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  • Criptomoneda, estafa y secuestro extorsivo: la historia de los colombianos que fueron condenados en Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 26/04/2025 02:34

    La Justicia sentenció a los involucrados en el secuestro extorsivo de Juan José Benavides Velásquez a penas de entre 3 y 11 años de cárcel El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de San Martín condenó a una banda de colombianos y dos cómplices argentinos que secuestraron al presunto líder de una estafa piramidal y su familia en 2022. Luego de que colapsara la criptomoneda Daily, el gurú financiero se refugió en barrios privados de Pilar y José C. Paz, en el conurbano bonaerense. Un grupo de supuestos damnificados viajó a la Argentina para exigirle una compensación de 10 millones de dólares, según se pudo probar en el juicio. Los extranjeros pidieron perdón y reconocieron los hechos antes escuchar la sentencia, en la que hubo penas de entre 3 a 11 años de cárcel. Carlos Andrés Valencia Montaño es oriundo de Cali, tiene 38 años y un título de diseñador gráfico. Es, además, uno de los secuestradores que acaba de condenar la Justicia. En 2020, plena pandemia, escuchó rumores sobre una criptomoneda que pagaba rendimientos diarios de 0.5%, de lunes a viernes. Aunque al principio desestimó la inversión, algunos meses después se animó a entrar porque tenía conocidos que estaban ganando plata de esta manera. Valencia Montaño vendió una casa y un departamento para invertir en un proyecto inmobiliario sustentado con Daily, según contó en su declaración durante el juicio. Sus cómplices -y cientos de personas en Colombia- pasaron por algo similar. En 2021 la criptomoneda se hizo muy conocida gracias a la difusión que le dieron varios influencers en redes sociales, y a partir del boca a boca entre quienes ingresaban al esquema. Todo se desmoronó en febrero de 2022. Acorralado por los reclamos de quienes perdieron sus ahorros, Juan José Benavides Velásquez, señalado como el fundador de Daily, escapó a la Argentina con su bebé, su ex pareja y su ex suegra. Los damnificados se organizaron en un grupo de Telegram llamado “Daily Estafa”, que al día de hoy cuenta con más de 700 participantes. En ese chat surgió la idea de viajar a Buenos Aires para exigirle el dinero adeudado a Benavides Velásquez -que está bajo investigación de la Justicia colombiana-, aunque tuviera que ser por las malas. Antes de que todo se descontrolara hubo diálogos menos hostiles, aunque no exentos de una cuota de criminalidad. Es que el supuesto estafador aceptó reunirse con sus acreedores para llegar a un arreglo, una vez que se enteró que estaban en la Argentina. Según revelaron los detenidos, en una de esas reuniones Benavides Velásquez les habría propuesto simular su secuestro para engañar a su propia madre, y que esta les entregara a los delincuentes casas que estaban a su nombre. “La única manera de obligarla a venderlas era haciéndole creer que su hijo estaba en peligro”, contó uno de los colombianos. Finalmente la idea no prosperó, y el grupo optó por tomarlo como rehén de verdad. Juan José Benavides, creador de Daily. Foto: Fiscalía de Colombia Según determinó en su investigación el fiscal federal Sebastián Bringas, la banda no improvisó: vinieron al país dispuestos a ejecutar el secuestro y contaban con conocimientos y recursos para hacerlo. Pretendían que el gurú cripto les entregara 10 millones de dólares. En el banquillo de los acusados hubo ocho personas oriundas de distintas partes de Colombia señaladas como coautores del plan criminal. Sin embargo, los investigadores dejaron en claro que participaron más delincuentes -en ambos países- que no pudieron ser identificados. Además, la banda contó con la complicidad de dos ex agentes de la Policía Bonaerense, José Juan de Dios Romero (será juzgado más adelante, por problemas de salud) y Fernando Daniel Canda. También participó el chofer argentino Fernando Magallanes. Este último fue el único que sostuvo su inocencia. Según justificó, él no estaba enterado de las maniobras delictivas y solo se dedicaba a manejar. El primer secuestro fallido El 30 de julio de 2022, alrededor de las 18:30, se ejecutó un intento frustrado por secuestrar a Juan José Benavides Velásquez. Fue en el estacionamiento del shopping “Torres del Sol”, ubicado en el kilómetro 50 de la autopista Panamericana, en Pilar. De acuerdo a la investigación, los ex policías Canda y De Dios Romero -junto a otras dos personas no identificadas- fueron a buscarlo en dos autos, un Fiat Siena y un Nissan March. Benavides Velázquez iba en su camioneta Baic X35 Luxury, acompañado por su custodio, identificado como C.A.M.A. Los interceptaron armados y disfrazados de policías. Simularon un operativo para detenerlos. Al guardaespaldas le ataron las manos con precintos, y cuando intentaron subirlo al Fiat Siena se resistió. En ese forcejeo el financista corrió hacia un local gastronómico y gritó pidiendo ayuda, lo que obligó a los ex policías a abortar el plan. Por este episodio el ex agente Canda recibió una pena de 3 años de cárcel, al ser declarado coautor del delito de privación ilegítima de la libertad agravado por haber sido cometido simulando autoridad pública, en grado de tentativa. El segundo secuestro: una semana en cautiverio Tras el fracaso inicial, la banda activó un plan B. Alquilaron la casa ubicada en el lote 138 del Country Golf Club Argentino, en José C. Paz. A pocos metros, dentro del mismo barrio privado, vivían la ex mujer de Benavides Velásquez, su bebé y su ex suegra. El creador de la criptomoneda, en tanto, residía en Estancias del Pilar. En el mediodía del 12 de agosto, entre cuatro y seis hombres abordaron por la fuerza a la mujer cuando había salido a recibir al sodero. La redujeron junto a su madre, y así los colombianos tomaron el control de la casa. Les dijeron que eran miembros del “Cartel de Otoniel”, algo que no se pudo verificar en esta causa. Esa noche, sin sospechar nada, Benavides Velásquez llegó al Country Golf Club Argentino para ver a su hijo. Lo acompañaba su custodio, de quien se separó justo antes de llegar porque lo mandó a comprar cigarrillos. Apenas entró al domicilio, los secuestradores lo maniataron, le taparon los ojos y lo encerraron en el subsuelo. Lo mismo le hicieron al guardaespaldas cuando volvió del kiosco. Luego, los colombianos decidieron separar a las víctimas. Las mujeres y el bebé estuvieron secuestradas en un domicilio de Pilar, en la calle Pedro Lagrave, y después en los hoteles Pulitzer y Lumiere, de la Ciudad de Buenos Aires. Ya en la mañana del 13 de agosto, dos secuestradores aprovecharon que el custodio tenía acceso a Estancias del Pilar. Entonces fueron a la casa de Benavides y le robaron casi toda su ropa, 20.000 dólares, dos celulares, cuadernos con contraseñas de billeteras digitales, dos computadoras, un reloj Rolex y dos cadenas de oro blanco con diamantes. El guardaespaldas fue liberado al día siguiente. Lo obligaron a tomar un vuelo de “Fast Colombia” de regreso a su país, donde le avisó a la familia de su empleador sobre el secuestro. Fue entonces que los captores se comunicaron con un tío de la víctima, a quien le exigieron los 10 millones de dólares a cambio de liberar a todos. Durante toda esa semana continuaron las negociaciones, con extorsiones y agresiones físicas y psicológicas -que fueron calificadas como “torturas” durante el juicio- de por medio. Luego de seis días privada de su libertad, la ex pareja del presunto estafador cripto les ofreció a sus captores un departamento en Cali, Colombia, a cambio de su libertad. Aceptaron, y el 19 de agosto las llevaron desde el hotel Lumiere hasta el Aeropuerto de Ezeiza. La idea era que viajaran a su país, bajo amenaza, para concretar la transferencia de la propiedad. Nada de eso ocurrió. El Ministerio Público Fiscal había enviado horas antes una alerta a Migraciones por la desaparición de las víctimas. El personal del organismo impidió que abordaran el vuelo y puso a las mujeres y al bebé a resguardo, luego de una semana en cautiverio. Por esas horas, la investigación estaba avanzada y la policía tenía ubicada al menos a una parte de la banda. Para el 20 de agosto, en el noveno día de secuestro, Benavides Velásquez era retenido en una casa del barrio Irizar de Pilar. Casi todos los traslados que hacía la banda para mantenerse en las sombras eran en auto, pero esta vez dieron un paso en falso: salieron a pie del domicilio en el que estaban junto con el presunto estafador cautivo. Los agentes que hacían tareas de inteligencia en el lugar reaccionaron rápido para detener a los sospechosos y liberar a la víctima. En ese momento fueron aprehendidos Ancizar Faurecio Echevarría Porras, Mayra Alejandra Gutiérrez Moreno, Ricardo Tito Viera Benítez y Carlos Andrés Valencia Montaño. Horas más tarde, en dos operativos casi simultáneos, cayó el resto de la banda: Néstor Alonso Hoyos Orejuela, Ronaldo Edgardo Ávila Ortega, Alejandro Steven González Ortiz, Diego Alejandro Zapata Valencia y Fernando Magallanes. Además, en los allanamientos se secuestraron armas y municiones que usaron para amenazar a la familia. Las condenas De acuerdo al fallo del TOC N° 4 de San Martín, los colombianos fueron coautores del delito de secuestro extorsivo agravado por tratarse una de las víctimas de una menor de edad, por haber participado del hecho tres o más personas y por haber sido cometido con intimidación contra las víctimas cautivas mediante el empleo de armas de fuego, en concurso ideal con el delito de robo doblemente agravado por haberse cometido con arma de fuego, en poblado y en banda, y tenencia ilegal de armas de fuego; todo ello en concurso real con el delito de privación ilegítima de la libertad agravado por haber sido cometido simulando autoridad pública, en grado de tentativa; y agravado por el empleo de arma de fuego. Por esa extensa calificación legal, el grupo que cayó en la estafa piramidal deberá cumplir penas de 11 años de cárcel. Magallanes, el chofer argentino, fue declarado culpable de los mismos delitos, aunque no como coautor, sino como partípe secundario. Su sentencia fue de 5 años. En sus últimas palabras, previo a la finalización del juicio, todos los colombianos pidieron perdón y dijeron estar arrepentidos de sus actos. Algunos lloraron al recordar a sus familiares, muchos de los cuales también perdieron todo con la criptomoneda Daily. La defensora Estela Maris Rizzo Báez, que representó a la mayoría de los secuestradores, solicitó al tribunal que tuviera en cuenta que actuaron bajo un trastorno psicológico derivado de un trauma colectivo, “comparable con el síndrome que sufren veteranos de guerra o víctimas de desastres naturales”.

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