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  • Julia Irigoitia: «El peronismo se pierde una oportunidad de consolidar una opción competitiva para Rosario»

    » El Ciudadano

    Fecha: 11/04/2025 11:39

    Por Luciana Mangó Este domingo 13 de abril, Julia Irigoitia compite como precandidata a concejala por la lista Resolver dentro del espacio Erre (Resolver Rosario). Secunda a Lisandro Cavatorta, y ambos buscan renovar sus bancas. La lista va por fuera de la coalición «oficial» del Partido Justicialista, que reúne a algunos sectores del peronismo como el Movimiento Evita y los ex rossistas de Comunidad, junto a Ciudad Futura. —¿Cómo viste la campaña? ¿Te pareció que hay clima electoral? —La verdad es que el clima que se siente refleja una distancia absoluta entre la gente y las elecciones, la política y las instituciones. Eso es un problema grave. Primero, porque este 13 de abril se eligen categorías muy importantes. Segundo, porque cuesta conectar cuando la política está en crisis y hay que demostrar que las cosas pueden hacerse de otra manera. La percepción es que hay una brecha enorme entre la gente y las instituciones democráticas, los políticos y la política. Siempre parto de asumir las responsabilidades de este lado: las cosas están así por algo. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) —¿Creés que influye la cuestión nacional en esta antipolítica? ¿Sigue jugando un papel en la sociedad o no tanto acá en la ciudad? —Sí, para mí los resultados electorales del 2023 son un mensaje clarísimo. El concepto de «casta» que instaló Milei caló muy hondo. Siempre doy el mismo ejemplo: cuando uno pretende defender las instituciones públicas, para un vecino de Empalme Graneros, esperar dos o tres meses por un turno de oftalmología en el centro de salud del barrio puede retrasar el proceso educativo de su hijo. Si lo público no funciona, no es eficiente ni rinde cuentas, ese discurso de defensa pierde sentido. Por eso, con Lisandro Cavatorta nuestra propuesta busca que el Estado municipal dé respuestas efectivas, concretas y rápidas a los problemas cotidianos de la gente. Quienes hablan de ciudades ideales o utópicas es porque no viven en la ciudad real: no saben lo que es esperar una hora el colectivo y te hablan de un subte, no saben lo que es que no pase el camión de basura o no tener un contenedor, entonces plantean situaciones imaginarias La gente necesita que la política le resuelva sus problemas diarios. —¿Cómo es la gestión municipal actual? —Venimos de un mismo color político gobernando la ciudad hace casi 40 años. Para mí, es un Estado municipal ausente, que sólo pone excusas para no dar respuestas y delegar responsabilidades. La ciudad está abandonada, en su peor momento. El deterioro de ciertas zonas no ocurrió de un día para el otro: responde a un modelo de ciudad que priorizó el centro, el microcentro y la costanera, pero olvidó que Rosario se compone de muchos barrios con identidad propia y proyecciones. Los vecinos no quieren irse de sus barrios; quieren que mejoren. Al estado en el que están determinados barrios no se llega de un día para el otro. Da muestra de una desidia absoluta. Nosotros no somos funcionarios, somos servidores públicos y debemos estar al servicio de los rosarinos. Creo que este color político está cumpliendo un ciclo, y nuestra responsabilidad es ofrecer una opción que reconecte con la agenda de la gente. Con vivir, sentir y pisar los problemas de la gente y poder achicar esa distancia. —Ustedes decidieron con Lisandro ir por fuera de la lista oficial del peronismo. ¿Cómo fue esta decisión? —Queríamos hacer una interna peronista. Siempre fuimos claros: somos peronistas y venimos de ese espacio. Pero apareció la ambición de otro actor de la política, con un proyecto más individual que colectivo. Y se armó una configuración distinta del escenario. El peronismo se pierde una oportunidad de consolidar una opción competitiva para Rosario. Las banderas del justicialismo las seguimos honrando y levantando, pero esta alianza respondió más a intereses de otros sectores que a la proyección del peronismo. —¿Cómo evaluás la gestión del Concejo y cuáles son las deudas que tiene? ¿Qué aportes quieren dar? —El Concejo vive una situación complicada porque el intendente tiene mayoría automática: cualquier proyecto que él impulse se aprueba. Creo que esta configuración se va a rearmar después de estas elecciones. Si uno ejerce el rol de oposición desde un lugar de responsabilidad y tratando de gobernar con la agenda y con la prioridad de la gente, es saludable que en estos cuerpos haya diversidad de voces y construcción de consenso. La gente está harta de que los políticos se peleen entre sí y no den respuestas. Nosotros trabajamos temas del día a día, como recuperar el trabajo como eje ordenador, incentivar inversiones, aliviar la carga fiscal de estos sectores y mejorar la movilidad para los trabajadores. Si el colectivo no pasa a horario, es difícil organizar la vida. Primero hay que resolver lo básico, hay que lograr vivir un poco mejor, para después avanzar en proyectos más profundos. —¿Algún eje puntual que quieras remarcar? —El sistema de movilidad y transporte es una deuda que tiene esta ciudad. Tenemos que dar un debate, con responsabilidad, que tiene que ver con la regularización y el ordenamiento de las plataformas. Hoy estamos viviendo la situación más desleal posible, al sector de servicios públicos como taxis y remises se les exige un montón de requisitos y no le dan los costos para hacerlo. A la vez hay un sistema paralelo que están eligiendo los usuarios pero sin marco legal, lo que genera vulnerabilidad para el usuario. Hay que ordenar esto con responsabilidad, reconociendo los nuevos tiempos de inmediatez, emoción y tecnología. Hay que tener una mirada de gestión y optimización de los recursos estatales atravesados por esto también. Hay que recuperar la figura del intendente del ABL: alumbrado, barrido y limpieza. Otro tema clave es la gestión y recolección de residuos sólidos urbanos en Rosario, nos estamos perdiendo una oportunidad: se recicla menos del 10 por ciento de todos los residuos que se generan en Rosario. En la basura hay mucha riqueza. Hace falta mirar un poquito para el costado: ciudades como Córdoba tienen propuestas de vanguardia en cuanto a la gestión de sus residuos, al avance de la economía circular. Nosotros nos estamos quedando muy atrás. Resolver Rosario pretende ser la voz de la gente en el Concejo. Queremos ser un nexo entre los vecinos y el Estado. El concejal puede no tener herramientas directas para resolver, pero debe amplificar los problemas y facilitar soluciones. —¿Qué expectativas tenés para el Concejo después de las elecciones? —Lo importante es qué defiende y plantea cada sector. Algunos dicen que la alianza entre el PJ y Ciudad Futura fue como una «sociedad de socorros mutuos». ¿Después de las elecciones qué va a pasar? Con Cavatorta siempre pusimos el cuerpo por el peronismo, en sus mejores y en sus peores momentos. Ahí uno demuestra qué defiende. Y también fuimos muy autocríticas. —¿Qué lugar puede ocupar La Libertad Avanza? —Cualquier banca que logren será un crecimiento para ellos. A nivel nacional, pasa lo mismo. El clima electoral y de la gente lo veo muy frío. Con Milei veo que la espuma está subiendo: el ajuste a jubilados, el escándalo del «libra» y la falta de mejora cotidiana tiene una repercusión en el imaginario social. Pueden afectar su imagen. Está empezando a haber problemas macroeconómicamente, como todo lo que pasa con el FMI. No sé si impactará en nuestras elecciones locales, pero a nivel nacional podría repercutir. —Un mensaje para los votantes. —Hoy la principal responsabilidad de las instituciones es reconectar con la vida de la gente. Soy muy crítica de los gobiernos peronistas y asumimos nuestra parte de responsabilidad. Como nueva generación política, debemos demostrar con acciones que el peronismo es concreto. Nuestra concepción de la vida y filosófica tiene que ver con el trabajo digno, vivienda, acceso a servicios básicos y tranquilidad para vivir. No vamos detrás del lujo. En Rosario hay 112 barrios populares sin agua potable. Eso no puede pasar en el siglo XXI. Contra eso hay que ir. Nuestro eje e el trabajo como ordenador de la vida individual y comunitaria.

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