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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/04/2025 16:36
La desopilante respuesta de la hija menor de Luisana Lopilato y Michael Bublé en la nueva sección que inauguró la actriz (Video: Instagram) Luisana Lopilato convirtió sus redes sociales en una extensión directa de su vida cotidiana. La actriz y modelo argentina comparte de manera constante fragmentos de su día a día en Canadá, en especial aquellos ligados a su vida familiar junto al cantante Michael Bublé y sus cuatro hijos. En ese espacio digital, donde se cruzan la intimidad y el entretenimiento, Lopilato decidió sumar una nueva sección destinada a sus seguidores, en la que interactúa con sus hijos a partir de preguntas simples que revelan momentos de su rutina diaria. El segmento debutó con una consigna que ella misma formuló: “¿Qué fue lo más divertido que te pasó hoy?”. El primero en responder fue Noah, el mayor de los niños, que sin dudar dijo: “Estar con mis amigos y jugar al básquet”. La actriz celebró la respuesta con entusiasmo: “Muy bien capo, capo de los capos”. Luego fue el turno de Elías, quien eligió contar una anécdota que generó risas y sorpresa: “Estábamos jugando al fútbol y Dominic tiró la pelotita y un amigo le dijo: ‘sexy girlfriend’”. La frase, mitad en castellano y con acento en inglés, desató la reacción inmediata de Luisana, que intervino con una frase que sumó a la historia: “Más allá del tema lo importante es conectar”. Finalmente, la pregunta llegó a Cielo, la menor de la familia, que se encontraba en el piso de arriba. “¿Y a vos Cielo, qué fue lo más divertido que te pasó hoy?”, preguntó Luisana en voz alta. La niña respondió con desparpajo desde lo alto: “Me tiré un pe...”. La reacción fue inmediata: la actriz soltó una carcajada y, entre risas, le preguntó si también se había hecho caca. La espontaneidad de la escena no solo provocó una avalancha de reacciones entre sus seguidores, sino que consolidó un estilo de comunicación que Luisana viene desarrollando con coherencia: mostrarse sin artificios, como madre y como figura pública, en los escenarios más domésticos. Instalada desde hace más de quince años en Vancouver, Lopilato encontró en las redes un vehículo para mantener vivo el vínculo con sus seguidores en Argentina y con una identidad cultural que, lejos de diluirse, parece haber cobrado una fuerza distinta en el exilio. Compartir videos, rutinas familiares, momentos triviales o incluso situaciones espontáneas como las que involucran a sus hijos, se convirtió en una forma de mantener presente un modo de vida que no se rige por los códigos de la prensa o del espectáculo, sino por el ritmo de la casa y la crianza. La tradición argentina que Luisana Lopilato sigue en Canadá junto a su hermano, Darío: “El asado lo hago yo hoy” (Video: Instagram) Hace un tiempo, la actriz subió un video donde se la ve preparando un asado en medio del frío canadiense. La escena, filmada entre nieve, humo y brasas, surgió como una respuesta a los comentarios irónicos de su hermano Darío, que había puesto en duda su destreza con la parrilla. “¿Hacés mucho asado, Lu?”, preguntaba él con tono burlón. Ella, lejos de esquivar el desafío, respondió con imágenes: encendió el fuego, cocinó la carne y documentó todo el proceso. “¿Qué pasa, Lopi? ¿No me tenías como asadora?”, le retrucó entre risas, mientras se veía la carne cocinándose. La publicación incluía una aclaración directa: “Le gusta dar órdenes. Pero le dije: ‘quedate tranquilo. El asado lo hago yo hoy’. ¿Y qué pasó? ¿Quién lo hizo? Mamu. Y de la nada te armo un asadito, así, como este”. Bajo la etiqueta “¡Prueba de que en casa la parrillera soy yo!”, Luisana sintetizó una escena que combinaba humor, desafío familiar y tradición. La imagen de una mujer a cargo de la parrilla, en el corazón del invierno canadiense, sirvió también para desarmar estereotipos y reafirmar una pertenencia. A miles de kilómetros del Río de la Plata, el asado encontró su lugar. Luisana Lopilato no solo mostró cómo se adaptó a una vida en el extranjero, sino también cómo transformó esa distancia en un relato propio. Cada publicación parece decir que las costumbres no desaparecen con el cambio de país, sino que se adaptan y reaparecen con otros colores. A través de la risa de sus hijos, de un fuego encendido en la nieve o de una anécdota compartida, la actriz traza un vínculo constante con sus raíces. Un vínculo que no requiere traducción ni nostalgia, porque se alimenta todos los días.
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