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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/04/2025 08:43
Los Simpsons han marcado la televisión global desde 1989 con capítulos icónicos y polémicas predicciones. Fuente: 20th Century FOX Los Simpsons son una de las series animadas más emblemáticas de la televisión. Con una transmisión ininterrumpida desde 1989, la creación de Matt Groening se convirtió en un fenómeno mundial que sobrepasó todo tipo de límites. Además de sus capítulos y escenas memorables, el programa despierta fascinación por una cuestión en particular: las predicciones que parecen haber anticipado la realidad. Con el paso del tiempo, se han visto interpelados por su supuesta capacidad de anticipar eventos del mundo real. Desde la elección de Donald Trump hasta la pandemia del coronavirus, múltiples coincidencias han sido interpretadas como “predicciones” de la serie. En este caso, se trata de una curiosidad que ha sido descubierta hace poco y se centra en un hecho que todavía no estaba en los planes de nadie, excepto los guionistas de la serie. El episodio que muestra una nueva predicción Emitido por primera vez en 1995 como parte de la sexta temporada de Los Simpsons, el episodio titulado La boda de Lisa introdujo una visión futurista del mundo que ha sido objeto de múltiples análisis por parte de fanáticos y medios especializados. Ambientado en el año 2010, el capítulo plantea un salto temporal en el que Lisa, con 23 años, cursa estudios universitarios y se prepara para casarse con un joven británico. A través de este recurso narrativo, los guionistas despliegan una serie de referencias a cómo imaginaban que sería el mundo quince años después. Entre los elementos que aparecen en esta representación del futuro, hay uno que llama particularmente la atención: una estructura arquitectónica que, según el análisis publicado por SensaCine, guarda un notable parecido con el rascacielos The Shard, el edificio más alto de Londres. Los Simpsons han marcado la televisión global desde 1989 con capítulos icónicos y polémicas predicciones. Fuente: Accademia Británica La aparición de The Shard En la secuencia en cuestión, se muestra un panorama de Londres donde pueden distinguirse varios elementos icónicos del paisaje urbano de la capital británica, incluido el Big Ben, cuya esfera de reloj ha sido modificada a una versión digital como parte de la ambientación futurista. Sin embargo, lo que ha generado debate es la presencia en segundo plano de un edificio puntiagudo que no existía ni en planos ni en propuestas arquitectónicas públicas al momento de la emisión original del episodio. La silueta y proporción de esta figura coinciden con la del futuro The Shard, diseñado por Renzo Piano, cuya construcción comenzó recién en 2009 y finalizó en 2012, aunque su apertura oficial tuvo lugar en 2014. Otro ejemplo intencionado aparece en la ya mencionada representación del Big Ben. En lugar de su tradicional esfera de reloj analógica, la torre aparece con un reloj digital. Esta modificación no es casual: simboliza el reemplazo de lo clásico por lo funcional, lo duradero por lo efímero. Un episodio de 1995 muestra un edificio similar a The Shard, construido años después en Londres. Fuente: 20th Century FOX El enfoque irónico de Los Simpsons sobre sus propias predicciones Con el paso del tiempo, la serie se vio interpelada por su supuesta capacidad de anticipar eventos del mundo real. Desde la elección de Donald Trump hasta la pandemia del coronavirus, múltiples coincidencias han sido interpretadas como “predicciones” de la serie. Ante esta lectura popular, los propios creadores han respondido con ironía y escepticismo. Tal como recuerda SensaCine, tras la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2016, el gag de la pizarra en el segmento de apertura del programa expresó con resignación: “Tener razón apesta”. La frase, escrita por Bart en la clásica escena de castigo escolar, sintetiza el desconcierto del equipo creativo ante la materialización de uno de sus chistes más improbables. No se trató de una celebración, sino de una suerte de autocrítica humorística ante lo inesperado. En el libro Springfield Confidencial, el guionista Mike Reiss enfatiza que cualquier coincidencia con la realidad es producto de la estadística: “no puedes hacer más de 750 episodios y no acertar en algo”. La enorme extensión del corpus narrativo de la serie convierte lo que podría parecer clarividencia en una simple consecuencia de volumen y creatividad acumulada.
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