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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/04/2025 14:59
A pesar de haber aumentado el peso de los animales terminados, la ganadería de Estados Unidos no logra satisfacer la demanda (AP) Hoy por hoy tiene el rodeo más pequeño de los últimos setenta años. Largos periodos de seca han complicado seriamente a la ganadería estadounidense y por ende a la producción de carne del país. Las consecuencias pasan por un fuerte crecimiento de las importaciones, lo que ha convertido a la nación de las barras y las estrellas en la meca de los exportadores de todo el planeta. El precio del novillo va de récord en récord, y el valor de la carne al público lo acompaña. Lo mismo ocurre con la hacienda para engordar, que se paga cada vez más empujada por los problemas de oferta. En semejante escenario, los precios de la carne importada se van poniendo más competitivos que los de la producción local, lo que agrega otro condimento a esta historia. Hasta acá Estados Unidos ha tratado de compensar el menor número de animales puesto en juego con un peso de faena superior al habitual, lo que permitió que la sangre no llegará al río. Si bien evitó precios prohibitivos para el consumidor, no alcanza para salir del brete. Los precios de la hacienda en pie en Estados Unidos se han disparado, lo que a su vez potenció los precios de la carne al público (AP) El USDA prevé que los valores de la hacienda y de la carne vacuna continuarán subiendo durante este año, y menciona incrementos más pronunciados que los registrados en 2024, dado que no está prevista una recuperación de la oferta. Así, no se descarta que los consumidores estadounidenses deban limitar sus compras de carne vacuna, o al menos recurrir a cortes más accesibles. Para entender la dimensión del negocio, Brasil cobra menos de USD 5000 por sus exportaciones de carne vacuna a China, al tiempo que lo que paga Estados Unidos duplica esa cifra. En entrevista con un medio brasileño, el CEO de una de las poderosas cadenas de la carne advirtió sobre un inevitable aumento de los precios internacionales para este producto. Por esta razón la guerra de tarifas de Trump cae en el peor momento. Lo que menos necesita Estados Unidos es que sus importaciones de carne vacuna se vuelvan aún más onerosas. De tal modo ahora se discuten las consecuencias de la aplicación de un 10% de tasa adicional. Es cierto que los vendedores han acusado el golpe, y que hay compradores desorientados pisando el freno. Pero el mercado estadounidense tiene un déficit de producción enorme, y se cree que ese plus tarifario será finalmente absorbido por la demanda, que no está en condiciones de recortar los precios de la carne que compra fronteras afuera; este no es un mercado ofertado. La pelea comercial entre Estados Unidos y China abre oportunidades de negocios en ambos países (AP) A decir de un especialista uruguayo, la manija de los mercados mundiales de la carne vacuna ya no la tiene China sino Estados Unidos, y esto se mantendrá así por unos años. En este contexto, la escasez de carne en el mercado doméstico del país del norte va a estar por encima de cualquier medida que pueda tomar Trump; los ciclos ganaderos son muy largos y las recuperaciones muy lentas. En Brasil dicen que los aranceles más altos impuestos por la Casa Blanca no afectarán las ventas de carne vacuna a su segundo mayor destino de exportación. Los envíos que exceden una cuota predeterminada pagan un arancel del 26,4%, y con la tarifa adicional del 10% pasan ahora a tributar 36,4%. El tema no parece preocupar a nuestros vecinos. Los medios del socio mayor del Mercosur destacan que la demanda estadounidense es tan fuerte que Brasil completó la cuota anual libre de aranceles de 65.000 toneladas en sólo 14 días, lo que nunca había sucedido. Estimaciones privadas calculan que las importaciones de carne vacuna brasileña por parte de Estados Unidos crecerán este año casi un 14%. Forbes Brasil asegura que incluso con aranceles más altos, la carne brasileña sigue siendo competitiva porque los precios del ganado estadounidense se han duplicado en comparación con los de Brasil, en medio de inventarios históricamente bajos en el país. Las empresas brasileñas se preparan para profundizar su penetración en el negocio de la carne vacuna en Estados Unidos (AP) Desde luego la carne australiana también continúa siendo una opción atractiva para el mercado estadounidense tras el arancel del 10% anunciado este mes. Es el otro país que está aprovechando a fondo las necesidades de una nación con oferta estructuralmente insuficiente. La historia no termina acá. Mientras la movida del republicano que habita la Casa Blanca -que va y viene según su humor- ha terminado confundiendo a todos los que venden carne vacuna en Estados Unidos, la guerra comercial puede abrir oportunidades para que Sudamérica coloque detrás de la Gran Muralla cortes de calidad que hasta acá parecían una opción lejana. Es que el país de las barras y las estrellas está además afuera del mercado chino; Beijing le redujo a un tercio la cantidad de plantas habilitadas y cámaras de frio, y además deberá honrar un arancel elevadísimo. A pesar de su participación relativamente pequeña, Estados Unidos se ha destacado por ofrecer un producto con mayor valor agregado en China, calificado al menos como choice. Por esta razón, los vendedores del país del norte han estado percibiendo un precio promedio superior a los USD 10.000 por tonelada, el más alto entre los principales exportadores, un 122% por encima del valor medio de la carne brasileña, que llegó al mercado chino a US$ 4.626 por tonelada en el mismo período. Estados Unidos estaba ocupando un segmento de carne de calidad en el mercado chino ( AP) La pregunta es quién sustituirá a Estados Unidos en el negocio de la carne de calidad con China. Las miradas recaen sobre Australia, Brasil, la Argentina y Uruguay, con algunos desafíos logísticos para implementar el ajuste. De hecho, ya habría compradores chinos buscando negocios de este tipo en la nación de Oceanía. El tema es no achicarse, Sudamérica tiene carne de calidad para encontrar un espacio en esta historia. Australia y Brasil, que ya representa más del 30% del comercio mundial de carne vacuna, parecen haberle sacado alguna ventaja al resto y están preparados para aumentar las ventas a China después de que Beijing no renovara el registro de cientos de instalaciones de carne estadounidenses. La opción es atractiva frente a lo que propone China para el segmento convencional de carne vacuna. Dicen quienes están cerca de este mercado asiático, que hoy por hoy se puede obtener algo más por la carne que allí se vende, pero los precios no están firmes de ninguna manera y hay que trabajar mucho la venta para obtener esa modesta mejora. Probablemente el negocio de la carne de calidad demande otro temperamento por parte de los vendedores. La Argentina tiene con qué dar batalla por el segmento de carne de calidad en China, aunque el entorno país siembra dudas (IPCVA) En cuanto a la Argentina, tras el récord de 2024, durante el primer trimestre de 2025 las exportaciones de carne bovina registraron una caída drástica, con una baja del 28% en volumen y del 7,5% en valor respecto al mismo período del año pasado. La contracción responde a factores que afectan la rentabilidad de los frigoríficos exportadores. En este escenario, China compró menos carne a la Argentina; en marzo el precio promedio de exportación hacia ese país se ubicó en USD 4.191 por tonelada, un 29% menos que el pico de USD 5.900 registrado en mayo de 2022. Veremos qué puede hacer la Argentina con este hueco que aparentemente dejará Estados Unidos en el mercado chino de carne de calidad. Probablemente un tipo de cambio poco retributivo y la avalancha de impuestos que castiga a la actividad obligue a ajustar hasta lo indecible los costos si se quiere sobrevivir en el negocio habitual y tratar además de abordar la ventana que se abre en el gran mercado asiático.
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