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  • La Unión Europea vuelve a posar su mirada en el acuerdo con el Mercosur ante la guerra comercial de EE.UU.

    Concordia » Saltograndeextra

    Fecha: 08/04/2025 05:34

    Un inesperado volantazo en la política comercial europea ha puesto al acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur nuevamente en el centro de la escena. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha generado una reacción en cadena que impulsa a la UE a acelerar la firma del tratado de libre comercio con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Este nuevo escenario deja a Francia, históricamente reticente al acuerdo por la defensa de sus agricultores, cada vez más aislada en su intento por bloquearlo. El propio presidente francés, Emmanuel Macron, había manifestado en diciembre pasado su firme convicción de que el Mercosur, en su estado actual, era «inaceptable», postura que compartió con su homólogo argentino, Javier Milei. En un contexto político interno francés fragmentado tras la disolución de la Asamblea, Macron había logrado un frente de apoyo con la izquierda de Francia Insumisa y la ultraderecha de Reagrupación Nacional en defensa del sector agrícola nacional. Sin embargo, la guerra comercial desatada por Trump ha tenido un impacto significativo en la producción europea, volviendo mucho más atractivo un acuerdo con el bloque sudamericano. La potencial entrada en vigor del tratado, inicialmente acordado en Montevideo bajo la presidencia europea de Ursula Von der Leyen, abriría las puertas a una mayor exportación europea de automóviles, maquinaria y productos farmacéuticos, mientras que los países del Mercosur podrían expandir sus ventas de carne, azúcar, arroz, miel y soja al mercado europeo. Si bien Francia confiaba en poder bloquear el acuerdo contando con la minoría necesaria, la decisión de Trump ha provocado un cambio de opinión en varios países de la UE. Naciones que antes mostraban dudas, como Italia, Países Bajos y Polonia, ahora se suman a la urgencia de concretar la firma. Para la presidenta Von der Leyen, la conclusión del acuerdo, tras 30 años de negociaciones iniciadas por el entonces embajador argentino Diego Guelar, se ha convertido en una prioridad absoluta, llegando incluso a realizar una discreta visita a Uruguay para impulsar su avance. El eurodiputado Pascal Canfin, si bien no se opone «por principio» al acuerdo, insiste en la necesidad de «reabrir las negociaciones» en lo referente a las modalidades agrícolas y ambientales. Francia aún deposita esperanzas en el apoyo de Javier Milei, aunque un especialista advierte que una posible salida de Argentina del acuerdo climático sería «incompatible» con el pacto UE-Mercosur. En este contexto, la búsqueda de Argentina de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos podría alejarla de Europa y del Mercosur. Estados Unidos habría ofrecido este pacto a cambio de que Argentina se distancie de la línea de crédito china y su swap. Desde Argentina, Diego Guelar, actual aspirante a senador del PRO y ex embajador en Bruselas, señaló que «Canadá y China responden con aranceles en represalia por las medidas de Trump mientras México aplaza su respuesta. Y la UE discute qué hacer. Es el momento para que Milei, como su Presidente, convoque al Mercosur para decidir medidas en común». Ante la urgencia, Bruselas estaría considerando una estrategia para acelerar la aprobación provisoria del tratado: dividir sus partes. El objetivo sería separar la sección comercial, cuya política es competencia exclusiva de la UE, para que entre en vigor antes que los aspectos políticos y de cooperación, que requieren la ratificación de cada uno de los 27 parlamentos nacionales. Esta maniobra, que ya se había evaluado durante los 25 años de negociación, podría permitir que la parte comercial del acuerdo se apruebe con una mayoría calificada en el Consejo Europeo y una mayoría simple en el Parlamento Europeo, evitando así el bloqueo de países como Francia. Los analistas son optimistas y esperan que la ratificación provisoria del acuerdo pueda firmarse en la próxima cumbre del Mercosur en Brasil a fin de año, o a mediados de 2026 a más tardar. Si bien la aprobación en los parlamentos de Argentina y Brasil también presenta desafíos en sus respectivos contextos políticos, el Mercosur se muestra dispuesto a avanzar en esta dirección, siendo la próxima cumbre en Buenos Aires un encuentro clave para definir los próximos pasos. En un mundo que redefine sus alianzas comerciales frente al proteccionismo de Trump, el acuerdo UE-Mercosur emerge como una pieza fundamental en el nuevo tablero económico global.

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