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» Sin Mordaza
Fecha: 12/04/2025 12:36
El cierre de la campaña dejó nuevos datos políticos. Amalia Granata quedó nuevamente en el centro de la escena. Ayer, recorrió numerosos medios nacionales y marcó la cancha con temas importantes. Seguro, es material que le servirá para continuar con su campaña a través de las redes. De lo que no habló es del síndrome de abandono que la acompaña, ya que volvió a perder un peón en la Cámara de Diputados. Una de las diputadas de su bloque, Beatriz Brouwer, se fue. Es la tercera persona que la abandona en la Legislatura en un año y medio de campaña, pero no son los primeros casos. Cuando ella llegó a la política lo hizo junto a cinco diputados que también la dejaron sola. La pregunta que surge es por qué razón todos la dejan. Hay algo en el trato personal y en el trato político que genera esto. Lo concreto es que Amalia Granata no tiene muchos argumentos a su favor. No se la ve trabajando y sí se le conocen casos de maltrato y caprichos. Se considera líder, pero no sabe conducir. Algo falla y no se sabe cuánto más va a durar. Presiona demasiado y el resto ve que ella se lleva todo. Ella les cobra a los diputados haberlos llevado a la cámara, más allá de que algunos pusieron plata para la campaña. La sociedad no sabe quién es Granata, sólo habla en Buenos Aires. No se anima a hablar con los medios locales. No puede explicar acá qué hace con los subsidios, dónde va esa plata, dónde está la rendición y por qué se la da a su gente. Se llena la boca hablando de la casta, pero no parece ser muy diferente. Así, no pudo explicar por qué ubicó a su marido como asesor. Tartamudeó y dijo cualquier cosa. Su explicación es que no confía en nadie. Pero es un doble ninguneo a sus legisladores, porque entienden que no hay confianza con ellos. Hay un síndrome del abandono, en términos políticos, para que todos te dejen... Ella tiene dificultades para confiar en los demás. Pero la lista la armó ella, eligió hasta a las amigas. A la reunión parlamentaria, que van los presidentes de bloque, mandaba a Pullaro a que le defienda los proyectos cuando era legislador. Ahora lo critica. Parece que no tiene claro los objetivos. Si le dan, está. Si no, critica.
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