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Federal » El Federaense
Fecha: 11/04/2025 11:31
En un giro sorprendente de los acontecimientos, CFK ha comenzado a reconocer, aunque sin una declaración explícita, que su época como líder indiscutida dentro del movimiento kirchnerista está llegando a su fin. Lo que alguna vez fue un concepto poderosamente unificador que abarcaba todo el país ha disminuido, reduciéndose a un equipo limitado que se concentra principalmente en la Tercera Sección Electoral, que incluye zonas del sur y oeste del Gran Buenos Aires. En un encuentro reciente, la ex presidenta pareció ceder ante las demandas de Axel Kicillof, el actual gobernador, quien en una reunión con su base de apoyo en el sindicato de trabajadores de la ANSES mostró su deseo de establecer algunas modificaciones en la estructura electoral. A pesar de que enfatizó la necesidad de que las elecciones provinciales y nacionales se celebren el mismo día, dejó entrever la opción de suspender las PASO, lo que generó distintas reacciones entre sus compañeros de partido. Incertidumbres en el Kirchnerismo La falta de claridad en su mensaje ha llevado a la confusión entre los intendentes que asistieron. Algunos argumentan que la unidad que propone Kicillof puede convertirse en un obstáculo, ya que no todos los miembros del partido parecen estar dispuestos a aceptar las condiciones que surjan de un acuerdo. Un intendente observador compartió su preocupación: “No veo la necesidad de respaldar al gobernador si él no abre su gabinete. Nos acostumbramos a ganar elecciones con CFK, y ahora parece que él quiere hacer lo mismo sin demostrar que está dispuesto a cambiar.” En este nuevo contexto, Kicillof decidió convocar a una cumbre con más de cuarenta intendentes de su movimiento, conocido como Derecho al Futuro, para articular estrategias en medio de un panorama que promete ser complejo. La Diversidad de Opiniones No todos están en la misma sintonía dentro del entorno de Kicillof. Por ejemplo, Jorge Ferraresi ha manifestado su desacuerdo con que CFK lidere en su sección, resaltando que ha habido una creciente preocupación respecto a los límites de esta unidad. Mientras unos ministros del gabinete están a favor de acercarse a La Cámpora, otros parecen desconfiar de que esta fusión produzca cambios significativos. “Lo que se necesita es que cada alcalde tenga control sobre su propia jurisdicción, y que la lucha interna no perturbe la gobernabilidad”, afirmaron fuentes cercanas a Kicillof. El desafío es claro: establecer un balance entre las viejas lealtades y un nuevo enfoque que no ponga en jaque la estabilidad política. Algunos observadores han advertido sobre la posibilidad de tensiones internas que podrían escalar. Por ejemplo, el famoso comentario de Andrés “El Cuervo” Larroque, que denunciaba un posible golpe institucional, ha resurgido en conversaciones de fondo, dejando entrever que hay más descontento del que se creía. Con la llegada de las elecciones 2025, todos buscan asegurarse un rol importante en el diálogo sobre cómo debe reestructurarse el frente electoral. La mezcla de posturas y la presión para conformar un acuerdo puede resultar en un momento decisivo para el futuro del kirchnerismo, una fuerza que antes parecía invencible y que ahora enfrenta su propia redefinición.
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