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» Diario Cordoba
Fecha: 26/04/2025 05:14
«Estos chavales son oro puro». Baltasar Jiménez acumula más de 40 años de experiencia como soldador y es docente de formación para el empleo desde 1986, con 33.000 horas de clase a sus espaldas y lleva tres semanas admirado por el trabajo de una decena de migrantes. Todos ellos participan en el programa de Empleo Aceleradores Go de Cruz Roja dirigido a jóvenes que no están estudiando ni trabajando, a los que se forma en algún oficio para aumentar sus oportunidades de empleabilidad. Clara Gutiérrez, profesional del Servicio Multicanal de Orientación de la entidad, explica que en este programa estudian el mercado laboral de la provincia para saber qué perfiles se están demandando. «Las empresas necesitan muchos soldadores, por eso propusimos este curso», comenta, que está desarrollando para Cruz Roja la empresa Man. Baltasar Jiménez está encantado con este grupo, «el mejor que he tenido en la vida», dice sin dudar, mientras enseña la calidad de las piezas soldadas por los jóvenes después de once días de clase. El docente Bartasar Jiménez con el grupo de alumnos y personal de Cruz Roja. / Manuel Murillo El secreto de su aprendizaje, según el profesor, es su concentración y motivación. «Yo siempre digo en clase que nosotros ponemos todo menos las ganas y estos muchachos tienen muchísimas ganas de aprender para trabajar cuanto antes». Prueba de ese interés es que, aunque la mayoría lleva entre seis meses y un año en España, todos hablan el suficiente español no solo para entenderse y comunicarse con el resto, sino para comprender las explicaciones técnicas y el vocabulario que incluye un oficio como este. «Es alucinante, esta es una profesión que supone mucho sacrificio, yo me formé en Montilla y la maestría fueron cinco años», recuerda. «También yo estuve muy motivado, porque mi padre me dijo que no iba a salir ni un día hasta que acabara, así que me apliqué al máximo». Mohamed muestra uno de los ejercicios de soldadura hecho por él. / Manuel Murillo Los alumnos han causado la admiración de su profesor, con más de 40 años de experiencia, por su excelencia y profesionalidad. «Es el mejor grupo que he tenido en la vida», afirma Hay demanda de soldadores en muchos sectores, como la construcción, el frío industrial, el ferroviario, el naval... así que en Cruz Roja confían en que todos tendrán trabajo pronto. «Si yo fuera empresario, vendría aquí a ver cómo trabajan porque no van a encontrar nada igual, son muy disciplinados, no pierden el tiempo y trabajan con una precisión increíble», añade. Y eso que, salvo alguna excepción, nunca habían visto antes un soplete. Mamadou tiene 20 años, viene de Mali y lleva 9 meses en España. «En mi país, trabajaba en la agricultura, me apunté al curso porque me gusta, el calor no me molesta y no me parece muy complicado». Cheikh tiene 22 años y es de Senegal, donde trabajaba como conductor de coche. «Me gusta ser soldador, tenemos un buen profesor y el sueldo es bueno», afirma. Baltasar Jiménez explica, con ayuda de una pizarra, conceptos técnicos del oficio de soldador. / Manuel Murillo Según Baltasar, el sueldo inicial de un profesional en el sector puede estar en unos 1.600 euros, pero según la especialización y los centímetros de soldadura que se puedan realizar en un día puede alcanzar los 4.000 «y hasta los 6.000 euros». Bárbara Rodríguez es orientadora laboral y cuenta que cuando hicieron el sondeo para saber qué trabajo podían ofrecerles se dieron cuenta de que «hablaban mucho de electricidad, albañilería y soldadura». Es algo que se les da bien, «son muy habilidosos con las manos y trabajan concienzudamente». Habrá que tomar nota. Suscríbete para seguir leyendo
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