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» Diario Cordoba
Fecha: 12/04/2025 04:54
“Nuestra prioridad será Europa, Europa y Europa”, proclamó el nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra, dirigiéndose por primera vez a todos los accionistas del grupo en la junta general celebrada esta semana. La gran teleco española, que vuelve a tener al Gobierno como uno de los grandes socios de referencia (el Estado ha regresado a su capital un cuarto de siglo después de su privatización), trabaja en una nueva estrategia con la que busca adaptarse al nuevo entorno geopolítico en ebullición y con la vista puesta en impulsar la deseada autonomía estratética en sectores clave que busca la Unión Europea en sectores clave, y con la que está plenamente alineada Moncloa. Murtra ha emprendido una revisión de la estrategia de Telefónica que derivará en una nueva hoja de ruta que dará a conocer antes de que termine el año. Una nueva guía operativa y financiera con la que pretende intensificar al máximo y completar de manera definitiva el cambio de rumbo que inició hace algo más de un lustro: poniendo todo el foco en Europa y acelerando el punto y final de la gran conquista de los mercados latinoamericanos que emprendió la compañía bajo la batuta de César Alierta en la primera década y media de los dos mil. Telefónica ya emprendió en 2019 una reorientación del negocio para ir reduciendo su presencia en Latinoamérica y concentrarse sólo en sus grandes mercados clave (España, Alemania, Reino Unido y también Brasil, como única excepción en la retirada americana). La teleco española ya empezó entonces a deshacer el antiguo imperio que había levantado Alierta en Latinoamérica hasta convertirse en uno de los mayores inversores internacionales en la región, y con presencia en casi todos los países como el principal o uno de los grandes operadores de telecomunicaciones en cada uno de ellos. En el último lustro Telefónica ya ha ido reorganizando su actividad en Hispanoamérica, por la incertidumbre económica en la región y la dificultad de rentabilizar las inversiones del que había llegado a ser el principal motor de crecimiento de la corporación. La estrategia era doble: sanear los activos salvables en algunos países latinoamericanos para mejorar su desempeño o la venta total o parcial de sus filiales, y desde 2019 la compañía presume de haber reducido su exposición a la región en un 44%. La nueva Telefónica comandada por Marc Murtra ha acelerado la reordenación y pretende completar la tarea. “La disciplina en la gestión de nuestros activos se refleja en la reducción de nuestra exposición a Hispanoamérica”, presumió Murtra ante los accionistas. Sólo en los últimos meses, Telefónica ha conseguido cerrar la venta de su negocio en Argentina por 1.200 millones de euros, ha alcanzado un acuerdo definitivo para desprenderse de su parte en la filial de Colombia por 370 millones y ha emprendido una reestructuración total de su presencia en Perú activando incluso el concurso de acreedores, y el grupo estudia alternativas para otras filiales nacionales en la región. La única excepción es Brasil, un país crucial para el grupo y su segundo mayor mercado sólo después de España. Crear gigantes en Europa Telefónica trabaja en un gran giro estratégico para adaptarse al nuevo juego de poderes global que está naciendo y a la necesidad de blindar la soberanía y la autonomía de Europa frente a otras potencias mundiales y plantar cara a los gigantes tecnológicos de EEUU y China. “Tecnológicamente, nos encontramos en un momento de cambio radical impulsado por titanes que dominan mercados casi monopolísticos (…) Estas empresas son estadounidenses o chinas. No hay una sola empresa europea entre las empresas que lideran el cambio digital”, alertó Murtra esta semana, que lleva desde su nombramiento haciendo un alegato por la concentración del sector para crear empresas de mayor tamaño con capacidad de invertir e innovar, anticipando que ahora sí se viene una ola de fusiones en el sector, y confirmando su intención de que Telefónica tenga un papel muy activo en estos movimientos. Ante la sacudida en el tablero geoestratégico global y con Donald Trump haciendo saltar los resortes del estatus económico y comercial mundial, a Europa le toca responder y a las telecos continentales les va a tocar blindar la autonomía regional en su campo. “Todos podemos constatar que estamos transicionando a una nueva era en las relaciones EE.UU.-Europa. El Atlántico Norte nunca había sido tan grande, ni siquiera cuando los europeos llegaron a América por primera vez”, explicó Murtra en su discurso en la junta de accionistas. “Esto ha soldado la voluntad europea ampliamente consensuada de ser industrial, tecnológica y defensivamente autónoma”. Y para poder hacer frente a los gigantes de EEUU y también de China, desde Telefónica se defiende que que “ha llegado el momento de que las grandes compañías de de telecomunicaciones europeas puedan consolidarse y crecer para tener una escala que permita invertir, innovar y atraer talento de forma determinante”. Un proceso de fusiones que Telefónica prevé que comience en los mercados nacionales para luego extenderse a las operaciones transnacionales. “La consolidación europea del sector debe empezar dentro de los países; si no es así, no tendrá racionalidad económica”, subrayó Murtra, anticipando la pretensión de la nueva Telefónica de tener un "rol activo" y ser un "actor relevante" en este proceso de consolidación nacional y continental. “Por eso consideramos consolidaciones intramercado económicamente rentables. No habrá consolidación europea ni la consideraremos sin consolidación previa a nivel intramercado y sin racionalidad económica”. Primero operaciones de concentración en sus grandes mercados -singularmente España, tras el primer paso en el sector nacional que ha supuesto la fusión de MásMóvil y Orange-, para luego poner la visión en operaciones de ámbito continental.
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