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Parana » Inventario22
Fecha: 07/04/2025 09:19
En medio de un clima enrarecido por el estallido de la guerra de tarifas entre Estados Unidos y el resto del mundo, el Fondo Monetario Internacional todavía no tiene una posición tomada sobre el salvataje pedido por el gobierno de Javier Milei. Como si fuese un coletazo de los resquemores que la decisión de Donald Trump generó en otras potencias, en el directorio se enfrenta la idea de la administración republicana de autorizar un fuerte desembolso inmediato para tranquilizar a la economía argentina y la resistencia de los países europeos que quieren más precisiones sobre los compromisos que asumirá el gobierno para cumplir con el programa de facilidades extendidas. La agencia Bloomberg reveló que el miércoles hubo una reunión informal y que «todavía no hay consenso entre los miembros de la junta sobre el tamaño del pago inicial». Hoy por hoy, ese giro del FMI parece ser el único plan del gobierno para salir del pantano. Si hasta la semana pasada la cuestión era cuántos de los U$S 20.000 millones solicitados serían de libre disponibilidad, ahora la prioridad es qué fracción vendrá en el primer desembolso. Kristalina Georgieva, la directora del organismo, especuló que podían estirarse hasta unos U$S 8000 millones, un 40% de lo solicitado, bastante más de lo usual. «Es razonable. Se lo han ganado, dado su desempeño», dijo en un reportaje. El gobierno se esperanza con U$S 15.000 millones. Quizás haya un punto medio que satisfaga a las dos partes. La foto que no fue Es en esa discusión que se inscribe el fallido viaje relámpago de Milei y el ministro Luis Caputo a Mar-a-Lago, Florida. Con la excusa de recibir un premio de nula reputación internacional, Milei buscaba una foto con Trump para terminar de convencer al FMI de abrir su billetera de inmediato. El encuentro no se produjo y el presidente se volvió mascullando bronca contra el canciller Gerardo Werthein, que había garantizado la reunión. A la desesperación por ayuda financiera que revela esa jugada se suman las dudas sobre el nuevo panorama global, que será el tema casi excluyente en la asamblea conjunta del FMI y el Banco Mundial, dentro de dos semanas. “Todavía estamos evaluando las consecuencias macroeconómicas de las medidas arancelarias anunciadas, pero representan un riesgo considerable para las perspectivas mundiales en un momento de débil crecimiento”, dijo Georgieva. Esa evaluación podría incluir el análisis de cómo se verían afectados los números de la economía argentina (los “fundamentals”) sobre los que el FMI proyecta su escenario antes de autorizar el préstamo. Sobran las preguntas. ¿Se mantendrá el superávit comercial si Argentina pierde el acceso al mercado estadounidense al que le vendió casi U$S 7000 millones en 2024? ¿Aprovecharán otros países las rebajas arancelarias que ofrece el gobierno libertario para vender sus excedentes, generando una mayor salida de divisas? ¿Se mantendrá el ingreso de dólares si cae el precio del petróleo y los cereales, como ya comenzó a ocurrir? ¿Habrá un éxodo de capitales como consecuencia del flight to quality (vuelo hacia activos de mayor calidad) por la mayor incertidumbre? ¿Desde qué nivel partirán las reservas netas del Banco Central? Son cuestiones que amenazan con que el programa quede viejo incluso antes de ser firmado, como ya ocurrió en el pasado reciente. Racha negra En ese sentido, la performance del Banco Central revela que el mercado demanda divisas en previsión de que el nuevo acuerdo implicará el fin del dólar barato y un nuevo esquema cambiario. La entidad lleva más de U$S 1800 millones sacrificados en las últimas dos semanas. “Se trata de la peor racha en la historia del actual control de cambios, considerando incluso los turbulentos cuatro años de Aníbal Fernández”, señaló la consultora C-P. “La incertidumbre no se vincula sólo a los contenidos y condicionalidades del acuerdo con el FMI. Está en duda también la capacidad del gobierno para recrear el clima de confianza que abastecía el ciclo financiero y generaba la calma del dólar, incluso una vez formalizado el acuerdo” explicó el informe. “La posibilidad de que el gobierno quede atrapado en la defensa de un esquema cambiario percibido como de transición, que no permita restablecer la calma del dólar y que se fagocite los desembolsos del organismo, explica por qué la devaluación emerge como una alternativa a considerar, incluso en un año electoral”, agregó. *Presión para terminar con el swap de China* El nuevo cuadro global convirtió el salvataje a la Argentina en una pieza del ajedrez global que Estados Unidos juega con China, principal destinatario de esa guerra de aranceles. “Lo que quisiéramos es que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China. Queremos asegurarnos de que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese swap que tienen», dijo Mauricio Claver-Carone, asesor especial de Trump para los asuntos de América Latina. El funcionario de origen cubano sabe bien que los préstamos del FMI tienen fines políticos: fue quien admitió en público que el mega crédito de 2018 tenía como único objetivo apuntalar la reelección de Mauricio Macri. En caso de cumplirse la recomendación (algo que llevaría tiempo, ya que el intercambio de monedas con China se renueva por períodos anuales), se daría la paradoja de que el programa que, según el gobierno, tiene como objetivo fortalecer las reservas del Banco Central, terminaría desmantelándolo. Hoy por hoy el swap representa casi U$S 18.000 millones, el 70% de las reservas brutas de la entidad.
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