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  • La historia contada por los que luchan

    » Elterritorio

    Fecha: 24/04/2025 18:14

    En contra de las historias de ganadores, de los que tienen el poder de contar y también de ocultar, surge Basilicia como pregunta lanzada al aire. ¿Cuántas voces como la suya quedaron afuera del relato? jueves 24 de abril de 2025 | 4:30hs. FOTO: Natalia Guerrero “La historia la escriben los que ganan”, canta Lito Nebbia. Pero si eso es cierto, también hay otra historia. Una que no entra en los manuales, que no se enseña en las escuelas, que apenas si se susurra en los márgenes. Basilicia es esa otra historia, la historia de los que luchan. La sala del Imax del Conocimiento se abrió anoche, totalmente repleta, para recibirla. Lejos de coronar un recorrido, el documental llegó finalmente a Posadas como parte de un andar más profundo: uno que esquiva a propósito el centralismo y se construye desde los bordes. Sus directores, Gastón Gularte y Gustavo Carbonell bien saben de ello y con sus acciones lo replican. Tras su paso por Posadas, después de presentarse en diversos festivales internacionales y en el Oberá en Cortos 2023, volverán a la Capital del Monte y también llegarán a Puerto Rico, Montecarlo, El Soberbio, Aristóbulo del Valle y Alem. El documental -que tuvo un estreno multitudinario en el cine Gaumont de Buenos Aires, donde agotó funciones y sumó una semana más en cartel, algo poco habitual para una producción de este tipo- tuvo destacada participación en festivales de cine en Caracas, San Luis, Putumayo y Barichara en Colombia, Ecuador, entre otros. Basilicia como buen documental, se ocupa de sembrar preguntas, más que dar una sola respuesta. Y lo hace con una voz poética que surge de lo profundo del monte, donde el silencio también habla. En la voz de Basilicia, la voz de todas, al voz de todos. La voz de esa preadolescente de origen ucraniano que murió durante la Masacre de Oberá en 1936 -cuando colonos misioneros fueron reprimidos por reclamar mejores condiciones de vida y trabajo digno- se levanta como un canto roto pero firme, siempre con un pueblo detrás, moviéndose a ese ritmo de lucha constante. En la película, esa niña -apenas mencionada por la historia oficial- retoma así la palabra. Su relato entrelaza las memorias del pasado con las luchas que se sucedieron hasta el presente. Y no está sola. La acompañan académicos, productores, referentes del Movimiento Agrario Misionero, mujeres, voces de las chacras, emprendedoras, luchadoras, sobrevivientes de los agrotóxicos y bastiones de las ferias francas. Cada testimonio forma una red, un tejido vivo de tiempo y tierra que conecta y que grafica la historia misionera. “En todos los tiempos, en todos los lugares… hay mujeres que luchan por la justicia”, dice Basilicia, expandiendo su relato a lo global. Y más adelante, cuando la película alcanza su punto más denso, su voz vuelve a surgir en forma de clamor de que el tiempo es hoy, invitando a actuar: “Ahora es cuando”. Basilicia no traza una línea recta. Va y viene, enlaza décadas, recorre caminos que no están en los mapas. Y en el centro de esa geografía, una constante: la mujer como núcleo de resistencia, como germen de comunidad, como semilla que insiste. Por eso, la película camina como tal, sembrando una chispa en cada suelo. Y con todos los ojos del mundo puestos en el legado del Papa Francisco, la metáfora de la semilla no es la única referencia bíblica que se replicó en el Imax anoche. “Tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber”, dice la cita del Nuevo Evangelio: Mateo 25 que usó Gularte para referirse a la justicia social, pilar de la doctrina social de la Iglesia. Ese reconocimiento de gestos simples y radicales: dar techo, acompañar, reconocer el valor humano de los más vulnerables. Francisco, desde que fue simplemente Jorge Bergoglio replicó este mensaje tan jesuítico sobre la importancia de incluir en el relato a aquellos que el sistema hegemónico considera descartable: niños, jubilados, personas con discapacidad. Basilicia es un gran aporte en este sentido, no sólo para incluir las voces silenciadas, sino para volverlas centro. Porque hay otra manera de contar las cosas, otra manera de habitar el mundo. “Hay quienes nacen para resistir y hay quienes aprenden mirando a esas personas”, manifiesta el audiovisual y la frase queda flotando después de salir de la sala. Tal vez por eso conmueve. Tal vez por eso, sin necesidad de hacer mucho ruido, llena salas y gana semanas en cartel. Tal vez por eso es una herramienta artística y educativa necesaria para sostener la memoria, para iluminar la lucha. Al final, una frase de Adolfo Pérez Esquivel aparece como bandera: “Otro mundo es posible”. Basilicia busca así, no limitarse simplemente a afirmarlo sino a construirlo comunitariamente y a fuerza de autogestión. La concreción del documental, con apoyos del Incaa y el Iaavim, estuvo a cargo de los productores Carlos Pedregoso y Marisa Hassan con la Dirección de Gastón Gularte y Gustavo Carbonell. Mención aparte tuvo El Territorio que aportó todo su poderoso archivo de 100 años de historia en estas tierras. Relacionada: La conquista de la chacra a fuerza de lucha | El Territorio Basilicia llega al Gaumont y la presenta Pérez Esquivel | El Territorio "'Basilicia’ se hizo para la gente y en función de mostrar una problemática muy actual” | El Territorio

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