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  • Vínculos: cada vez más gente prefiere tener una mascota en vez de un hijo

    Parana » Uno

    Fecha: 14/04/2025 11:18

    Según el último Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2022, en Entre Ríos hay 1.425.578 habitantes, una cantidad superior a la anterior medición en 2010, pero la tasa de natalidad bajó un 35%, lo que incide directamente en el recambio de la población. Esta situación se registra también a nivel mundial. Si bien no hay una única variable que explique esta tendencia, inciden la evolución de la sociedad y los cambios en el rol de la mujer a lo largo de los años, ganando independencia y liberándose de fuertes dogmas y mandatos sociales que presentan la maternidad como un hecho incuestionable, priorizando ahora su realización personal antes que conformar vínculos familiares tradicionales. En este contexto también se da otro fenómeno muy marcado en cuanto a lo vincular: un relevamiento realizado a nivel país por la consultora Kantar Insights reveló que en el 80% de los hogares argentinos vive al menos un perro o un gato, y que el 75% de los encuestados los considera parte de la familia, e incluso como “un hijo” . Ante esta realidad, surge un interrogante, que para muchos es polémico, acerca de la conformación de los lazos que hoy tejen las personas con los animales domésticos, los cuales hoy cobran mayor protagonismo: ¿hay realmente más gente prefiere tener una mascota en vez de un hijo? En la encuesta de Kantar Insights, una franja de la población en edad reproductiva confió que efectivamente prefiere en la actualidad tener un perro o un gato antes que un hijo, lo que no significa que todos descarten la idea de tener descendencia a futuro, sino que al menos en su situación actual no quieren tener la gran responsabilidad que significa traer una vida al mundo: un niño o niña definitivamente demanda más tiempo, atención, y recursos que una mascota. embarazo.jpg Foto: Internet ilustrativa Generalización Para profundizar sobre este tema, UNO consultó a la licenciada en Psicología y sexóloga Anabella Martínez, que atiende en Paraná y en San Benito, quien analizó: “Desde un aspecto personal y profesional, no considero que las personas que no quieren, no pueden, o que atraviesan distintas circunstancias que las condicionan para tener hijos, los reemplacen con una mascota. Es decir, no creo que haya una cuestión consciente de decidir ´no voy a tener hijos, por eso voy a tener un perro´. No es un tema tan lineal. Puede haber casos, pero se tiende a hacer una generalización de esa idea, de esa concepción, y no es siempre de ese modo, no hay un patrón psicológico que avale eso”. En este sentido, señaló: “Hay personas que eligen tener una mascota, y le destinan afecto, atención, concentración, tiempo; y van construyendo ese tipo de vínculos. Pero no necesariamente se tiene que asociar que las personas prefieren tener mascotas y no tener hijos”. Ante la pregunta sobre si la sociedad en general tiene una mayor aceptación de la decisión muchas más mujeres que eligen no ser madres hoy en día, –independientemente de si tienen mascotas o no–, la especialista respondió: “No sé si hay alguien que lo tenga que aceptar, porque es una decisión personal. Pero sí siento que ahora se está charlando más sobre esta temática, y si bien todavía falta, antes la maternidad era una cuestión generalizada y hasta lineal: o sea, llegabas a cierta instancia de tu vida y ya tenías que evaluar tener pareja y por ende tener hijos. Pero ahora se está pudiendo es hablar más y por lo menos alguien puede contestar que no le interesa ser madre, que no quiere, que no es algo que desee, o que nunca fue realmente su anhelo, sino una cuestión que tiene que ver con patrones repetitivos, culturales y sociales”. Mascotas.jpeg Pet parenting La escritora Jimena Barrionuevo, autora del libro Revolución Animal, analiza cómo “la relación entre los animales humanos y los no humanos ha evolucionado a lo largo de la historia” y advierte que “el modo en que se vinculan se ha modificado radicalmente”, incluso con la consecuencia de que la palabra “mascota” vaya cayendo en desuso debido a la asimetría que propone desde su definición: “En muchos países, ya son reconocidos como seres sintientes, que tienen capacidad de conciencia y de sentir dolor y alegría, con los mismos derechos de los que también gozan los otros integrantes de la familia multiespecie”, indicó en una entrevista. Asimismo, planteó: “Lo que recoge un poco el libro es la tendencia que venimos registrando en los últimos años a nivel mundial, pero también en Argentina, que tiene que ver con los cambios demográficos, con las mayores poblaciones que hay en las ciudades, con un ritmo de vida agitado, y una maternidad más tardía. Hay una serie de elecciones que tienen que ver quizás con la vida moderna, y tal vez, ojalá así sea, con replantearnos nuevas formas o nuevos vínculos con los otros animales”. Y recalcó: “Nosotros también somos animales, si bien ellos son animales no humanos. Y en ese sentido, también es una invitación a pensar que tienen derechos, sienten, piensan, pueden expresar emociones, al igual que nosotros, y eso de alguna manera ya los hace muy parecidos o dignos de respeto, por lo menos”. Vínculos.jpg En medio de esta tendencia, surge el término pet parenting, o crianza de mascotas, que es la relación entre una persona y el animal con el que comparte su vida, y se caracteriza por la dedicación y el cuidado que se le brinda. En este devenir en el que las mascotas fueron cobrando mayor relevancia dentro de los vínculos humanos, en muchas ocasiones se tiende a “humanizarlas”. Incluso hay un mercado creciente que ofrece una cantidad de productos y servicios orientados a satisfacer sus necesidades, o al menos las de sus dueños. En la actualidad hasta hay bares, restaurantes, supermercados y hoteles que aceptan mascotas, psicólogos para animales (etólogos), servicios de peluquería especializados, seguros, guarderías, cementerios; y también productos específicos como alimentos que buscan mejorar la salud o calmar el estrés del animal, ropa de moda y juguetes. Por ende, es cada vez mayor el presupuesto que destinan las familias argentinas a los gatos y perros que forman parte de su hogar. GATOS.jpg Sobre este punto, Anabella Martínez observó: “Que haya más lugares que acepten mascotas no es sólo por cuestiones empáticas, sino que hay un mercado que promueve esto. Es en función de la cantidad de personas que están tomando esta responsabilidad de tener una mascota, que no creo que esté mal, porque es una cuestión social adaptarse también a un nuevo mercado, a nuevas necesidades, a nuevas demandas”. Con respecto a si es saludable “humanizar” a las mascotas, explicó: “Debe haber un límite, pero considerando lo que es saludable o no. Porque hay situaciones que tienen que ver más con la mirada social y cultural, y no son realmente negativas. Pasa por ejemplo cuando se cuestiona a una personas porque le festeja el cumpleaños a su perro, pero ¿para quién es negativo? Si es una celebración que tiene que ver con el vínculo y no le hace mal a nadie. De última es su bolsillo, su tiempo, su momento. No es que está dejando de festejarle el cumpleaños a uno de sus hijos o de compartir con otras personas”. Acto seguido, acotó: “Ya cuando implica un daño o una postergación en función de los otros tipos de vínculos, entonces hay que hacer un replanteo. Cuando hay una dificultad en la socialización, por ejemplo, que ya no estoy interactuando con otras personas porque sólo me interesa interactuar con mi mascota, o que los únicos gastos que hago son en función del vínculo que tengo con mi perro o con mi gato; o si no puedo compartir la cama, por ejemplo, con otra persona que no sea mi mascota, esas ya son cuestiones más extrema”. Vínculos 1.jpg Entre las mascotas y las personas se crea un fuerte vínculo Vínculos saludables Está comprobado, e incluso reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que los animales no sólo brindan amor incondicional, sino que también pueden mejorar la salud mental y física de sus dueños, y esto explica la gran valoración que se tiene de los animales domésticos. Al respecto, la especialista en Psicología aseguró: “No solamente en lo tangible es bueno tener una mascota, es decir en los beneficios físicos de destinarle tiempo, sacarla a pasear y demás, sino también en la cuestión de lo psicológico y lo emocional. Esto reduce el estrés, la ansiedad, alivia muchas situaciones que tienen que ver con la soledad, con la disposición de los vínculos”. A su vez, manifestó: “Llega un momento de la vida que no tenemos esa disponibilidad para estar con los vínculos todo el tiempo y tener una mascota también alivia esas situaciones. Hay estudios científicos que dicen que hay mejorías notables en función de los trastornos depresivos con la presencia de una mascota, porque nos movilizamos, porque hay una responsabilidad, hay tareas que conllevan el sostenimiento de ese vínculo con la mascota”. “También se desarrollan habilidades sociales a partir de relacionarnos con una mascota, como por ejemplo la empatía, la comunicación, la responsabilidad, el entender que un otro tiene necesidades. Hay manifestaciones en relación a lo afectivo y hay cuestiones que tienen que ver mucho con la salud mental”, añadió. Sobre si es más recomendable un perro o un gato como mascota, precisó: “Por pacientes y cuestiones que tienen que ver con mi dinámica de consultorio, la mayoría elige gatos. Desde la salud mental, desde una cuestión más psicológica, se evalúa que la mascota sea más accesible, y es el gato el que se adapta muchísimo más a la rutina, a la vida cotidiana, a las exigencias diarias. Con respecto al perro, hay una connotación que tiene que ver más con lo familiar, con una cuestión social que se ha divulgado de esa forma: es tener la familia, el hijo y el perro, o tener un perro. Son cosas que está bueno abordarlas, que nos interpelen, para ver qué quiero en función de la mascota, mi tiempo real para destinarle, o cómo quiero que sea ese vínculo: hay veces que prefiero tener un poco más a distancia, y hay veces que uno tiende a humanizar. No me parece que esté mal, siempre y cuando se cuiden los extremos”. gatos 2.jpg Una mejor convivencia Leonardo Leiva es adiestrador de perros en Paraná y sobre este tema reflexionó: “Gente de todas las edades suele tener un perro, porque es beneficioso, y a esto la psicología también lo afirma. El perro es el mejor amigo del hombre desde tiempos históricos. Creo que es la mejor compañía que uno puede tener. Los perros tienen sentimientos, de alguna forma nos hablan, perciben si estamos mal, si estamos tristes; quieren estar en nuestra compañía y hacernos sentir bien, les encanta jugar con nosotros. Eso es súper beneficioso tanto para el perro como para el humano”. A su vez, observó: “Actualmente se les da mucho más lugar a los perros. Por ejemplo, antes era más una herramienta de trabajo y de guardia, pero hoy es más común que duerma adentro, arriba de la cama, que tenga su lugar en la casa. Yo, por ejemplo, llevo a mis perros en el auto, los llevo de viaje. El perro disfruta de la compañía, del salir, del estar adentro, del juego, de los mimos. Es un ser vivo y uno tiene que tener la responsabilidad de cuidarlo, atender sus necesidades y compartir un rato el día”. Vínculos.jpg Ante la consulta sobre “cómo educar a un perro para tener una mejor convivencia”, explicó: “El perro tiene sentimientos, hábitos y un carácter. El temperamento generalmente es una cuestión genética, pero el carácter se lo va a formar el dueño, y por ende, tiene que ser educado desde el momento en que ingresa al hogar. Entre las cuestiones que debemos tener en cuenta, hay que darle su lugar, estar atento a sus necesidades y también ponerle límites desde el principio, porque después es mucho más difícil”. Sobre este punto, aclaró: “Un límite sería, por ejemplo, si vos no querés que el día de mañana esté arriba tuyo, no lo tengas de cachorro arriba tuyo. O vos si no querés que se suba arriba de una mesa, no lo subas a la mesa cuando es chico, porque a eso lo va a adquirir como un hábito, ya que se lo estás permitiendo y después lo va a seguir haciendo. Si querés que se suba a la cama, perfecto, pero si querés que se baje a la cama, también hay que marcarle que cuando vos le des la orden, se baje de la cama, del sillón, o de donde sea. Pero eso uno se lo tiene que enseñar, sobre todo de cachorro. Los perros entienden algunas palabras, y entienden el lenguaje corporal; y actúan más por instinto, por reacciones. Me puedo ayudar, por ejemplo, con el uso de la correa: si yo lo quiero bajar de un lado y no hace caso, le pongo la correa y le digo ´bajá´, y le pego el tirón”. perro Mateo Oviedo Al humanizar a las mascotas, muchas veces se pierden de vista roles que son fundamentales sostener, y sobre este aspecto, Leonardo señaló: “El perro es perteneciente a una jauría, y esto es algo que lleva en los genes. Cuando uno lo adopta y pasa a pertenecer a una familia, tiene que haber una figura dominante, que sería la famosa alfa. Si nadie lo es, el perro toma esa figura por instinto. En cambio, si hay un alfa, no importa quién sea, él lo va a respetar. Eso por ahí se pierde cuando la gente humaniza a su mascota, y no le está haciendo ningún bien. Hay que educarlo en obediencia, ponerle límites, porque es un beneficio para el perro y para el dueño, que es el responsable de todo lo que haga su mascota”. Leonardo, a quien se lo puede contactar a través del WhatsApp 3436116542, contó por último quiénes requieren de sus servicios: “Es variado. Hay personas que saben los beneficios del adiestramiento y me llaman desde que el perro es chico y lo adiestra; así todo lo que aprende en sus primeros meses de edad se va a ver reflejado en su vida completa. Después tenemos personas que tienen problemas para manejar al perro que ya es adulto, o sea ya tiene un año, un año y medio, o dos”, concluyó.

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