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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/04/2025 14:35
Muchas personas optan por el silencio para evitar las discusiones (AdobeStock) En muchas ocasiones de la vida, el conflicto es inevitable. No importa el carácter pacífico de la persona, pues a veces no hay manera de prevenir una conversación incómodo o una discusión con un amigo, un compañero de piso, la pareja o un compañero de trabajo. De hecho, este tipo de diálogos son necesarios para establecer relaciones fuertes y sanas. No obstante, muchas personas sienten un profundo temor por los conflictos y prefieren callar para evitarlos. Para estas personas, cualquier tipo de confrontación genera un alto nivel de ansiedad, lo que las lleva a adoptar conductas que pueden perjudicar su bienestar emocional y sus relaciones interpersonales. También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook Las razones por las que algunas personas temen al conflicto son múltiples y complejas. Como señala el psicólogo Mario Arzuza, existen individuos que, por naturaleza, son poco conflictivos. Estas personas valoran profundamente la paz, la armonía y la estabilidad emocional, por lo que procuran mantenerse alejados de cualquier situación que pueda perturbar ese equilibrio. Para otros, las experiencias negativas vividas en el pasado juegan un papel determinante. Haber crecido en entornos donde los conflictos eran sinónimo de gritos, violencia o rupturas emocionales puede hacer que, en la adultez, se desarrollen mecanismos de evitación para protegerse de nuevos daños. Otra de las razones fundamentales detrás del miedo al conflicto es el temor a perder el control sobre las consecuencias que pueda acarrear una discusión. Algunas personas sienten que, al enfrentar un problema, podrían decir algo de lo que se arrepientan, herir a alguien querido o incluso dañar una relación importante. También existe el temor a decepcionar a los demás, especialmente entre quienes buscan constantemente la aprobación externa. En el caso de personas con fobia social o elevada inseguridad, la posibilidad de ser juzgados o criticados durante una confrontación las lleva a evitar cualquier interacción que implique un riesgo emocional. Las personas que evitan el conflicto suelen compartir ciertos comportamientos comunes, apunta el experto. Tienden a rehuir situaciones potencialmente incómodas, evitan expresar sus opiniones o deseos y suelen ceder ante los demás para no generar malestar. Esta constante renuncia a sus propias necesidades refuerza sentimientos de inseguridad, baja autoestima y desvalorización. A largo plazo, estas personas pueden experimentar frustración, agotamiento emocional, pérdida de identidad e incluso problemas físicos derivados de somatizaciones, como dolores musculares, trastornos digestivos, fatiga crónica o síntomas de ansiedad y depresión. ¿Puede la genética determinar tu salud mental? Un gen define cómo respondemos ante el estrés. Cómo superar el miedo al conflicto Para romper con este patrón es fundamental desarrollar habilidades que permitan enfrentar los conflictos de manera saludable. En primer lugar, identificar y cuestionar los pensamientos irracionales que alimentan el miedo es esencial. Muchas veces, estas ideas están basadas en suposiciones erróneas o experiencias pasadas que ya no tienen vigencia. También resulta clave practicar la comunicación asertiva, ya que aprender a expresar lo que uno siente, piensa o necesita de forma clara y respetuosa permite establecer límites sin agredir ni someterse. Como cualquier habilidad, la asertividad mejora con la práctica, y empezar con situaciones de bajo riesgo puede ser de gran ayuda. Otra estrategia útil es aprender a tolerar la incomodidad. Los conflictos rara vez son agradables, pero evitarlos sistemáticamente solo refuerza la sensación de incapacidad. Algunas herramientas como la meditación, la respiración consciente o técnicas de relajación pueden ayudar a manejar el estrés asociado a estas situaciones. Aceptar que el conflicto es una parte natural de las relaciones humanas es un paso crucial para superar el miedo. Buscar ayuda profesional también puede ser beneficioso, pues un psicólogo o terapeuta puede guiar a la persona en la exploración de sus miedos, brindarle apoyo emocional y ayudarle a desarrollar herramientas eficaces para afrontar las dificultades con mayor confianza.
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