protege a comunidades rurales, indígenas y fronterizas que no tienen servicios regulares de salud. (AP Foto/Hajarah Nalwadda, Archivo) Lo mismo sucede con quienes tienen enfermedades hepáticas crónicas, patologías pulmonares como asma o EPOC, enfermedad renal crónica, sistemas inmunitarios debilitados o condiciones oncológicas. La vacunación en estos grupos no solo protege contra infecciones inmediatas, sino que también previene secuelas y complicaciones a largo plazo. Graciela Morales, vicepresidenta del Área Médica para Vacunas en Mercados Emergentes de Pfizer, resumió el alcance de este impacto: “Hoy en día, muchas personas se benefician de la inmunización como medida de prevención de enfermedades infecciosas en todas las etapas de la vida, desde bebés hasta adultos mayores. Nuestra amplia trayectoria en investigación y desarrollo de vacunas se remonta a más de un siglo. A lo largo de los años, Pfizer ha desempeñado un papel fundamental en la eliminación de enfermedades infecciosas mortales a nivel mundial; nos enorgullecemos de nuestras contribuciones a este profundo impacto en la salud pública”. La SVA también impulsa el acercamiento a poblaciones históricamente marginadas. Cada año, más de 40 países y territorios se coordinan para organizar actividades de vacunación dirigidas a migrantes, comunidades indígenas, habitantes de zonas de frontera y de franjas urbanas vulnerables. La premisa es sencilla pero poderosa: ningún niño, adolescente o adulto debe quedar fuera de la protección que ofrecen las vacunas. Los expertos señalan que las vacunas no solo salvan vidas, sino que también reducen la carga económica de las enfermedades sobre los sistemas de salud, evitan hospitalizaciones y previenen pérdidas de productividad. Por eso, asegurar coberturas vacunales altas es una inversión en el bienestar social y económico de los países. Un niño recibe la vacuna contra la polio durante una campaña contra la polio en las afueras de Jalalabad. La prevención como herramienta de equidad en salud La inmunización emerge hoy como una estrategia que no solo combate enfermedades infecciosas, sino que también combate desigualdades. Acceder a vacunas seguras y eficaces sigue siendo un reto para millones de personas en todo el mundo, en particular para quienes viven en zonas alejadas o en condiciones de pobreza extrema. La Semana de Vacunación en las Américas reafirma el compromiso de los gobiernos y organizaciones regionales para cerrar esas brechas y alcanzar a quienes más lo necesitan. Las actividades de la SVA incluyen campañas puerta a puerta, jornadas comunitarias, vacunaciones en centros escolares, puestos móviles en zonas rurales, caravanas de salud y acciones especiales en pasos fronterizos. Estas acciones, que muchas veces requieren atravesar ríos, montañas o selvas, se convierten en un testimonio del esfuerzo de los profesionales de la salud para garantizar que las vacunas lleguen hasta el último rincón. La historia de la SVA demuestra que, con voluntad política y cooperación regional, es posible superar enormes barreras logísticas y culturales. Desde su creación en 2002, la iniciativa ha demostrado que la vacunación no es solo una medida sanitaria, sino también una herramienta de inclusión social. ARCHIVO - Una mujer espera a que su hijo reciba la vacuna R21/Matrix-M en el centro de salud Agudama-Epie en Yenagoa, Nigeria, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Sunday Alamba, Archivo) Una meta compartida hacia 2030 La mirada hacia el futuro no pierde de vista el horizonte de 2030, año en el que la OPS, junto a sus socios internacionales, aspira a eliminar más de treinta enfermedades transmisibles y afecciones relacionadas. De esas, once son prevenibles mediante vacunas. Lograrlo requerirá mantener el ritmo de innovación en el desarrollo de nuevas vacunas, fortalecer los sistemas de inmunización y, sobre todo, reconstruir la confianza pública en los programas de vacunación. El desafío es inmenso, pero también lo es el compromiso. Cada dosis administrada hoy acerca a las sociedades a un futuro con menos enfermedades, menos desigualdad y más oportunidades de vida saludable para todos. La inmunización se presenta como una decisión que trasciende lo individual, que impacta en el destino de las comunidades y que, cuando se toma de manera colectiva, transforma el curso de la historia.

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