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  • El tenista con autismo que es ejemplo de coraje y resiliencia: a los 24 años conquistó su primer título

    » La Capital

    Fecha: 11/04/2025 01:44

    Jenson Brooksby, el domingo, con el trofeo que ganó en el ATP 250 de Houston. Meses antes contó sus padecimientos con el autismo. Jenson Brooksby tenía cuatro años cuando pronunció una palabra por primera vez. A esa edad, con un diagnóstico de espectro de autismo severo, transcurría unas cuarenta horas por semana en distintas terapias. Él mismo lo hizo público muchos años después. “Es hora de que lo comparta”, escribió en Instagram a finales de 2024. En ese momento terminaba de cumplir una sanción de 13 meses por negarse a realizar controles antidoping y se preparaba para volver a jugar. Lo hizo en el Abierto de Australia de este año. Hasta la semana pasada no había conseguido más que derrotas, pero en el torneo ATP de Houston jugó su mejor tenis y ganó el primer título de su carrera. Brooksby sorprendió al mundo del tenis cuando contó una historia desconocida. “Mi madre nunca se rindió e hizo todo lo posible para ayudarme. Sin ella no estaría donde estoy hoy. Tengo la suerte de tener padres que se negaron a darse por vencidos”, posteó en IG tras contar que tiene autismo. La siguiente frase quizás explica por qué muchos de los que se enteraron de su diagnóstico en diciembre de 2024 se sintieron conmovidos por su conquista en el Fayez Sarofim & Co. U.S. Men’s Clay Court Championship de Houston. “Decidí que era hora de contar mi historia. Espero que esto inspire a las familias a no rendirse nunca”, escribió. Jenson Tylor Brooksby nació en el estado de Delawere, Estados Unidos, el 26 de octubre de 2000. No pasó mucho tiempo hasta que sus padres notaron que algo iba mal. Los años pasaban pero el pequeño no pronunciaba palabra. Tiempo después el diagnóstico médico fue devastador. >> Leer más: Las locuras del Patón Guzmán: el exarquero de Newell's mostró sus habilidades en México Sin embargo, papá y mamá Brooksby no se rindieron. Para ellos fueron años duros, de desafíos constantes y frustraciones acumuladas. Jenson siguió sin hablar hasta los cuatro años. El día que lo hizo por primera vez sintieron que, a pesar de las dificultades, los tratamientos habían valido la pena. Pasados esos primeros años, Jenson empezó a jugar al tenis. Cuentan que una vez tomó una raqueta y empezó a frontonear contra la puerta del garaje. Nunca más dejó de jugar. Fuera de la familia nadie conocía los padecimientos por los que había pasado. Al terminar el colegio secundario fue a la universidad de Waco, en Texas, y comenzó a destacarse en el tenis de ese ámbito. En 2020 se convirtió en jugador profesional y ese año se clasificó para el cuadro principal del Abierto de Estados Unidos, donde sin embargo no pasó de la segunda ronda. Tenía 19 años. Pronto su carrera comenzó a sufrir complicaciones. Se lesionó la muñeca y estuvo todo un año sin jugar. Volvió a las canchas en 2021. Para entonces sus progresos tenísticos eran evidentes y su historia de padecimientos parecía haber quedado atrás. En junio de 2022 alcanzó la mejor ubicación en el ranking mundial de tenistas profesionales al llegar al puesto 32. Iba bien y mejoraba. Pero no lo esperaba un camino de rosas. Al siguiente año volvieron a operarlo de la muñeca después de que alcanzara la tercera ronda en el Abierto de Australia. No fue todo: tuvo problemas en un hombro y, lo que fue peor, lo suspendieron por negarse en tres ocasiones a realizarse los controles antidoping. La sanción de la ATP fue durísima: 13 meses. Entre lesiones y suspensión estuvo casi dos años sin competir. >> Leer más: La muralla de Newell's: Keylor Navas extendió su racha con valla invicta ante Tigre Romper el silencio La sanción se cumplió en diciembre de 2024. Fue entonces cuando Brooksby se decidió a hacer pública su historia. “Es hora de que comparta algo que mantuve en silencio toda mi vida”, escribió en Instagram antes de revelar su diagnóstico de autismo y la invencible lucha de sus padres. Hacía tiempo que venía meditando la idea de contarlo. El momento había llegado. Brooksby sabía que debía comenzar de nuevo. Llegó a fines de marzo de 2025 con apenas tres victorias en el año y un ranking desastroso: 507. Pero entonces recibió una invitación para jugar la clasificación en el ATP 250 de Houston. No imaginaba que viviría la mejor semana tenística de su vida. No fue nada fácil: en la primera ronda de la qualy se enfrentó al argentino Federico Gómez, el mismo que hace unas semanas confesó públicamente sus estados depresivos e ideas suicidas. Gómez tuvo un match point que el estadounidense salvó antes de quedarse con el partido. Después, en el cuadro principal, tres veces más estuvo a un punto de caer derrotado y los levantó. Dos de ellos fueron contra el primer preclasificado del torneo, el chileno Alejandro Tabilo, al que finalmente eliminó en cuartos de final. Siguieron otros partidos y más dificultades, aunque Brooksby siempre se repuso hasta quedarse con el título. En el court y las tribunas del River Oaks Country Club de Houston había mucha emoción. Como todos los que ganan, Jenson agradeció efusivamente a su equipo. “Ha sido muy intenso, así que gracias por aguantar, cada partido, cada día aquí por mí”, dijo. Quienes lo escucharon sabían que no se refería exclusivamente al tenis y la preparación física. >> Leer más: Newell's: "Estuve un tiempo sin jugar y necesitaba el ritmo del partido", afirmó Víctor Cuesta La victoria en Houston Después de hacer público su trastorno de la infancia, Brooksby concedió una entrevista a la agencia estadounidense Associated Press. Allí volvió a hablar del autismo. “Ya no quiero guardármelo para mí mismo. Es algo muy personal, algo que por mucho tiempo me incomodaba contar. Pero siempre pensaba en ello y quería hacerlo”, dijo. Su propósito era que le sirviera a otros para enfrentarse al problema y tratar de superarlo, a pesar de lo complejo que parezca. Su victoria deportiva seguramente hará más visible el problema del autismo y sus desafíos. También su coraje. El domingo, cuando ganó en Houston, justamente en el Mes Mundial del Autismo, por primera vez Brooksby podía trasladar a un resultado deportivo todo lo que prometía desde que irrumpió en la elite del tenis y que sus lesiones y la larga suspensión le habían impedido hacerlo. La victoria tuvo efecto inmediato en el ranking de la ATP, ya que esta semana Brooksby escaló 335 lugares y se acomodó en el puesto 172. Y hay más. Desde el domingo es el tercer campeón con ranking más bajo de la historia del ATP Tour (desde 1990) . Solo lo superan Lleyton Hewitt (estaba en el puesto 550 cuando ganó el título en Adelaida en 1998) y Marin Cilic (777, en Hangzhou 2019). Brooksby afirma que el autismo le permite concentrarse en los detalles durante los partidos, pero aclara que aumenta su sensación de frustración cuando algo no sale bien. Aprendió a jugar con él y el domingo demostró que también puede ganar, por difícil que le resulte. O gracias a eso. >> Leer más: Territorio hostil para Dibu Martínez: cómo recibieron en Francia al arquero argentino “Sólo quiero que la gente me conozca por quién soy realmente. El autismo es sólo otra parte de mí. Estuve mucho tiempo sin jugar y tuve muchas cosas en qué pensar”, dijo el flamante campeón. Queda claro desde su victoria en Houston que sus condiciones tenísticas y su resiliencia finalmente están por encima de las dificultades. La lección de sus padres está aprendida: no hay que rendirse nunca, ni ante los peores desafíos.

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