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» Diario Cordoba
Fecha: 17/04/2025 03:44
Hablar de error cuando hablamos de vidas humanas es, cuando poco, insultante, porque no se mata por error y menos se mata dos veces cometiendo el mismo error, que es lo que hizo Rusia en su ataque doble a la ciudad de Sumi, con imágenes que resultan insoportables por su dureza y por el grado de tolerancia con el que acabamos asumiendo la realidad de una guerra en un país cercano que ha sido invadido y bombardeado casi diría con cierta impunidad. Y mientras eso sucede, y sucede todos los días, España se prepara para una Semana Santa que puede ser histórica en cuanto al número de turistas que nos visiten para disfrutar de un país que, aunque a algunos no les guste, funciona y en el que se puede vivir con cierto grado de satisfacción y tolerancia, a pesar de los intolerantes, que los hay, y de los aprovechados, que también los hay, y visten trajes con corbata y ocupan ministerios y la van liando allí por donde pasan con privilegios que nadie les dio, pero que ellos creían tener por no sé qué mérito. Decía el otro día un comentarista en un programa de televisión que, en política, ya se sabe, eso de aprovecharse del cargo es algo natural, que siempre ha pasado, pasa y pasará. Y lo peor de todo es que tiene razón, pero es preciso matizar su grado de razón, porque por cada Ábalos que nos llega como un regalo envenenado hay cientos y miles de personas que, dedicándose a la política, nos hacen la vida mucho más fácil y algunas de ellas por hacer y ejercer ese trabajo sufren un trato vejatorio y son insultadas injustamente, como ha sido el caso últimamente de la ministra Pilar Alegría, una mujer valiente, digna, que soporta y sonríe y trata de liderar escuchando y no pisando con bota firme y látigo verbal. A veces me quedo dormida escuchando a unos, a otros y el pensamiento se cuela en el sueño y el sueño es una realidad que abofetea y de repente toda el agua del mar se cuela por una tubería transparente donde confluyen las cosas feas que vemos a diario y la tubería no tiene fin porque conecta con el fin del mundo que no existe y allí una y otra vez brotan nuevos nombres y hombres que son herederos de los que solo buscan su triunfo personal y hacen un ruido muy violento de cristales rotos. De repente todo se calma y cierro los ojos con fuerza e imagino que el aprendiz del hombre de mañana tiene sabiduría, hermosura, talento y decencia y con ese sueño el agua vuelve al mar y por un instante no hay ruido, salvaje silencio sobre el horizonte.
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