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  • Mirad el árbol de la cruz

    » Diario Cordoba

    Fecha: 18/04/2025 13:19

    Os invito a contemplar esa estampa que dibuja el monte calvario, donde se eleva erguida y fría la cruz que suspende el cuerpo doliente, maltratado del cordero inocente que ha entregado la vida por mí. Que, en la soledad de la caída de la tarde, se encuentra el verbo despojado de la muchedumbre complaciente, temerosa y cobarde que fue bendecida y sanada con sus palabras y signos prodigiosos, la misma que fue acogida con una mirada compasiva y misericordiosa, aquella que sintió cómo sus corazones aprendían la sabiduría de la reconciliación y la justicia. En esta inmensa soledad del que aparentemente ha dejado de ser y ya no es aclamado, aparecen en escena las hienas, que no contentas con haber derramado su hiel en un juicio calumnioso, aún les queda maldad y execración en su interior para mofarse, burlarse y escarnecer al inocente. Pero Cristo, contemplando el corazón amoroso de la que se ha dado por entero, María, Madre Dolorosa a sus pies taladrados, insufla un hálito del aire helado y pútrido de la tarde tenebrosa en su pecho para que el ignaro y estremecido soldado traspasara su corazón y al punto, con una fuerza asombrosa y portentosa, se abriera la fuente de la ternura, el perdón de toda maledicencia, la esperanza de la vida futura. Ante la visión de esta estampa, cómo podemos permanecer impávidos e indiferentes; cómo no estremecernos ante tanta generosidad y amor; cómo no derramar lágrimas de arrepentimiento por nuestros pecados; cómo dejar pasar la vida sin dejarnos transformar como el hijo pródigo; cómo seguir llevando una existencia mediocre y tibia que se niega a aspirar a la perfección; cómo vivir cavilando que todo da igual; cómo pensar que no es necesario para ser buen hijo de Dios vivir en permanente combate contra todo aquello que nos aleja de su amor; cómo no suspirar por tener la fe de la hemorroísa, del centurión, del leproso…; cómo no ambicionar el alma arrepentida de la mujer pecadora y del buen ladrón.

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