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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/04/2025 02:36
Una caja no solo es un escondite, también funciona como territorio propio cuando el gato la impregna con sus feromonas (Freepik) No importa cuántos juguetes sofisticados se compren o cuán mullida sea la nueva cama para gatos: basta con dejar una caja de cartón vacía en el suelo para que el animal decida, sin titubeos, que ese es su nuevo rincón favorito. Esta escena se repite con frecuencia desconcertante en hogares con gatos, donde lo más simple suele derrotar a lo más costoso. Como lo resume la veterinaria Helen Crofts, “sinceramente, pueden comprarse todos los juguetes y camas elegantes del mundo, pero lo que un gato parece disfrutar de verdad es una caja de cartón común y corriente”. La razón detrás de esta preferencia, lejos de ser un simple capricho, está profundamente arraigada en la evolución, el comportamiento instintivo y las necesidades emocionales de los gatos. Los motivos por los que los gatos prefieren el cartón Rascar, morder y destruir cartón es una forma de liberar tensión y canalizar el aburrimiento (Freepik) El cartón no solo es ligero y económico, sino que presenta características únicas que lo hacen especialmente atractivo para los felinos. De acuerdo con National Geographic, este material es un excelente aislante térmico. Ayuda a conservar el calor corporal del gato —cercano a los 37 °C—, creando un entorno acogedor que favorece el descanso. Además, su textura resulta cómoda para tumbarse y lo suficientemente resistente como para ser rascada, mordida o arañada. Este tipo de interacción cumple una doble función: al afilar sus uñas, los gatos marcan su territorio y satisfacen una necesidad fisiológica; al destruir el cartón, canalizan su energía y alivian el estrés. “Una caja de cartón también es un juguete perfecto para liberar el estrés”, afirmó en una nota a Infobae el doctor Juan Enrique Romero, quien remarcó su valor como objeto multifuncional: “a los gatos les gusta afilarse las uñas y marcar su presencia de ese modo, y el cartón cumple muy bien dicha función”. A diferencia de muchos rascadores convencionales, las cajas de cartón ofrecen una superficie que el gato puede morder, romper y moldear a su antojo. Esa libertad “destructiva” es parte del atractivo. ¿Por qué mi gato se esconde en las cajas de cartón? El cartón actúa como un aislante térmico natural que ayuda a conservar la temperatura corporal felina cercana a los 37 °C (Freepik) El comportamiento de esconderse en cajas responde, en esencia, a una necesidad de seguridad. Según National Geographic, los gatos, aunque depredadores, también son vulnerables por su tamaño, lo que los convierte en presas en ciertos contextos. En este marco, las cajas actúan como cuevas modernas: espacios cerrados con un solo punto de entrada que permiten al gato observar y, en ocasiones, sin ser visto. El diseño de la caja, con paredes altas y una abertura frontal, ofrece a los gatos una ventaja visual estratégica. Su campo de visión, más limitado que el de los herbívoros, se adapta mejor a observar en una sola dirección. Esto convierte a la caja en un refugio perfecto para descansar, vigilar el entorno o incluso simular una emboscada. Como explicó el doctor Romero, “una caja es un refugio mucho más seguro que una cama o un sofá”. La utilidad de las cajas va más allá del confort. Un estudio de la Universidad de Utrecht comprobó que los gatos que disponen de cajas se adaptan mejor a situaciones estresantes. En una investigación realizada en un refugio con 19 gatos, los que tenían acceso a cajas mostraron una recuperación emocional más rápida y una integración más fluida al entorno a partir del tercer día. La caja, en estos casos, no solo les proporcionó un escondite físico, sino un espacio de contención emocional ante el ruido, los olores desconocidos y la presencia de otros animales. Qué pasa si mi gato come cartón Ingerir cartón de manera ocasional no suele representar un peligro, pero hacerlo con frecuencia puede indicar un trastorno conocido como pica (Imagen Ilustrativa Infobae) Morder cartón es normal y forma parte del comportamiento lúdico y de exploración del gato. Sin embargo, ingerirlo de forma recurrente podría indicar un problema. Si el gato mastica y traga pedazos de cartón con frecuencia, es posible que esté manifestando una conducta compulsiva o una afección conocida como pica, que consiste en la ingesta de materiales no alimenticios. Los especialistas sugieren que esta conducta puede surgir por aburrimiento, estrés o falta de estímulos adecuados. Si esta actitud persiste o se intensifica, lo recomendable es consultar con un veterinario para descartar causas subyacentes. Mientras tanto, se pueden ofrecer alternativas seguras y enriquecedoras que redirijan esa necesidad destructiva hacia objetos pensados para ello. Qué otros materiales prefieren los gatos Otros materiales que también atraen a los gatos son bolsas de papel, túneles de tela y mantas suaves, aunque el cartón sigue siendo el favorito (Freepik) Además del cartón, existen otros materiales que pueden atraer a los gatos, aunque ninguno parece igualar su versatilidad. Las mantas suaves, los túneles de tela y las bolsas de papel también son populares, especialmente si permiten esconderse o trepar. Crofts mencionó que “el deseo de encontrar lugares seguros para descansar y buscar un lugar para elevarse del suelo” es un legado de su ascendencia salvaje. Esto explica por qué algunos gatos prefieren estantes altos o hamacas en ventanas: buscan altura y refugio. No obstante, el cartón mantiene su reinado como material preferido por muchas razones: es cálido en invierno, fresco en verano, moldeable, rascable y, para los tutores, es económico y fácil de reemplazar. Como recordó Romero, cuando el cartón se desgasta deja de proporcionar satisfacción, por lo que es importante renovarlo con regularidad. Detrás de la imagen simpática de un gato dentro de una caja hay siglos de evolución, biología y comportamientos heredados. No se trata de un capricho ni de una rareza: el cartón responde con precisión a lo que un gato necesita para sentirse cómodo, seguro y entretenido. Quizás no sea el juguete más vistoso, pero es, sin duda, el más eficiente. Como concluyó Crofts, “la felicidad parece venir en una caja”.
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