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  • La Casa del Gobernador Pedro Ferré

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 27/04/2025 01:14

    Por Gustavo Sorg Miembro de la Junta de Historia de Corrientes y de la Academia Argentina de la Historia Especial para El Litoral En la ciudad existen muchas casonas antiguas que sobrevivieron al avance del “progreso”, expresión muy utilizada en las últimas décadas del Siglo XIX para justificar el reemplazo de antiguas edificaciones por construcciones “modernas”. Complementan a estas antiguas propiedades las memorias urbanas plagadas de mitos que nos enumeran a los visitantes ilustres que se alojaron en tal o cual casa, siendo la mayoría de ellas imaginarias e imposibles de corroborar. Así por ejemplo nos encontramos con la casa que perteneció al gobernador Juan Bautista Méndez en el Club San Martín, siendo que lo que subsiste restaurado hoy día son parte de las edificaciones de una antigua Escuela de Niñas edificadas en el año 1874 . O la Casa que fue del gobernador Ferre que estuvo en la calle Vera, de la que se conserva una fotografía, demolida para la ampliación del complejo de Vías Navegables, que si bien fue de su propiedad, la habitó su hijo Vicente Ferre hasta el año 1886 en que la vendió. Sin embargo, a todos los aficionados a las antigüedades urbanas se les pasó por alto una antigua propiedad que fue la última morada familiar del gobernador Pedro Ferre. La familia Ferre tuvo su solar primitivo en el Barrio de la Rosada cuando se radicó en Corrientes, por la hoy calle Placido Martínez casi Córdoba, donde nació el futuro gobernador Pedro Ferre allá por el año de 1788, vecindario en el que se radicaron varias familias españolas que llegaron en esa época, como ser las de Vidal, Barria y otras más. Allí creció Pedro Ferre en una zona donde existían pequeños astilleros y trabajaban los calafates y carpinteros de rivera. El mayor de los astilleros pertenecía al andaluz José María Duran, que a su fallecimiento los terrenos fueron adquiridos por Pedro Ferre, donde fundó su astillero en el puerto denominado San Salvador. Con el ascenso de Ferre a la primera magistratura de Corrientes y su numerosa familia, le fue forzoso con el tiempo procurarse una casa más central y próxima a las dependencias de gobierno. En el año 1831 adquirió de Rosa Casajús de Casajús la casa ubicada en la esquina Noroeste de las actuales calles Plácido Martínez y Buenos Aires, señora viuda que entonces residía en la zona rural de las Saladas con la familia de su hija Rosa Casajús de Cabral. Al año adquirió la casa contigua al Sud sobre la calle Buenos Aires, también a la familia Casajús. En ese terreno Pedro Ferre edificó su hogar familiar con su frente sobre la calle Buenos Aires y amplios ventanales con una hermosa vista al Paraná sobre la calle Plácido Martínez. El terreno entonces era de un tamaño considerable, teniendo un gran fondo que llegaba hasta las hoy dependencias de la Policía Federal, donde abundaban los clásicos árboles frutales que todas las antiguas propiedades supieron tener. Allí vivió Ferre con su familia hasta fines del año 1842, cuando por cuestiones políticas se vio obligado a exiliarse en la localidad brasilera de San Borjas, donde se mantuvo con su antiguo oficio de carpintero de rivera y se dedicó a escribir sus memorias. En el año 1848 ya regresó a Corrientes, pero no por mucho tiempo, trasladándose luego a la provincia de Entre Ríos y después definitivamente al partido de Belgrano en la provincia de Buenos Aires por el año de 1862. Durante las ausencias de Ferre, la casa continuó siendo habitada por algunos de sus hijos mayores. En el año 1864 Ferre regresó por última vez a su casa, comisionado por el gobierno nacional para facilitar una expedición al Chaco, pues tenía una buena opinión y amistad con los caciques tobas del Chaco. Y así fue que el 29 de febrero de 1864 se celebró en su casa un tratado con los caciques principales que quedó inmortalizado con una fotografía en los fondos de la propiedad, donde se lo observa ya viejito sentado en el centro. Al año siguiente se produce la invasión paraguaya a la provincia de Corrientes y la casa de Ferre fue ocupada circunstancialmente por el ministro paraguayo José Berges, porque fue la residencia elegida para hospedar al presidente Francisco Solano López en una proyectada visita a la ciudad de Corrientes, que nunca llegó a concretarse. Desalojada la ciudad de los invasores paraguayos, hospedó en dos oportunidades al presidente Bartolomé Mitre. La primera vez el domingo 10 de febrero de 1867, cuando arribó el presidente a bordo del Guardia Nacional, acudiendo a la casa de Ferre una numerosa concurrencia “vitoreando a tan ilustre huésped”. Por la tarde fue invitado el presidente por el gobernador Evaristo López para realizar un recorrido por la ciudad, acompañados por el coronel Fermín Alsina, permaneciendo en la ciudad hasta las 7 de la tarde, cuando se embarcó con destino a la ciudad de Rosario, donde iba a establecer su cuartel general para sofocar la revolución de los Colorados. La segunda visita se produjo el 13 de enero de 1868, cuando el presidente se dirigía a Buenos Aires para reasumir la presidencia por fallecimiento del vicepresidente. En esta ocasión se hospedó hasta el día siguiente, pues en la noche se le agasajó con un gran baile, partiendo en la mañana siguiente del 14 de enero con destino a Buenos Aires a bordo del Pavón, con una escala prevista en la ciudad de Paraná .Fallecido Pedro Ferre en el año 1867 en su casa de Belgrano, se realizó al año siguiente la partición extrajudicial de sus bienes entre sus herederos, siéndole adjudicada la casa esquina y la contigua a sus hijas Encarnación Ferre de Virasoro, Gregoria Rosa Ferre y a los herederos de su hija Mercedes Ferre de Igarzábal, ya fallecida. Con el transcurso del tiempo los derechos de la casa esquina fueron adquiridos en su totalidad por Carmen Igarzábal de Mantilla, casada entonces con David Antonio Mantilla, pasando luego a sus descendientes de este apellido, por lo que fue conocida desde entonces con la denominación de “Casa Mantilla”, perdiéndose desde entonces la memoria de su primitivo propietario, el gobernador Pedro Ferre.La casa, que hoy se encuentra en un avanzado estado de deterioro, debería ser revalorizada por las autoridades provinciales y colocada en ella una placa conmemorativa de tan ilustre gobernador que tuvo nuestra provincia.

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