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» Diario Cordoba
Fecha: 13/04/2025 19:21
Dioses y animales emergen del agua de la fuente de un pueblo de Córdoba que podría considerarse un museo al aire libre. El agua, que cae por 139 caños, fluye mansa por tres estanques, y esa armonía de su movimiento, de la naturaleza, conjuga con el arte que solo el hombre es capaz de hacer aflorar en sus rincones. Si este pueblo cordobés está considerado una joya, la fuente de la que hablamos no es menos que un diamante bien tallado de la corona. Comenzó a construirse en el siglo XVI y el resultado final, que convertiría más tarde la construcción en Monumento Nacional, no llegó hasta tres siglos después. Tres estanques, tres obras de arte Los tres estanques, escalonados, van dirigiendo el agua canalizada del conocido como manantial de la Salud. Al igual que el venero, la fuente encauza las expresiones artísticas de dos escultores como Remigio de Mármol (1758-1815) y José Álvarez Cubero (1768-1827), convirtiendo el recorrido de la fuente en un paseo por el barroco y el neoclasicismo. Estanque central de la fuente. / COBO En la parte superior, un león lucha contra una serpiente. El felino, que Álvarez Cubero esculpió posando su garra sobre la cabeza del reptil, corona el primero de los estanques. Una pieza llamativa, pero más modesta que la obra central de la construcción: Neptuno, dios romano del mar y de los océanos emerge del agua sobre un carro tirado por dos caballos, alzando su tridente con la mano de derecha y sosteniendo las riendas con la izquierda; a su lado, Anfitrite, la esposa y, por tanto, diosa de las aguas. Mascarón del Clero del último estanque de la fuente. / Córdoba El segundo estanque, que compone la parte central de toda la obra, fue diseñado por Remigio del Mármol. El agua pasa de allí a un tercero, mucho más modesto que los dos anteriores. Carece de escultura central, como las anteriores, pero no está exenta de detalles. El agua sale de la frente del Mascarón del Clero y acaba saliendo a través de la boca. A lo largo de toda la fuente, pueden apreciarse, además, los caños decorados con detalles florales o máscaras de piedra con rostros fantasmagóricos. La joya de la corona La Fuente del Rey, nombre que recibe, es, sin duda, uno de los argumentos principales que permiten llamar a Priego de Córdoba con el sobrenombre de la ciudad del agua. Esta localidad de la Subbética es una auténtica joya del barroco andaluz y esta infraestructura resulta un perfecto ejemplo de ello. Vista aérea del casco histórico de Priego de Córdoba. / R. C. C. En el paseo homónimo, esta construcción, junto a la fuente de la Salud, ofrece un recorrido al aire libre por las expresiones artísticas de dos escultores que dotaron a este municipio cordobés de un rincón único.
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