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» El Ciudadano
Fecha: 24/04/2025 21:52
El desprendimiento de un iceberg en la Antártida a principios de este año ha permitido a los científicos explorar un ecosistema marino previamente inaccesible, según informó el medio IFLScience. Este evento, que tuvo lugar en enero, llevó a un equipo de investigadores del Schmidt Ocean Institute, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación oceánica, a realizar descubrimientos históricos. Entre ellos, destaca la primera grabación confirmada de dos especies raras de calamares, incluyendo un ejemplar juvenil de calamar colosal y uno de vidrio glacial. El iceberg, identificado como A-84, se desprendió de la plataforma de hielo antártica. Este fenómeno obligó al equipo de investigadores, que se encontraba a bordo del buque de investigación R/V Falkor, a modificar su ruta. Según ha detallado el medio científico, este cambio de itinerario resultó ser una oportunidad única para explorar las profundidades del océano de la Antártida y documentar especies que nunca antes habían sido observadas en su hábitat natural o desde hacía más de 100 años. “Aprovechamos la oportunidad, modificamos nuestro plan de expedición y nos lanzamos a observar lo que sucedía en las profundidades”, declaró la Dra. Patricia Esquete, codirectora científica de la expedición. Una grata sorpresa bajo el agua Uno de los descubrimientos más destacados de esta expedición fue la primera filmación confirmada del Galiteuthis glacialis, conocido como calamar de vidrio glacial. Esta especie, endémica de las aguas antárticas, fue identificada por primera vez en 1906, pero hasta ahora nunca había sido observada directamente. El ejemplar fue captado a 687 metros de profundidad, en el mar de Bellingshausen, lo que permitió a los científicos obtener imágenes detalladas de este animal de cuerpo transparente, ha señalado Schmidt Ocean Institute. El calamar de vidrio glacial es una especie particularmente difícil de estudiar debido a su hábitat en las profundidades del océano y su naturaleza esquiva. Su cuerpo translúcido, que le permite camuflarse en las aguas oscuras, es una adaptación clave para sobrevivir en un entorno donde la luz solar apenas penetra. Poco después de la filmación del calamar de vidrio glacial, el equipo del Schmidt Ocean Institute logró otro avance significativo: la primera grabación de un calamar colosal juvenil de 30 centímetros. Este hallazgo tuvo lugar el 9 de marzo durante una expedición en el océano Austral. El calamar colosal se caracteriza por su apariencia transparente y sus ganchos afilados en el centro de sus ocho brazos, que utiliza para cazar en las profundidades del océano. “Durante 100 años, los hemos encontrado principalmente como restos de presas en los estómagos de ballenas y aves marinas, y como depredadores de la merluza negra”, ha expresado la institución científica. Aunque ambas especies comparten ciertas características físicas, como su cuerpo translúcido, difieren notablemente en tamaño. El calamar colosal puede alcanzar hasta siete metros de longitud, mientras que el calamar de vidrio glacial es considerablemente más pequeño. Además, puede pesar hasta 500 kilos, “lo que los convierte en el invertebrado más pesado del planeta”. Algunos pescadores los han encontrado muertos, pero nunca antes se habían podido grabar en directo. Estas diferencias subrayan la diversidad de adaptaciones que han desarrollado las especies marinas para sobrevivir en las condiciones extremas del océano Austral.
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