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Parana » Valor Local
Fecha: 12/04/2025 11:55
La reducción de aranceles dispuesta por el gobierno nacional encendió alarmas entre empresarios entrerrianos. Gabriel Bourdin, titular de la UIER, advirtió sobre las consecuencias de competir en desventaja frente a productos importados. Publicidad La reciente decisión del gobierno nacional de reducir aranceles a las importaciones abrió un debate entre los empresarios de la provincia de Entre Ríos. El temor principal radica en cómo esta medida puede afectar la competitividad de las industrias locales, que ya enfrentan altos costos internos y una economía volátil. El impacto de la apertura de importaciones en las empresas entrerrianas generó preocupación en el sector. En El Ventilador, Gabriel Bourdin, presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos, se refiere a la situación de las industrias locales frente a la apertura de importaciones. Durante su participación en el programa El Ventilador, el presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), expuso su mirada crítica: “Es difícil ser empresario en Entre Ríos, es difícil ser empresario en Argentina porque tenemos para divertirnos todos los días”, dijo y explicó: “Recién acabas de abrir diciendo lunes negro, nadie se esperaba que el dólar vuelva a subir, que volvamos a tener este tipo de problemas”. Para Bourdin, no se trata solo de un problema local, sino de un contexto internacional más amplio. “Creo que también estamos inmersos en un problema internacional. Lo que hizo Trump y toda su euforia, en patear el tablero, que es una cosa muy rara que viene sucediendo en el mundo, porque se viene hablando hace tiempo de las relaciones democráticas entre países, cómo relacionarse entre bloques y de un”, señaló. Estados Unidos, entre proveedor clave y actor dominante Al hablar del impacto global de las decisiones de EE.UU, el referente industrial remarcó: “de un día para otro, la mayor potencia del mundo, que significa el 50% del comercio mundial, vende casi el 50% al mundo y compra el 50% de lo que el mundo produce”. En ese marco, recordó que las decisiones de Estados Unidos, como la de suspender aranceles por 90 días, afectan directamente a países como Argentina. Consultado sobre los sectores más afectados, Bourdin indicó: “La producción de acero y la producción de aluminio para lo que es la provincia de Entre Ríos, ha habido un problema con los valores de la miel y tenemos un problema en la exportación de esa cadena”. A su vez, subrayó: “Estados Unidos es no solo nuestro tercer cliente en el mundo, sino que es nuestro tercer proveedor”. El empresario recordó también los desequilibrios comerciales con ese país: “Teníamos 18 años donde no hemos tenido superávit fiscal. El primer superávit fiscal se da justamente en el 2024, por muy poquito: 229 millones. Pero tuvimos un déficit en 2022 de 3.000 y pico de millones de dólares. Esto básicamente se da por las importaciones energéticas, porque casi el 35% de ese déficit, son las compras de Gas y de Gasoil, combustibles de los que EE.UU es un proveedor importante de Argentina”. INDUSTRIA NACIONAL En esta oportunidad, uno de los panelistas invitados fue el contador Marcelo Casaretto, ex ministro de economía de Entre Ríos y quien ocupó cargos legislativos a nivel provincial y nacional. Durante su intervención, rescató “las inversiones que ha hecho el sector industrial en Entre Ríos”. En ese marco, se refirió a las recientes medidas arancelarias de Donald Trump. Puso en contexto que “el mundo se relacionaba en un comercio de país a país hasta la segunda guerra mundial” y recordó que “desde 1947 se implementó un acuerdo multilateral de precios y tarifas a los efectos de que no haya guerras de aranceles entre países. En 1995 se creó la Organización Mundial de Comercio en el cual hay 160 países. En una mesa están todos los países del mundo”. Y continuó: “esto es lo que Estados Unidos rompe y dice que pone las condiciones y que, quien quiera, vaya a acordar” con dicho país. “Es prácticamente explotar la OMC. Se ve rápidamente en los mercados financieros y si los mismos están alterados, se corta el financiamiento para las empresas”, describió. A partir de ello, consideró que “la devaluación del 1 por ciento por mes con una inflación que está muy por encima significa un atraso cambiario, que se va profundizando y eso desprotege a la industria nacional porque permite la entrada de productos baratos y te hace menos competitivo a nivel mundial”. Además, consideró que “hay dos pilares fundamentales que es el superávit fiscal que es lo del Estado y el superávit comercial que tiene que ver con la economía real que tiene que ver con exportar mucho e importar lo menos posible”. “Es fundamental el rol del empresario que invierte, genera empleo y busca mercados, pero es fundamental el rol de estado promoviendo eso”, dijo Casaretto, quien resaltó que “nos conviene generar valor agregado acá, para crear empleo”. DIFICULTADES IMPOSITIVAS Consultado sobre el peso impositivo de la producción en la Argentina, el presidente de la UIER se refirió al elevado costo fiscal. “Hace poquito se viralizó una señora española que viene a Zara a Buenos Aires y sale horrorizada y dice: ‘¿Cómo es posible que cueste tres veces más de lo que me cuesta esta prenda en Madrid?’”, comentó y explicó por qué se da esa situación. Bourdin explicó que el sobreprecio tiene un trasfondo estructural. “Es evidente que nuestro costo argentino es el más fuerte. Habría que modificarlo absolutamente”, dijo y agregó que “hay una imposibilidad, porque estamos llegando a un superávit fiscal y para bajar las retenciones no tenemos de dónde sacar, es decir, hay que continuar con el ajuste y no se sabe de dónde ajustar”. Por ese motivo, consideró un panorama a corto plazo poco claro: “Pensar en una baja de impuestos, es hermoso pensarlo. Uno se ilusiona, pero no le veo la posibilidad en el corto plazo para que suceda”, resaltó el empresario. Frente a una apertura comercial como la que propone el gobierno nacional y sus experiencias anteriores ante casos similares en su empresa, Bourdin planteó: “Uno tiene que seguir participando de esos mercados del mundo porque se da cuenta si puede ser competitivo a la hora de una apertura”, dijo. Sin embargo, advirtió que, ante una apertura total, “como industriales argentinos, la UIA dice, bueno, `emparejemos la cancha´. Si te bajo los aranceles para que vos puedas importar un producto, nosotros exportamos impuestos. Es muy difícil competir desde ese punto de vista”. Remarcó que la industria argentina es competitiva en el mundo, pero “hasta la puerta de la fábrica. De la puerta para fuera, pagamos mucho más cara la energía”, dijo. En Entre Ríos, ejemplificó, “prácticamente, un 9% se paga solamente por una cuestión que todavía no sabemos a dónde irá y cuánto habrá de energía en el total del costo”. TIPO DE CAMBIO La preocupación del sector industrial se centra en la necesidad de condiciones equitativas para competir y sostener el empleo. “La competitividad no sólo se centra en el valor de la moneda y no creo que sea la única causa”, dijo y consideró que el tipo de cambio actual no refleja la realidad del mercado: “1090 pesos el dólar oficial y cerró el Blue 1335”. ATRASO CAMBIARIO Consultado por una posible liberación del tipo de cambio, detalló una simulación que estuvo viendo con un economista: “Si fuera 1.300 el tipo de cambio ahora, el impacto en la inflación más o menos iría a 5,8 hasta 6,5%. Por supuesto, que la meta del Gobierno es muchísimo más baja, pero con esto, es imposible, tener la cabeza produciendo para venderlos en otro momento”. El presidente de la UIER hizo foco en la necesidad de integrar al país en cadenas de valor internacionales. “El de Estados Unidos, es un mercado que nosotros tenemos mucha potencialidad todavía. Si llegamos a tener una balanza comercial positiva, solo con no comprarle gasoil y gas, te abre una oportunidad”, avizoró. IMPORTACIONES Y COMPETITIVIDAD Sobre el impacto de las importaciones, sostuvo Bourdin: “el gobierno está incentivando no poder pelear con el costo argentino. Lo que tiene que hacer, es que ese peso que tiene, sirva para hacer empresas argentinas competitivas. Es decir, no tener miedo a la importación de un producto, sino potenciar en lo que somos buenos”. Reconoció que no se puede ser bueno en todo: “Somos buenos con la soja, el trigo, la agroindustria, el pollo. Tal vez, haciendo paraguas no somos los mejores o zapatillas. Ese mundo globalizado va a tener que acomodarse también a lo que se puede producir en el país. Argentina es púber en eso todavía y tiene mucho para aprender y crecer”, consideró. (Fuente: Elonce)
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