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Federal » El Federaense
Fecha: 24/04/2025 07:33
Sabrina Rojas ha vuelto a ser el centro de atención tras compartir una romántica fotografía en sus redes sociales junto a su actual pareja, Gabriel Liñares, más conocido como “Lechuga”. La publicación, que sorprendió a sus seguidores, incluye un emotivo mensaje donde la conductora expresa: “Él es magia”, acompañado por un emoji de corazón blanco. Esta imagen no fue solo un gesto tierno, sino que marcó un hito en su vida personal, dejando atrás la tumultuosa separación que vivió con Luciano Castro. Aunque el vínculo con Liñares aún no tiene una etiqueta formal, parece claro que su relación avanza en una dirección positiva. La evolución de la relación A pesar de que hasta hace poco se trataba de meros rumores, Sabrina había mantenido su relación en un perfil bajo. En una reciente aparición en Desayuno Americano, se refirió al estado actual de su relación diciendo: “No siento que haya blanqueado porque no somos novios aún”. Aclaró que aunque no hubo una conversación directa sobre su situación, ambos están disfrutando de una conexión exclusiva y emocional. Comunicación abierta con sus hijos En una de sus intervenciones en el programa Pasó en América, Sabrina habló públicamente sobre cómo ha abordado esta nueva etapa con sus hijos, Esperanza y Fausto, a quienes les comentó: “Hay un chico que me gusta. Nada más”. Según la actriz, esta revelación surgió de manera natural ante la curiosidad de los niños, quienes le preguntaron si se iba a poner de novia. La respuesta fue evasiva, pero honesta: “No sé, ojalá”. Transparencia familiar: Sabrina aseguró que es fundamental ser honesta con sus hijos sin apresurarse a presentar a Gabriel oficialmente. Sabrina aseguró que es fundamental ser honesta con sus hijos sin apresurarse a presentar a Gabriel oficialmente. Ritmo pausado: Ambos, Sabrina y Gabriel, decidieron avanzar con calma y respetar los tiempos familiares. Un comienzo inesperado La relación entre Sabrina Rojas y Gabriel Liñares se originó de manera imprevista en un bar de Palermo; un encuentro fortuito que empezó cuando Sabrina estaba en compañía de otra persona y Liñares se ofreció a arreglar una bebida mal preparada. Desde ese día, se han cruzado y, eventualmente, comenzaron a intercambiar palabras que los llevaron a este nuevo capítulo en sus vidas. La evolución de su romance se muestra cauta pero prometedora, y ambos parecen decididos a construir algo sólido, aunque todavía se encuentren en una etapa de exploración. Lo importante, a su entender, es disfrutar del momento y permitir que las cosas fluyan sin presión. Así, Sabrina y Gabriel continúan compartiendo su tiempo mientras mantienen el respeto por sus respectivos límites familiares, sintiéndose cómodos dentro de su especial vínculo.
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