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  • De la radio a la televisión digital: Abelardo Santángelo reflexionó sobre la evolución de los medios en la ciudad

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 21/04/2025 08:20

    Por: Matías Dalmazzo Durante una extensa entrevista que realizó el diario La Calle al periodista Abelardo Santángelo, el cronista y conductor de Radio Animal compartió su experiencia con Animal TV; un programa que revolucionó la comunicación en Concepción del Uruguay. A lo largo de la charla, reveló los desafíos y logros de su carrera, desde los inicios con la radio hasta la adaptación a plataformas digitales; destacando el impacto local de sus contenidos y su compromiso con la comunidad. Además, ofreció una reflexión sobre el futuro de los medios de comunicación y el papel del periodismo en la formación de los jóvenes. —¿Cómo surgió Radio Animal, cuál fue tu visión inicial para la emisora y en qué momento se encuentra ahora? —La característica de Radio Animal tiene que ver, en principio, con lo musical. Fue una emisora que comenzó difundiendo géneros que no se escuchaban en la radiofonía uruguayense, como el blues, el reggae y mucho del rock and roll. Incluso se dio un fuerte impulso a la música de bandas locales de rock, a las que en su momento se les brindó mucha difusión. Hoy, la programación de la radio mantiene esa identidad musical, pero también se ha diversificado con programas de actualidad que abordan distintos géneros y temáticas. A pesar de los cambios, todos los contenidos conservan una fuerte impronta local y regional, lo que le da a la emisora un perfil propio y en sintonía con su comunidad. —A lo largo de los años, Radio Animal tuvo presencia en la vida social de Concepción del Uruguay, participando en la transmisión de gran cantidad de eventos y acontecimientos. ¿Cuál consideras que ha sido el mayor desafío y el mayor logro durante esta etapa? —En cuanto a transmisiones, hemos estado presentes en los clásicos: fútbol, básquet y también en la Fiesta Nacional de la Playa del Río. Y es justamente en una de esas ediciones de la fiesta donde creo que se dio uno de nuestros mayores desafíos. Fue hace aproximadamente 12 o 13 años, alrededor de 2011 o 2012. En esa oportunidad, transmitimos el evento por streaming de video, lo cual en ese momento era una verdadera apuesta técnica y logística. La fiesta, que usualmente se realizaba en Banco Pelay, fue trasladada al predio Multieventos. Ahí pedimos autorización y pudimos ocupar un par de oficinas en el primer piso, donde montamos el estudio de transmisión. El sistema de comunicación que usamos en aquel entonces —creo que fue alguna plataforma como Zoom o tal vez videollamadas por WhatsApp— permitía que un cronista móvil recorriera el predio mientras salía en directo. Naturalmente, la transmisión no contaba con la calidad ni la seguridad técnica que se puede lograr hoy. Pero, sin dudas, fue una experiencia pionera para la época y significó un enorme esfuerzo colectivo. Participó mucha gente, sobre todo jóvenes que estaban muy vinculados a la radio. Ese espíritu de colaboración y aventura marcó una etapa clave en la historia de Radio Animal. —Con Animal TV fuiste pionero al transmitir un programa de televisión matutino desde tu radio para los uruguayenses. ¿Cómo fue esa experiencia y qué impacto tuvo en tu carrera? —La experiencia de Animal TV fue verdaderamente revolucionaria, no solo para Concepción del Uruguay y la región, sino también para toda la provincia. Hasta el día de hoy sigue siendo un programa único, porque, aunque se trata de un ciclo de radio y televisión, su particularidad es que está hecho desde una radio: Radio Animal. Cuenta con cámaras y un tratamiento visual propio de un programa televisivo, pero su esencia está en el formato radial. Cuando lo presentamos ante autoridades del canal, auspiciantes y clientes, muchos decían: «Ah, sí, es como Imagen de Radio«. Y ahí yo siempre aclaro: no, no es así. Imagen de Radio fue un programa que Juan Alberto Badía hizo desde un estudio de televisión simulando una radio. Animal TV, en cambio, se hace desde una radio real. Hay un operador del otro lado del vidrio, hay producción, hay conductores y todo lo que implica una estructura radial que pone especial atención a lo visual. Esa es, justamente, la característica sobresaliente de Animal TV: se atiende la pantalla con seriedad. Por eso parece un programa de televisión, pero su origen y dinámica siguen siendo radiales. No es simplemente poner una cámara fija, como hacen muchas emisoras —incluso grandes radios nacionales— que transmiten la cabina como si fuera una cámara de seguridad. En Animal TV se piensa en los títulos, en las imágenes, en el lenguaje visual y en cómo comunicar, por ejemplo, con un entrevistado o a través de un informe de un cronista móvil. A nivel profesional, este proyecto representó un gran cambio para mí. Venía del mundo de la radio, donde todo es más rápido y más fluido, y me encontré con una lógica completamente distinta, donde cada elemento visual debía tener coherencia con lo que se comunicaba. Fue un aprendizaje muy importante y una transformación en la forma de encarar la comunicación cotidiana. En lo personal, también me impactó mucho. Al salir en pantalla todos los días por la mañana, mi cara se volvió conocida para la comunidad. La gente me veía mientras se preparaba para ir a trabajar, mientras desayunaba o mientras se organizaba en su casa. Eso generó una cercanía que desde la radio, donde la voz es protagonista pero el rostro permanece anónimo, no había vivido antes. Fue un cambio profundo que marcó un antes y un después tanto en mi carrera como en mi relación con el público. —Actualmente, «Animal» se transmite por YouTube y Facebook, dejando de lado un canal de televisión tradicional como “Somos Concepción”. ¿Cambió la dinámica del programa al adaptarse a estas plataformas digitales? —No, no cambió para nada. En absoluto. Porque, en definitiva, lo que cambió fue el canal de difusión, pero no el contenido ni la esencia del programa. Lo que nosotros aprendimos y desarrollamos como profesionales de la televisión hoy simplemente se trasladó a otras plataformas, como YouTube, Instagram o incluso Twitch. Pero el formato, la estructura y el impacto que tiene Animal TV siguen siendo los mismos. Además, actualmente el programa continúa siendo emitido en dos señales televisivas: KTVK de Caseros y Canal 10 de Video Digital. Es decir, aunque se sumaron las redes sociales como nuevas vías de transmisión, el espíritu del programa sigue presente tanto en el plano digital como en la pantalla tradicional, reafirmando su vigencia y llegada a la audiencia. —¿Qué tipo de contenido y qué temas son los que más te gusta abordar en «Animal»? —Particularmente, me interesan los temas locales. Esa es siempre la prioridad: que el contenido esté vinculado a lo que sucede en Concepción del Uruguay y su entorno. A partir de ahí, cualquier temática puede ser abordada, siempre que tenga un anclaje en lo local. Es una forma de mantener una conexión genuina con la comunidad. En cuanto a los intereses personales, me atraen mucho los temas culturales, sociales y artísticos. Pero también me interesan los aspectos políticos, la salud, el turismo y la producción. Nuestra ciudad es demasiado rica en temáticas como para suponer que alguna no merece ser comunicada. Todo lo que forme parte del entramado social y económico de Concepción del Uruguay tiene un lugar en el programa. —Este lunes comenzaste a conducir un noticiero para Video Digital. ¿Qué te motivó a incursionar en este formato de entrega diaria de noticias, de una manera más formal y tradicional? —Los desafíos que plantea este tipo de formato pasan particularmente por lo presupuestario. Concepción del Uruguay, si bien es una ciudad con una actividad constante y muy rica en contenido informativo, sigue siendo una ciudad pequeña. A diferencia de centros urbanos más grandes, como Paraná, aquí no existen grandes empresas que puedan sostener estructuras de comunicación más robustas. En este contexto, el comercio local cumple un rol fundamental. Son los comerciantes —muchos de ellos con negocios familiares— quienes, con un esfuerzo que uno reconoce y valora profundamente, hacen posible buena parte del sostenimiento de los medios de comunicación, incluidos los espacios informativos. A ellos hay que agradecerles especialmente, porque son parte clave del ecosistema mediático de la ciudad. También hay que reconocer el acompañamiento del Estado, tanto en su esfera municipal como provincial, que aporta a distintos niveles. Sin embargo, el verdadero anhelo de quienes trabajamos en comunicación es poder contar con mejores presupuestos. No solamente para renovar o adquirir equipamiento —que hoy en día puede ser bastante accesible—, sino, sobre todo, para destinar recursos a la organización de los equipos humanos. La «hora hombre» es, sin dudas, donde más se nota la diferencia. Poder contar con más periodistas, más productores, más cronistas en la calle, permitiría elevar aún más la calidad del contenido. Ese es el gran objetivo al incursionar en este nuevo formato: aportar una mirada profesional y comprometida, pero también seguir buscando formas de fortalecer el periodismo local desde adentro. —¿Cuáles son los principales desafíos de cubrir diariamente noticias locales en Concepción del Uruguay? —Los principales desafíos pasan, particularmente, por la cuestión presupuestaria. Concepción del Uruguay es una ciudad con una actividad social, cultural y política muy intensa, pero sigue siendo una ciudad pequeña. A diferencia de otras localidades más grandes, como Paraná, aquí no existen grandes empresas que puedan sostener económicamente medios con estructuras amplias. En este contexto, el comercio local cumple un rol clave. Hay muchísimos comercios, muchos de ellos familiares, y son justamente estos actores los que, con enorme esfuerzo, sostienen buena parte de la radiodifusión y de la comunicación en general. A ellos hay que agradecerles profundamente, porque, en gran medida, gracias a su aporte se pueden llevar adelante los proyectos periodísticos. También es cierto que tanto el Estado municipal como el provincial colaboran con sus aportes. Sin embargo, el gran anhelo para quienes trabajamos en medios locales es poder contar con presupuestos más sólidos. Ya no se trata tanto del equipamiento —que hoy puede ser relativamente accesible—, sino de disponer de recursos para ampliar y fortalecer los equipos humanos. Es en la «hora hombre» donde realmente se nota la diferencia: tener más periodistas en la calle, más producción, más seguimiento. Eso es lo que hace crecer la calidad del periodismo local. —¿A qué público objetivo apuntan? —Vos sabés que creo haber entendido, desde que hace 16 años comencé con Animal TV, que el público de la televisión es absolutamente heterogéneo. Hoy podríamos decir, y seguramente acertaríamos, que los más jóvenes —de 25 años o menos— ya no están mirando televisión. Sin embargo, a partir de esa franja etaria en adelante, el público se diversifica y sigue recurriendo a la pantalla como una fuente clave de información. Por eso, el noticiero apunta a todo interesado en la cuestión local y regional, sin segmentaciones estrictas. «InfoCedilu Noticias» es el espacio donde va a circular toda esa información que importa a la comunidad: política, cultura, sociedad, deporte, salud, educación y más. La idea es construir un canal informativo pensado para el día a día de la gente de Concepción del Uruguay y su zona de influencia. —¿Cómo equilibrás tu rol en Radio Animal con tu trabajo en el noticiero de Video Digital? —De manera muy fácil, muy armónica. Ambos espacios se complementan naturalmente porque comparten una misma intención: comunicar y visibilizar lo que sucede en la ciudad. Se cruzan en el trabajo diario, en las temáticas que se abordan, en el interés por reflejar lo que hace el vecino, lo que preocupa a la comunidad, las actividades que realizan las ONG o las acciones del municipio. En definitiva, aunque se trate de medios distintos, las áreas temáticas que se cubren tienen un hilo conductor común: la información local. En esa heterogeneidad de asuntos —que pueden ir desde lo cultural hasta lo institucional—, lo que unifica todo es el enfoque puesto en lo que ocurre en Concepción del Uruguay. Eso permite que ambos roles se potencien mutuamente y no se contrapongan. —¿Qué tipo de historias o temas te interesan más cubrir en el noticiero? —Mi enfoque siempre está puesto en los temas locales. Desde ahí, cualquier temática es válida, siempre que esté relacionada con la ciudad y su entorno. Mi interés personal recae en aspectos de la cultura, la sociedad, lo artístico, pero también en áreas como la política, la salud, el turismo y la producción. Concepción del Uruguay es una ciudad increíblemente rica en temáticas que merecen ser comunicadas. Desde mi perspectiva, no hay ningún tema local que carezca de importancia. Todo lo que impacta a la comunidad tiene un espacio en el noticiero, porque lo que pasa en nuestra ciudad es relevante y digno de ser contado. —¿Cómo ves el futuro de los medios de comunicación locales en Concepción del Uruguay? —Si pudiera predecir el futuro de los medios de comunicación, más que responder a esta pregunta, estaría apostando a ser un buen adivinador, como si fuera a la quiniela. La verdad es que no sé cómo será el futuro, ni cómo ocurrirán los cambios, pero lo que sí tengo claro es que los procesos de transformación en pueblos como el nuestro suelen ser más lentos en comparación con las grandes ciudades. Nosotros, por ejemplo, adoptamos Facebook mucho después que las grandes urbes. Lo mismo ocurrió con otros avances tecnológicos y redes sociales. En Concepción del Uruguay, plataformas como Twitter nunca tuvieron el mismo impacto que en lugares como Buenos Aires, donde se considera casi esencial, como si fuera un documento de identidad. Aquí, Twitter nunca ha sido una vía de comunicación ni de información relevante. Todavía seguimos utilizando Facebook de manera activa, lo que puede parecer obsoleto para algunos, pero en realidad, es una de las plataformas más efectivas, no solo a nivel local, sino también a nivel nacional y mundial. Las estadísticas siguen demostrando que, a pesar de que muchos lo consideran una palabra en desuso, Facebook continúa siendo una herramienta importante para la comunicación. En cuanto al futuro, es probable que sigamos adaptándonos a las nuevas tendencias a nuestro propio ritmo. El desafío para los medios locales será encontrar un equilibrio entre las plataformas más tradicionales y las innovaciones digitales que van surgiendo. —También fuiste director de Radio LT11, si no recuerdo mal entre 2016 y 2019. Con esa experiencia y desde la perspectiva de un actual oyente de la emisora, ¿cómo ves la radio pública de Concepción del Uruguay? —La comunicación estatal siempre me pareció absolutamente indispensable, tanto en radio como en televisión. De hecho, muchos países valoran este tipo de medios y los tienen en alta jerarquía. Para mí, la radio pública tiene un rol fundamental porque es una vía de comunicación que llega a todos, sin importar los recursos que se tengan. La radio estatal debe ser un servicio público, cercano a la comunidad, y me parece que en Concepción del Uruguay esto es aún más relevante. Sin embargo, hoy lamento profundamente que, debido a cuestiones presupuestarias, los equipos de Radio LT11 estén dañados y no se pueda transmitir a través de la amplitud modulada. Este es un punto crítico, sobre todo pensando en los vecinos del departamento Uruguay, que, en muchos casos, tienen una relación muy cercana y genuina con la radio. Para muchas familias, la radio sigue siendo una de las formas más importantes de acceso a la información. Este tipo de conexión es muy valiosa, y me duele ver cómo la falta de recursos afecta la capacidad de la emisora para llegar a toda la audiencia que depende de ella. La radio pública tiene que seguir siendo un pilar en la comunicación local, y es una lástima que no se pueda aprovechar todo su potencial por esas limitaciones técnicas. —Además de ejercer el periodismo, sos docente de esta profesión (o al menos lo eras). Desde esta perspectiva, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que aspiran a dedicarse al periodismo? —La profesión de comunicador, ya sea locutor, periodista o en cualquiera de sus variantes, es una comunicación incómoda, si se quiere. Es incómoda porque exige muchísima atención sobre todo lo que sucede a nuestro alrededor. No solo lo que pasa de manera cercana, sino también lo que ocurre en lugares más lejanos. Como comunicadores, tenemos la «obligación» de conocer absolutamente todo, de estar informados en todas las áreas y sobre cualquier tema. Y cuando no sabemos algo, es común recibir críticas o quejas justificadas de la audiencia. A veces nos preguntan: «¿Cómo no sabes esto?», y aunque uno pueda no estar informado en ese momento, es cierto que existe una necesidad de tener un conocimiento más profundo y extenso. Lamentablemente, los jóvenes de hoy conocen menos que antes, por diversas razones. En primer lugar, por ser jóvenes, ya que no han tenido tanto tiempo para experimentar y recorrer el mundo como nosotros, que ya tenemos más experiencia. Esa falta de experiencia es normal y solo se adquiere con el tiempo, haciendo camino al andar. Sin embargo, también hay factores culturales y tecnológicos que influyen en esta situación. Hoy en día, se lee mucho menos que antes y, lo que se lee, generalmente son contenidos más ligeros, triviales o poco profundos. Muchos de estos datos no están chequeados, a menudo están mal escritos, o simplemente no son de calidad. Todo esto contribuye a que, cuando un joven quiere convertirse en comunicador, la tarea de adquirir conocimientos sea más difícil. Desde la perspectiva de la educación, este es un gran desafío. Cuando los jóvenes llegan a la carrera de locución o a la licenciatura en periodismo, me doy cuenta de que, en su educación formal, ya sea en la escuela primaria o secundaria, no se les ha promovido la lectura de manera adecuada. No solo me refiero a la lectura de libros, sino también a la lectura crítica, a la comprensión profunda de lo que se lee. Yo recuerdo que, en mi época, en tercer grado, teníamos que llevar un libro, pararnos frente al aula y leer en voz alta. Este ejercicio no solo nos ayudaba a mejorar nuestra expresión oral, sino que también nos enseñaba a comunicarnos de forma clara y efectiva, algo esencial en nuestra profesión. Lamentablemente, hoy en día, este tipo de prácticas se han perdido. No se les enseña a los jóvenes cómo leer correctamente en voz alta, cómo proyectar su voz o cómo manejarla para que se les entienda con claridad. Y eso, sin duda, va en detrimento de la jerarquía de nuestra profesión. La falta de estos ejercicios básicos impacta directamente en la calidad de la comunicación y en la forma en que los futuros comunicadores podrán desenvolverse en su carrera. Por eso, mi consejo es que, además de estudiar periodismo o locución, se sigan formando como comunicadores completos, que lean, que se informen, que busquen siempre aprender más y que, sobre todo, valoren el poder de la palabra hablada y escrita. ¿Cómo fue el proceso de creación y evolución de Animal TV, especialmente en sus primeros años, y qué impacto tuvo en la comunidad de Concepción del Uruguay? Este año, no sé si por nostalgia o por alguna otra razón, caí en la cuenta de que hace 16 años comenzamos con Animal TV, cuando en Concepción del Uruguay el uso de Facebook aún estaba en sus etapas iniciales. En ese entonces, la red social no era tan masiva como lo es hoy, y eso nos permitió experimentar con una propuesta que combinaba la información relevante de la ciudad con un enfoque de entretenimiento y un estilo descomplicado en la presentación de las noticias. Lo hicimos bajo la excusa de que era un programa de radio, aunque en realidad no era televisión, ya que la televisión en esa época todavía seguía ciertas formalidades que hoy parecen muy lejanas. Nos dio muchísimas satisfacciones el hecho de que pudimos combinar estos dos mundos, ofreciendo información local con un toque fresco y espontáneo. En aquellos días, no existían las plataformas de streaming como las conocemos hoy, y la comunicación era más tradicional: las noticias se escuchaban por radio, se leían en los diarios o se veían por televisión. Sin embargo, Animal TV logró destacarse en un momento en que la gente aún no estaba completamente acostumbrada a los nuevos formatos de comunicación digital. Recuerdo que en ese entonces, el concepto de streaming aún era algo remoto y nos enfrentábamos a una comunicación mucho más tradicional. Pero a pesar de eso, Animal TV logró hacerse un lugar destacado en la rutina matutina de los vecinos de Concepción del Uruguay. La gente esperaba vernos al comenzar su día, lo que, para mí, es un logro muy significativo y me llena de orgullo. Pensar en cómo empezó todo, en todo lo que se hizo para que Animal TV se convirtiera en lo que es hoy, realmente me llena de satisfacción. Y lo que me emociona aún más es el trabajo de todos los profesionales que pasaron por este proyecto y que ayudaron a hacerlo realidad. Sin su dedicación y esfuerzo, nada de esto habría sido posible.

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