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Concordia » Diario Junio
Fecha: 06/04/2025 22:41
Ayer fui a la sede de la FHAyCS UADER, que está más viva que nunca, a la presentación del libro Los nietos te cuentan cómo fue. Historias de identidad, escrito por Analía Argento y Mariana Zaffaroni Islas, con ilustraciones de Sabrina Gullino Valenzuela Negro, que cuenta con el testimonio de trece nietos recuperados. Analía tiene un tío desaparecido que instaló el silencio como hijo del terror en su familia, para vivir, para seguir viviendo. Hasta que la palabra ominosa, cargada de peligro, se transformó en narración, Memoria, transmisión. Analía estudió periodismo, tal vez para poner palabras al silencio; es periodista y escribió De vuelta a casa, también sobre los nietos restituidos. Sabrina, la ilustradora, es hija de desaparecidos y aún busca a su mellizo. No pudo estar en la presentación por problemas de salud. “¿Sabías que hay desaparecidos que pueden aparecer y volver con sus familias? Son los nietos y las nietas que buscan las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿Faltan 300, 400? El número exacto no se sabe. Hay 139 que fueron hallados y volvieron a casa. En este libro, 13 nietos y nietas les cuentan a los jóvenes lectores cómo recuperaron su identidad. ¿Te imaginás que tu mamá y tu papá no son quienes pensás? ¿Que hay una familia que te busca? ¿Que tenés otro nombre y hasta tu fecha de cumpleaños es distinta? Conocer a los nietos que aparecieron es el primer paso para encontrar a los que faltan. ¿Nos ayudás?”, dice la contratapa. Mariana, nieta recuperada, contó su historia en la presentación del libro, mucho más “honesta que su guitarra”. Es extremadamente conmovedor escuchar estas historias —que son nuestra historia— en primera persona, contadas por los nietos que reconstruyen nuestro sino trágico a través de sus vidas, sus desgarradores destinos. Esos que ponen en juego un real traumático compartido, que “no cesa de no inscribirse” (J. Lacan), compartido pero único y singular, y que, precisamente por eso, reescriben, reconstruyen, resignifican en cada presentación y revelan, del ocultamiento de “cómo fue”, lo que les pasó, lo que nos pasó. Es un libro estremecedor y emocionante, y una herramienta para nutrir y estimular las búsquedas de los nietos que aún faltan. Para transmitir a los jóvenes la Verdad histórica, porque —está claro— con este gobierno que, a la par que niega, reivindica la dictadura cívico-militar, la tarea de propagar la Memoria y construir conciencia crítica no puede ser descuidada. Por eso apunta a todo público, pero fundamentalmente a los jóvenes, como un aporte a un proceso de transferencia generacional. Mariana dice que los adolescentes son más desenfadados para preguntar en las charlas, tienen menos preconceptos, hacen preguntas más incómodas. Estos libros, estas charlas, el proceso de reescritura permanente, constituyen dispositivos esenciales en el curso de la reconstrucción de la identidad de los nietos y de la nuestra, de la identidad social. La perspectiva de la historia contada por los nietos es novedosa y original, complejísima, inconcebible: ¿cómo imaginar que un día dejamos de ser quienes éramos para encontrarnos con una historia extraña, espeluznante, desgarradora? Mariana tiene la virtud de desmantelar nuestros prejuicios, de exponer —transparente, sin ambages— las enormes dificultades de la elaboración del proceso psíquico de la experiencia. Bien dice que la recuperación de la identidad no es un feliz punto de llegada, sino el comienzo de un conflicto arduo de comprensión y difícil reacomodamiento de aquello que se remueve: del nombre, del signo del zodíaco, de los vínculos, las emociones, los sentimientos, del robo de la identidad, de la existencia toda. De aquello que “la dictadura hizo con ella”, de lo que hizo con todos nosotros. De aquello que somos, que —como dice Sartre— “es lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Escribir, contar, compartir, hablar, resignificar, mantener viva la Memoria —la triste Verdad que tiene ese remedio: la de volver a reencontrarnos, convirtiéndonos en nosotros, en lo que somos—. El recurso de la escritura es extraordinariamente eficaz para procesar las heridas profundas que el puñal de la dictadura asestó al corazón del pueblo. Lo han hecho en un libro imprescindible los familiares y amigos de detenidos, desaparecidos y ex presos políticos de Concordia: No son solo memoria. Historia de detenidos y desaparecidos de Concordia, que rescata —en el relato de sus familiares, amigos y compañeros— la vida, la sensibilidad y los ideales de los desaparecidos, como una generación que aspiraba a luchar por un mundo más justo e igualitario. Son libros que deben llegar a los jóvenes en la interminable tarea de traspaso generacional de la Verdad, para poner barreras a la repetición de estas experiencias de dolor y sufrimiento. Para reafirmar la democracia como un sistema que debe respetar la Vida y la dignidad de los hombres. (1) Una de las canciones favoritas de Mariana: “…cuando la escuché pensé que tranquilamente podría haberla cantado mi viejo”. Los nietos te cuentan cómo fue: historias de identidad. Colección Cómo fue, Marea.
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