24/04/2025 12:15
24/04/2025 12:12
24/04/2025 12:12
24/04/2025 12:12
24/04/2025 12:12
24/04/2025 12:12
24/04/2025 12:11
24/04/2025 12:11
24/04/2025 12:10
24/04/2025 12:10
» Diario Cordoba
Fecha: 24/04/2025 08:54
Calcetines. Me dan ataques de orden cuando veo en el telediario que Gene Hackman, por ejemplo, murió rodeado de ratas en una casa repleta de basura. Esto no puede ser, me digo, colocando los bolígrafos por colores, por tamaños, por tiempo de uso… El caso es fabricarme la ilusión de que cada cosa está en su lugar. Cuando llevo mucho tiempo sin mirarme las manos, las coloco con urgencia ante los ojos para ver si los dedos siguen en su sitio. Al dejar de observarlos, cambian de lugar. Es tal el desorden del mundo, dirigido por homínidos como Trump, que corro a la cocina y coloco los cuchillos con el filo del mismo lado. La cocina tiende al caos por lo que tiene de ferretería. En fin. Mientras me afano en salir del marasmo, pienso en el orden mental. Quizá organizo los objetos porque soy incapaz de organizar los pensamientos. ¿A qué debo dar prioridad? Me encuentro ahora en el dormitorio, acabo de abrir el armario empotrado. Las camisas aparecen mezcladas con los pantalones. No puede ser, pienso, las camisas con las camisas y los pantalones con los pantalones. Observo que me faltan perchas (de algunas cuelgan tres o cuatro prendas). Acabaré devorado por las ratas o deportado por Trump. ¿Podría Trump expulsarme de España? Tal vez sí. Tal vez acabe en una cárcel de El Salvador con la cabeza rapada. Me da un ataque de pánico del que logro sobreponerme a duras penas. Saco los calcetines, revueltos en su cajón como los gusanos en una gusanera, y los doblo por parejas. A este le llamo Gene y a este otro Hackman. Gene y Hackman, Gene y Hackman, Gene y Hackman… Con esta letanía se me va apaciguando en el espíritu. Comprendo que el orden físico precede al mental porque lo metaforiza. Tras redistribuir toda la casa, me acuesto más tranquilo. Ahí estoy, en posición fetal, con los ojos cerrados, más o menos en paz conmigo mismo. Entonces, me entra de nuevo la duda de los dedos de las manos, así que me toco los de la izquierda con los de la derecha y los de la derecha con los de la izquierda y no me parece que haya nada anormal. ¿Pero y los de los pies?
Ver noticia original