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  • ¿Qué sucede con los restos del Papa Francisco tras su muerte?

    Basavilbaso » Riel FM

    Fecha: 22/04/2025 14:40

    La Iglesia Católica cuenta con una serie de costumbres y tradiciones históricas para el manejo de los restos mortales de un Papa, desde el momento de su muerte hasta su entierro. Algunas de estas prácticas han caído en desuso -como golpear al papa tres veces con un martillo para confirmar su fallecimient- o han sido eliminadas a lo largo del tiempo mediante diversas reformas papales. Recientemente, el Papa Francisco introdujo varios cambios en el proceso funerario, recogidos en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis de 1998, el libro litúrgico que regula los ritos fúnebres de los pontífices. Según el maestro de ceremonias papales, Mons. Diego Ravelli, la nueva edición, publicada en 2024, fue solicitada por Francisco con el objetivo de “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del obispo de Roma exprese mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado, pastor eterno”. El Ordo Exsequiarum divide el proceso en tres etapas, conocidas como “estaciones”. Primera estación Tras el fallecimiento del Papa, el Director de los servicios de salud del Vaticano -actualmente el doctor Andrea Arcangeli- examina el cuerpo y expide el certificado de defunción. Además, se encarga de preservar el cadáver adecuadamente para que pueda ser expuesto al público “con el mayor decoro y respeto”. A continuación, los restos del pontífice son vestidos con la sotana blanca y trasladados a la capilla privada papal -en este caso, la capilla de Santa Marta- para el “rito de constatación de la muerte y deposición en el ataúd”, presidido por el Camarlengo, actualmente el Cardenal Kevin Farrell. Luego de las oraciones, el cuerpo del papa, revestido con ornamentos litúrgicos rojos, la mitra y el palio, es colocado directamente en un ataúd sencillo de madera con un revestimiento de zinc, suprimiendo el uso del catafalco (la estructura elevada donde solían exponerse los papas). La vela pascual se coloca cerca y se enciende para la siguiente parte del rito, que incluye la aspersión con agua bendita. El féretro queda en un lugar adecuado dentro del Vaticano para la visita y oración de allegados, hasta que se traslade para la exposición pública. Segunda estación En la segunda etapa, el ataúd es trasladado en procesión solemne a la Basílica de San Pedro, donde se coloca cerca del altar mayor, el Altar de la Confesión, junto a la vela pascual, para que los fieles puedan acercarse, rezar y despedirse del pontífice. En la víspera del funeral, o en otro momento previo, el ataúd se cierra en un rito especial. Antes de sellarlo, se coloca un velo de seda blanca sobre el rostro del papa, junto a una bolsa con monedas acuñadas durante su pontificado y una copia del “rogito”, un documento que resume su vida y obra. El ataúd interior de zinc se sella primero, seguido del ataúd exterior de madera. El funeral, conocido como “Missa poenitentialis”, se celebra en la Plaza de San Pedro y marca el inicio de los “novendiales”, los nueve días consecutivos de luto por el Papa. Tercera estación Finalmente, el ataúd cubierto con el paño fúnebre es llevado al lugar de sepultura. Tradicionalmente, los papas son enterrados en la cripta de la Basílica de San Pedro, una costumbre que se mantiene desde hace más de un siglo. Sin embargo, Francisco ha dispuesto que sus restos sean sepultados en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, debido a su profunda devoción mariana. La última vez que un Papa fue enterrado fuera del Vaticano fue en 1903, cuando León XIII fue sepultado en San Juan de Letrán. Siete Papas a lo largo de la historia han sido enterrados en Santa María la Mayor, el último en 1669. Un funeral que rompe la tradición. Con estas modificaciones, Francisco ha roto con varias tradiciones vaticanas. Eliminó el uso de los tres ataúdes (ciprés, plomo y roble), optando por un único féretro sencillo. También dispuso que la constatación de la muerte se realice en la capilla y no en la habitación papal, y que el cuerpo sea expuesto directamente en la basílica, sin catafalco. Además, abrió la posibilidad de que futuros papas puedan ser enterrados fuera del Vaticano, según sus deseos personales. Estas reformas buscan, según el propio Francisco, que el funeral papal refleje el carácter de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un personaje poderoso del mundo. Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

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