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  • Entre Ríos: enfermero robaba ampollas de fentanilo y las vendía por Telegram

    » Derf

    Fecha: 22/04/2025 11:40

    La jueza federal de Entre Ríos Analía Ramponi procesó con prisión preventiva al enfermero de un hospital público y a su hermano militar, quienes fueron detenidos el 20 de marzo pasado en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, por vender fentanilo de fabricación legal y otras drogas que ofrecían en Telegram, en el marco de una investigación que incluyó a un agente encubierto. Aparte del fentanilo, se comprobó que los hermanos “vendían sustancias medicinales sin autorización y sin receta médica, precisamente lorazepam, risperidona y carbamazepina, que son un ansiolítico, un antipsicótico y un antiepiléptico, respectivamente”. Al distinguir el rol de cada uno, Ramponi sostuvo que el enfermero “era quien conseguía la sustancia del Hospital Justo José de Urquiza, promocionaba y ofrecía la misma a potenciales consumidores a través de Telegram”, y que su hermano militar “era quien la resguardaba en su domicilio”. La pesquisa se inició el 21 de febrero con una denuncia telefónica realizada por una persona de identidad reservada a la delegación local de la PFA. Señalaba que un enfermero del Hospital Justo José de Urquiza vendía por Telegram distintas drogas sustraídas del centro médico donde trabajaba. La instrucción fue delegada a la fiscal Josefina Minatta, que ordenó tareas de inteligencia mediante las cuales se identificó al enfermero sospechoso. Se comprobó que, a través de dos grupos de Telegram llamados “Los más rico cdelu” y “Entre Ríos», ofrecía fentanilo con mensajes como: “Activo venta de ampollas de fentanilo en cdelu” (abreviatura de Concepción del Uruguay) o “Repartiendo ampollas de fentanilo, no te quedes sin la tuya en cdelu”. En esos mismos grupos publicaba fotos de las ampollas del opioide y de otras drogas con el mensaje: “Todo a la venta. Se vende por unidad o por mayor. Ampolla de fentanilo, comprimidos de risperidona, carbamazepina y lorazepam. Consulte precios”. La fiscal solicitó introducir a un agente revelador que, con el nombre de Ricky, se infiltró en los grupos donde el enfermero ofrecía los fármacos. Así la PFA pudo documentar los diálogos que el principal imputado mantenía con sus potenciales clientes. “¿Qué onda esa droga?”, preguntó uno de los interesados, a lo que el enfermero respondió: “Es pura, es un opioide más fuerte en el mercado. 100 veces más fuerte que la morfina y 50 más que la heroína. Bien para estar de viaje y volver sin dolor ni nada, simplemente un buen viaje”. Otro miembro del grupo advirtió sobre los peligros del fentanilo: “Nadie consume eso sabiendo cómo están los de Estados Unidos como zombies”, pero el imputado respondió: “¿Querés llegar a modo zombie? (…) tenés que consumir fácil seis ampollas al día”. “El fentanilo puro y de calidad no te mata con tres ampollas estando hidratado y bien alimentado. Te lleva al estasis (sic) neuromuscular”, afirmó el enfermero en otro tramo. Según la resolución, en un diálogo con el agente revelador, el acusado aseguró que el fentanilo “vuela”, que no estaba rebajado porque era “pura de laboratorio” y que el precio de cada ampolla era de 35.000 pesos, pero que hacía precio por más unidades. Compras controladas y detenciones El 11 de marzo pasado, el agente encubierto pactó una primera compra controlada: el enfermero llegó en bicicleta y le entregó cuatro ampollas de fentanilo a cambio de 55.000 pesos. El intercambio fue documentado fotográficamente por la PFA, que también reportó que antes del encuentro el imputado pasó a buscar las drogas por el domicilio de su hermano militar. Al día siguiente, el investigado volvió a comunicarse con el agente y le ofreció 30 ampollas del opioide por un millón de pesos. Con las pruebas recolectadas, y con el aval judicial, el 20 de marzo se realizó otra compra que culminó con la detención del enfermero, que llegó en moto. Le secuestraron 34 ampollas de fentanilo y nueve blísteres: ocho de lorazepam y uno de carbamazepina. Luego se hicieron cuatro allanamientos. En la casa del militar –quien también fue detenido– se secuestraron 24 ampollas de fentanilo. En el hospital, se corroboró que las ampollas incautadas correspondían al mismo lote que figuraba en stock en la institución. La confesión del enfermero y el descargo del militar Según la resolución judicial, ambos hermanos declararon tras ser indagados. El enfermero confesó que, “por cuestiones económicas”, decidió sustraer una ampolla de fentanilo por cada guardia y que, al reunir un stock, comenzó a venderlas. Aseguró que su hermano no tenía relación con la maniobra y que guardaba los fármacos en su domicilio porque él estaba en el regimiento. Por su parte, el militar se declaró inocente y explicó que había entregado la llave de su casa a su hermano sin saber que allí ocultaba las drogas. Los imputados son un enfermero de 33 años que trabajaba en la Unidad de Terapia Intensiva y su hermano de 28 años, cabo 1° del Ejército Argentino, destinado en el Batallón de Ingenieros Blindado 2. Ambos quedaron procesados como presuntos coautores del delito de comercio de estupefacientes, en concurso ideal con tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización en concurso real con la venta sin autorización de medicamentos que requieren receta médica. En el caso del enfermero, también fue procesado como autor de peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La jueza dictó prisión preventiva para ambos al considerar que existen riesgos de fuga y de entorpecimiento de la investigación, debido a la gravedad del hecho y la pena en expectativa. Además, dispuso un embargo de 5 millones de pesos sobre los bienes de cada uno. Fuente: Rosario3

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