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» Rafaela Noticias
Fecha: 18/04/2025 00:13
El actual fiscal regional Carlos Vottero fue el primer funcionario del MPA a cargo de la investigaciòn y de apuntar contra Belizán. Homicidio de Julio Funes: comienza el juicio y pedirán 40 años para Belizán El próximo lunes 21 comenzará el juicio oral y público en el que se juzgará a los presuntos responsables del homicidio de Julio Ramón Funes, de 70 años, ocurrido el 29 de marzo de 2020, en un episodio que desde entonces quedó bajo investigación. El cuerpo de Funes fue hallado luego de un incendio en un galpón, que -según se comprobó luego- había sido iniciado intencionalmente para ocultar las huellas del crimen. El caso será ventilado en un juicio que se iniciará a las 9 del lunes, bajo la presidencia del juez José Luis Estévez. La lectura del alegato de acusación estará a cargo del fiscal de Homicidios Martín Castellano, quien pedirá una pena de 40 años para el principal acusado por el hecho, Iván Alejandro Belizán. Además, Castellano también resolvió acusar a Marianela Andre Pairetti, quien en principio había sido desvinculada del caso y puesta en libertad, pero a la que ahora se le piden 9 años de prisión de cumplimiento efectivo, por su presunta complicidad en el asesinato y en el incendio de cobertura posterior. La defensa de los imputados estará a cargo de la Dra. Amalia Cassina. El caso En la tarde del domingo 29 de marzo -en plena cuarentena total por la pandemia de COVID, donde se había decretado el primer aislamiento social, preventivo y obligatorio apenas 9 días antes-, Julio Funes fue hallado sin vida en un galpón ubicado en la parte posterior de la vivienda en donde residía, en Soldano al 1.300, en el barrio Fasoli. Sus restos estaban calcinados. El Dr. Carlos Vottero, fiscal de turno en ese momento, tomó a su cargo la investigación inicial. El actual fiscal regional desentrañó la trama de los sucesos. Así, se supo que las llamas se habían originado en dos lugares, en el interior y en el exterior del galpón ubicado en la parte trasera del domicilio. La presencia de algún “líquido derivado de hidrocarburos” confirmó las sospechas de los peritos sobre un incendio intencional. Tras extinguirlo, se encontraron con el cadáver de Funes totalmente carbonizado. Las pericias de personal de Criminalística arrojaron que el cuerpo estaba decúbito dorsal, con los pies y manos extendidos. Las muñecas y los tobillos estaban sujetos con cables y tenía larvas y gusanos (algunas calcinadas y otras no) en su cabeza y en la ingle, lo que indicaba una sola cosa: la muerte había sido mucho antes de que incineraran sus restos. En las múltiples audiencias en las que fue analizado el caso, se conoció la hipótesis principal del hecho. Aparentemente, Julio Funes fue asesinado tras una discusión que se generó cuando “le negó un pedazo de pan a la nena” (el acusado y su hermana frecuentaban la casa de Funes acompañados de la hija de esta última). Iván Belizán habría tomado una pala de hierro y le asestó un golpe mortal en la cabeza. Belizán y Pairetti, que se encontraban en situación de calle, había logrado que Funes los ayudara compartiendo la casa. Pronto tomaron posesión de la misma como si fuera propia, al punto que Funes dormía en el suelo para dejarles su cama a los "inquilinos". Otro dato revelado indicaba que la pareja de imputados fue vista por vecinos salir de la casa con guantes de látex, casi idénticos a los mismos que los peritos encontraron en la basura al examinar la casa una vez hallado el cuerpo de Funes. O cuando una vecina fue hasta el almacén que siempre atendía Funes en su casa. Pero esta vez no estaba, sino que la recibió una mujer, quien le dijo que Julio tuvo que viajar de improviso a Córdoba por un problema de salud de una familiar. Ninguna de las tres listas de pasajeros de los micros que ofrecen el servicio desde la Terminal de Rafaela a Córdoba registraron a Julio Funes en sus asientos. Los días posteriores, otros vecinos, a quienes se les hacía extraña la ausencia de Julio por tanto tiempo comenzaron a ver cómo esta pareja se llevaba bolsas con mercaderías, un ventilador, una estufa y varias otras cosas de la casa. “Julio nos dejó a cargo porque se va a quedar en Córdoba por la Cuarentena” fueron las palabras de la mujer sospechada, ante la pregunta de otra vecina de la casa. Las idas y vueltas judiciales Belizán varias veces analizó la propuesta de declararse culpable en un juicio de procedimiento abreviado. En alguna oportunidad RAFAELA NOTICIAS incluso asistió a alguna audiencia convocada para tal fin -se hablaba de una pena de 40 años para el homicida. Incluso su hermana lo había señalado: especulando con quedar fuera de toda sospecha en la causa había apuntado directamente contra su hermano, a quien sindicó como el único responsable del asesinato. “Yo vivía amenazada” “No podía ser feliz porque él siempre estaba ahí” fueron algunas de sus palabras. Sin embargo, cuando llegaba el momento del trámite de firmar la condena, Belizán armaba alguna escena y desactivaba el acuerdo. En la última oportunidad en que intentó esa estratagema, la Fiscalía decidió cortar por lo sano y resolvió acelerar la elevación a juicio oral y público, instancia que finalmente se consumará desde este lunes. A Belizán se le imputan los delitos de homicidio simple, abuso sexual agravado por mediar acceso carnal y por haber sido cometido contra una menor; abuso sexual simple y promoción de la corrupción de menores. A su media hermana se la acusa de ser partícipe secundaria del homicidio de Funes.
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