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» La Capital
Fecha: 20/04/2025 14:32
Ismael Serrano es una de las voces más reconocibles de su generación. Cantautor de pura cepa, construyó casi treinta años de carrera a través de canciones conmovedoras que supieron hablarle a distintas generaciones y un imperturbable compromiso con la realidad. Rosario tendrá la oportunidad de verlo como nunca antes: en formato sinfónico, junto a su banda y una orquesta de cuarenta músicos. El show será el sábado 26 de abril, a las 20.30, en el Teatro El Círculo (Laprida 1223). Esta presentación llevará al vivo el trabajo de “Sinfónico”, el disco que grabó en el Teatro Colón de Buenos Aires y que se lanzó en octubre de 2024. Se trata de trece versiones de algunas de las canciones más importantes de su carrera, con la poesía y la intimidad de siempre pero con una dimensión inédita. En contraste con el despliegue orquestal, Serrano alterna estos shows con presentaciones acústicas que lo devuelven a su raíz: el hombre con su guitarra. Esa misma esencia es la que presenta en sus redes sociales, donde para deleite de miles de usuarios desafía al algoritmo a través de videos interpretando canciones de artistas como Shakira, Joaquín Sabina, María Elena Walsh, Fito Páez, Serú Girán, y Ricky Martin. Casado desde 2010 con la argentina Jimena Ruiz Echazú, su vínculo con el país y su público es profundo y genuino. Antes de su paso por Rosario, Ismael habló con La Capital sobre el armado de este concierto, la canción como baluarte en vías de extinción y la posibilidades políticas de la música en época de individualismo y algoritmos: - ¿De qué manera sentís que el formato sinfónico transforma tus canciones? Siempre que haces un disco así de repaso de repertorio, haces balance de lo que has vivido. En este caso, me doy cuenta del privilegio que supone tantos años de carrera, sobre todo de tener la oportunidad de tener un sinfónico. Es un trabajo arduo y es un reto ambicioso hacer una gira como la que estamos haciendo. Las canciones adquieren otro vuelo, otra mirada. El arreglo sinfónico les imprime una cierta épica y te das cuenta que en estos tiempo en los que vivimos, que son un tanto oscuros y un tanto difíciles, quizás sea saludable imprimir cierta épica a lo cotidiano, que finalmente es de lo que casi siempre hablan las canciones. Nuestra vida diaria está llena de una poesía, de una épica que no siempre somos capaces de ver. Rescato esa emoción que se vive en los conciertos de una épica casi cinematográfica, para la cual una orquesta de 40 músicos ayuda. - En cada ciudad que visitás con este formato, tocás con una orquesta local. ¿Cómo es el proceso de trabajo con los músicos? Hay un trabajo previo de pre producción muy importante. Mandamos primero las partituras, señalamos algunos arreglos y después hay que viajar para ensayar con los músicos. A veces trabajamos como orquestas que ya están formadas. En Córdoba estuvimos con la Orquesta Filarmónica, y en Montevideo con la Orquesta Juvenil del Sodre. A veces también se arman sinfónicas para conciertos como va a ser el caso de Rosario. Son gente de distintas formaciones que se junta para un evento de estas características. Los músicos clásicos tienen disciplinas distintas a quienes hacemos música popular, o en mi caso canción de autor, entonces es un aprendizaje importante. Las pruebas de sonido también son largas, y los shows necesitan de una sala con características técnicas específicas. Por lo tanto, desde el punto de vista de producción es un reto importante. Yo reivindico mucho el canon de un cantautor que es un tipo con su guitarrita, pero trabajar con muchos músicos también es una escuela. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Ismael Serrano (@serranoismael) >> Leer más: Pedro Aznar: "Con Charly tenemos un entendimiento casi telepático" - En contraste, en redes compartís videos cantando solo con tu guitarra. ¿Qué encontrás en ese espacio? Me divierte hacerlo. Cuando surge una guitarreada entre amigos, hago exactamente eso. Me divierte más en esos lugares tocar canciones de otros y hacer versiones insospechadas, que es lo bonito también. El reto es llevar esa canción a tu territorio, no imitar la versión original. Primero porque no sabría y porque muchas veces ese original es inigualable, y porque me parece un divertimento atractivo intentar incorporarla a mi forma de cantar y entender la música. Yo no soy muy amigo de las guitarreadas, soy más amigo de las sobremesas. En eso discrepo con algunos colegas, con los que de vez en cuando nos juntamos. Pero cuando se da la guitarreada, me entrego en cuerpo y alma y me da por cantar versiones de autores que me han gustado toda la vida, pero también de repente cantar cosas que he escuchado y que me gustan. Hay algo de ejercicio de reivindicación de lo que es la canción, que yo creo que se está perdiendo. La canción como cuestión conceptual, con su melodía, su armonía, su puente. Hay un video muy bonito de Sting reivindicando los puentes porque se están perdiendo. Hoy lo que se busca es casi un meme musical, que se pueda reproducir en redes sociales y se pueda coreografiar. En ese sentido, estas cosas que hago son una reivindicación de la canción y de una forma de entender la música. Muchas veces tienen que ver también con torcerle el brazo al algoritmo, con hacer enlaces insospechados, como hice en mi disco anterior en el que grabé un tema de Juan Luis Guerra. Y si escuchas a Juan Luis Guerra, difícilmente el algoritmo te recomiende a Ismael Serrano. Pero nuestro gusto musical tiene en general bastante menos prejuicios que el algoritmo. - Y de la misma manera, propone brevemente un momento de ritual, de otra velocidad, en medio del scrolleo y el consumo. Exige además otro tipo de atención que no es muy habitual, una atención que estamos perdiendo en parte por la dinámica de las redes sociales. Cuando cuelgo estos videos y miro las estadísticas, en TikTok sobre todo, es muy curioso porque lograr que el 5% de quienes miran tus videos lo vean hasta el final es muchísimo. La mayor parte ven sólo 10 segundos. Así que cantar una canción que suponga un relato es un desafío porque no existe atención para seguir ese relato. Y ya ni te digo en mi ejercicio de composición, en el que yo tengo canciones que no tienen estribillo. Hay una que se llama “Recuerdo” que cuenta una historia en el sentido clásico de presentación, nudo y desenlace, y eso convive muy mal, en un contexto de déficit de atención, con canciones que buscan el impacto de la frase. En muchos casos es muy evidente que están armadas para generar ese impacto, pero no hay lugar para el relato y mucho menos para el matiz. Embed - Ismael Serrano - Recuerdo (Sinfónico - Video Oficial) >> Leer más: Dillom, Wos, No Te Va a Gustar: fuertes críticas a Javier Milei en el Cosquín Rock 2025 - Tenés un vínculo histórico con la canción de protesta. ¿En qué expresiones musicales ves, si es que lo ves en algún lado, la posibilidad de la protesta? Las que están ahora mismo a la vanguardia de la canción de protesta son mujeres. Mujeres que no solamente escriben y dicen en sus canciones, sino que también se expresan públicamente. A veces también pasa por eso. Y finalmente se trata de escribir canciones que tienen que ver con la realidad. Y creo que hay un desapego de muchos artistas con respecto a la realidad y prefieren practicar el escapismo. Hay canciones que se dicen no políticas, pero tienen un alto contenido político porque funcionan como propaganda del sistema en el que vivimos. Porque lo que hacen es perpetuar roles, injusticias. Ese machismo por ejemplo que está muy presente en algunos tipos de música urbana, tiene un carácter político mucho más efectivo que canciones de protesta hechas por un cantautor. Incluso cuando uno decide no decir algo ante una injusticia, también está adoptando una posición política. Por eso me parece tan necesario, en tiempos en los que hay un señalamiento claro a algunos artistas por parte incluso de gente con responsabilidades de gobierno, como es el caso de Argentina. Lo que más me flipa es cuando dicen que Milei dijo algo de Lali porque Lali también dijo algo de Milei. Establecer ahí una simetría entre un presidente y una artista me parece absolutamente tramposo e irresponsable. No es lo mismo, un jefe de estado tiene otras responsabilidades, incluyendo la de gobernar para todos, incluso para quienes lo critican. Incorporar las críticas siempre me parece saludable pero sobre todo para quienes tienen una responsabilidad tan importante. - También hay una literalidad abrumadora, que dificulta conectar con lo político desde un lugar más poético. Se trata de cantar sobre lo que te emociona. Te pueden emocionar tus historias de amor y desamor, pero me sorprende que haya gente capaz de ser impermeable a lo que ocurre más allá de eso. Hacer una canción de protesta no tiene mucho misterio, es simplemente emocionarse por lo que ocurre en la calle. Los tiempos que vivimos han hecho que perdamos la visión del nosotros. Hay un hiperindividualismo que ha calado en las condiciones sinápticas de nuestro cerebro en tal modo que no somos capaces de percibir en los otros el paisaje común, lo compartido, el bien común. Siempre pongo el ejemplo de la canción “Mediterráneo” de Serrat, una canción que no es intrínsecamente política pero habla de un nosotros. Al día de hoy es un antihit y en su momento se convirtió en una canción icónica, que sienten como propia incluso quienes tienen el Mediterráneo bien lejos, porque habla de un horizonte común en el que convergen miradas, anhelos. Creo que falta eso, hablar de nosotros, construir un relato colectivo, atender a las frustraciones y los anhelos colectivos, y no mirarnos tanto el ombligo. Sí echo en falta ese ejercicio. Y también el hecho de contar historias, porque siento que falta esa canción relato que es difícil de encontrar y que me parece sumamente interesante. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Ismael Serrano (@serranoismael) >> Leer más: Lali fue entrevistada por Pedro Rosemblat: "Soy mina, soy exitosa y todo lo que los libertarios detestan" - Si no están en la música, ¿dónde encontrás esas historias, ese poder narrativo? Hay series y películas que pueden resultar interesantes. Ahora está en boca de todos “Adolescencia”. Me parece que “Severance” tiene un mensaje muy interesante también. El otro día leía un tuit que hablaba de cómo la serie habla del fracaso de una comunidad y de cómo el mundo adulto está absolutamente desconectado. Es tramposo pensar que se trata sobre la responsabilidad de los adolescentes, es un abandono de funciones por parte del estado incluso, que es quien tendría que tener capacidad para poner límites a las redes sociales que nunca se hacen responsables de los contenidos y dinámicas que se desarrollan en ellas. No sé muy bien dónde se encuentran los relatos. En la canción de autor, las que hacen cosas más interesantes en ese sentido son las mujeres, como María Rozalén en España o Ele. Incluso cuando le cantan al amor, lo hacen desde otro lugar, poniendo en cuestión la idea del amor romántico y un tanto tóxico que hemos cultivado sobre todo los varones. No cantar desde un lugar de dependencia, rechazando el mito de la media naranja, ya me parece un lugar de rebeldía a reseñar en un contexto en el que casi nadie hace cosas diferentes. Hoy vemos muchas canciones con 800 autores donde se nota que se hicieron pensando no en el destinatario sino en cómo el algoritmo los va a privilegiar. Canciones sin alma, por así decirlo, que lo que buscan es encontrar los recovecos para impactar. En ese sentido, me interesa destacar el trabajo de las mujeres que están a la vanguardia de la canción de autor y de la música en general. Lo vemos incluso en Argentina, donde las voces críticas más destacables y más populares son femeninas, en cuanto a protesta. Y son las que están recibiendo más ataques de los elementos más reaccionarios de la sociedad.
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