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» Elterritorio
Fecha: 25/04/2025 21:17
En un giro inesperado, Francisco habría firmado dos cartas que confirman la exclusión del cardenal acusado de corrupción. El Vaticano, entre intrigas, presiones y maniobras de último minuto viernes 25 de abril de 2025 | 14:47hs. El cardenal Giovanni Angelo Becciu junto al féretro de Francisco. En vísperas del funeral del papa Francisco, un verdadero giro dramático sacudió al Vaticano. En una postal digna del universo de intrigas vaticanas que Dan Brown supo retratar, habría quedado resuelta una de las grandes incógnitas que amenazaban con empañar las reuniones precónclave: ¿el cuestionado cardenal Angelo Becciu podrá participar en la elección del próximo pontífice? La respuesta, según el diario Domani, es un contundente no. El papa Francisco habría dejado dos cartas firmadas en las que expresa explícitamente su voluntad de que Becciu no participe del cónclave. Ambas fueron escritas a máquina y firmadas con la característica "F" papal: una data de 2023 y la otra, de marzo de este año, en medio de su última y gravísima enfermedad. Las misivas habrían sido mostradas recientemente por el secretario de Estado, Pietro Parolin, al propio Becciu, en un intento por disuadirlo de continuar su silenciosa campaña por ser admitido entre los electores. Becciu, de 77 años, fue uno de los hombres más cercanos a Francisco en los primeros años de su pontificado. Ocupó el estratégico cargo de sustituto de la Secretaría de Estado —el número tres del Vaticano— hasta que en 2020 fue abruptamente destituido en medio de un escándalo financiero. Fue condenado a cinco años de prisión por un tribunal vaticano, acusado de desvío de fondos reservados y maniobras turbias con inversiones inmobiliarias en Londres, entre otras causas. El papa le retiró sus derechos cardenalicios —como el voto en cónclave— pero no el título. Desde entonces, Becciu se ha defendido con vehemencia. Se considera víctima de una operación política y judicial. Asegura ser inocente y haber sido usado como chivo expiatorio. Incluso llegó a demandar a la revista L’Espresso, que expuso el escándalo, exigiendo una compensación millonaria por haber arruinado su carrera y sus aspiraciones papales. En estos días de luto y decisiones clave, Becciu asistió a las congregaciones generales previas al cónclave, reuniones en las que participan cardenales de todas las edades, aunque solo los menores de 80 años pueden votar. Pese a no figurar en la lista oficial de electores publicada por la Sala de Prensa del Vaticano, el purpurado sardo no se dio por vencido e intentó sumar apoyos para ser reincorporado. Según Domani, en un primer momento, el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, de 91 años, habría mostrado cierta apertura a su regreso, dado que hasta ahora no había documentos papales públicos. Pero esto cambió con la aparición de las cartas firmadas por Francisco. El cardenal camarlengo Kevin Farrell —encargado de administrar la sede vacante— también comunicó que el Papa le había transmitido en forma directa su voluntad de mantener a Becciu fuera del proceso. Pese a todo, Becciu insiste. En declaraciones a Reuters, aseguró que nunca fue informado oficialmente de su exclusión y que, incluso, en enero, Francisco le habría dicho que pensaba encontrarle una “solución”. Reclamó que, en ausencia de una comunicación formal, su exclusión debería ser decidida por sus “hermanos cardenales”. Este conflicto explotó dentro de las congregaciones, que teóricamente deberían estar blindadas por el secreto. La tensión se volvió tan evidente que en la sesión de este viernes se pidió expresamente a los cardenales evitar filtraciones y declaraciones a la prensa. No obstante, nuevos datos salieron a la luz. El diario Il Fatto Quotidiano reveló que el cardenal italiano Claudio Gugerotti propuso crear una comisión de cinco cardenales —incluido el propio Becciu— para resolver su eventual exclusión, lo que encendió aún más el debate. Entre quienes se oponen rotundamente a su readmisión se cuentan Farrell y el cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero papal. A favor, estarían los italianos Lorenzo Baldisseri y Fernando Filoni, considerado adversario interno de Parolin. El clima, cargado de tensiones, intrigas y operaciones de prensa, parece haberse alejado de ese Espíritu Santo que se invoca para iluminar la elección del próximo pontífice. A pocos días del funeral y del inicio del cónclave, este escándalo ha monopolizado el debate y podría, según algunos analistas, afectar incluso las posibilidades de que un italiano vuelva a ocupar el trono de Pedro.
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