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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/04/2025 02:40
Elain Parent robaba las identidades de sus víctimas y siempre lograba burlar a la policía (Captura Youtube) Los dos policías de Panamá City, Florida, que el 6 de abril de 2002 llamaron a la puerta del departamento que les habían indicado, no tenían demasiada información. La orden que les dieron era ubicar a la mujer que vivía allí y llevarla a la comisaría para que fuera interrogada. Les dijeron que la sospechosa respondía al nombre de Elaine Antoniette Parent y tenía unos sesenta años. Para que pudieran identificarla con más seguridad, el oficial que los había enviado les dio una foto de mala calidad. Era lo que se dice un encargo de rutina. La mujer que los atendió no se parecía en nada a la de la foto y por eso – explicaron después en su informe – cuando les pidió unos minutos para cambiarse la ropa y ponerse presentable, no pusieron reparos y le permitieron que fuera sola al dormitorio. No había pasado un minuto cuando escucharon el disparo, un estampido feroz. “Entré primero. Recuerdo haber visto humo de pistola en la habitación... No sabíamos quién era. No nos dijeron que la conocían como ‘La Camaleón’. Si hubiésemos sabido lo peligrosa que era, no la habríamos dejado cambiarse sola”, le contó a un periodista del diario local The Sun Michael McLeod, uno de los dos policías. McLeod no mentía, su jefe no les había dicho que la mujer que debían llevar a la comisaría era una criminal que llevaba burlando desde hacía más de diez años no solo a la policía estadounidense, sino también a la británica, la sudafricana, la turca y la australiana… a la misma Interpol. Se la conocía como Elaine Parent pero nadie estaba seguro de que ese fuera su nombre real, porque había utilizado muchos otros, como Sylvia Ann Hodgkinson, Charlotte Rae Crown, Sandra Little, Darlene Higgins y vaya a saber cuántos más. Se suponía que Parent había viajado alrededor del mundo utilizando más de 20 identidades diferentes y era una maestra del disfraz que a veces incluso se hacía pasar por hombre. Y era peligrosa, muy peligrosa. Se la buscaba por asesinatos, estafas, fraude y suplantación de identidad. Por eso la llamaban “la Asesina Camaleón” y también “la mujer más buscada del mundo”. Esa tarde del 6 de abril de 2002 burló por última vez a sus perseguidores al impedirles que la capturaran viva. Apenas entró al dormitorio se pegó un tiro en el corazón con una Magnum.357. En el departamento la policía encontró licencias de conducir, tarjetas de crédito y números de seguridad social de varias personas, incluso una libreta con información completa sobre un hombre que, se supuso, le serviría para asumir una nueva personalidad. Al suicidarse, “la mujer más buscada del mundo” se llevó a la tumba todos los secretos de su sangrienta carrera criminal. Solo un nombre Cuando se cumplen 23 años de su suicidio, la verdadera identidad de “la Asesina Camaleón” sigue siendo un misterio. El apellido “Parent”, que se tomaba como el posiblemente auténtico, se lo había dado ella misma a la policía para burlarse, porque también parecía cultivar un siniestro sentido del humor. Llevaban más de ocho años buscándola sin suerte cuando envió por correo la foto de una pintura al óleo que, se suponía, la representaba. En el reverso estaba escrito el nombre del artista que lo había pintado, “Piper”, posiblemente otra de sus identidades, el de ella misma, “Elaine Parent” y una nota burlona que decía: “Mis mejores deseos. Su ‘Camaleón’”. A Elaine Parent se la buscaba por asesinatos, estafas, fraude y suplantación de identidad, por eso la llamaban “la Asesina Camaleón" (Captura Youtube) Existe un certificado de nacimiento a nombre de Elaine Antoniette Parent, venida al mundo en el Bronx, Nueva York, en 1942, pero es imposible si se trata de ella o de otra mujer cuya identidad usurpó. Lo único seguro es que utilizaba ese nombre cuando cometió su primer asesinato, en 1990. Para entonces llevaba varios años cometiendo todo tipo de delitos. Su primer encontronazo con la ley fue un cargo de hurto en una tienda en la Florida, cuando tenía poco más de 30 años. Luego, en 1985, presuntamente robó 40.000 dólares en joyas a una mujer mayor con la que había entablado amistad, y desde entonces pasó el resto de su vida prófuga. Durante los siguientes 17 años, Elaine Parent se dedicó a su nuevo rol como estafadora profesional. En ese tiempo fingió su propia muerte dos veces y merodeó bares, albergues para personas sin hogar y cementerios en busca de identidades que luego utilizaba para estafar o robar. Y también matar. El asesinato de Beverly En 1990, Beverly McGowan, una empleada bancaria de 34 años, publicó un aviso en el Sun-Sentinel de Florida buscando una compañera para compartir su departamento cerca de Fort Lauderdale. Recibió una llamada de una británica llamada Alice, interesada en alquilar la habitación, ya que era empleada de IBM y acababa de ser transferida a la zona. Llegaron a un acuerdo y Alice se mudó al departamento. Según los familiares de Beverly las dos chicas se llevaban muy bien, y ella estaba muy entusiasmada porque Alice, además de trabajar en una empresa informática, se dedicaba a la numerología. Beverly contó que utilizando los números de su pasaporte, de su licencia de conducir y de su seguro social, su nueva compañera de departamento le había predicho que pronto encontraría a “su amor verdadero”. Beverly McGowan, una de sus víctimas, una empleada bancaria a la que contactó por una búsqueda para compartir departamento (Crédito: Captura de Video) Llevaban apenas unas semanas viviendo juntas cuando Beverly McGowan desapareció misteriosamente. Dejó de comunicarse con sus familiares y no volvió a su trabajo. La denunciaron como “desaparecida” y cuando la policía llegó al departamento descubrió que Alice también había desaparecido sin dejar rastros. Al revisar las pertenencias, los hermanos de Beverly dijeron que faltaban su libreta de direcciones, sus tarjetas de crédito, su certificado de nacimiento y su pasaporte. El 19 de julio de 1990, un pescador encontró el cuerpo de una mujer en un canal del condado de St. Lucie, Florida. Había sido decapitada, le habían cercenado las manos y le habían arrancado un tatuaje del estómago. Sin embargo, su asesino no detectó un segundo tatuaje, que la policía utilizó para identificar a la muerta como Beverly McGowan. Inmediatamente, las sospechas recayeron sobre la nueva compañera de piso de McGowan. Pero Alice no aparecía por ningún lado. Cuando se hizo su identikit, la policía sospechó que en realidad se trataba de Elaine Parent. La pista inglesa Durante la investigación del asesinato de Beverly McGowan, las autoridades descubrieron varias pistas reveladoras. Alguien en Londres intentó usar la tarjeta de crédito de la chica asesinada para alquilar un vehículo, pero no pudo porque ya había sido anulada. La policía también localizó el coche de McGowan cerca del Aeropuerto Internacional de Miami. Los investigadores revisaron los registros de vuelo para ver si “Alice” había viajado recientemente a Inglaterra. Allí surgió el nombre de Sylvia Ann Hodgkinson. Solo había un vínculo claro entre McGowan y Hodgkinson: Elaine Parent. Porque Parent había estado en Londres antes de conocer a Beverly en Florida y se había hecho amiga de Hodgkinson que, como McGowen, había desaparecido sin dejar rastros de un día para el otro. La policía inglesa interrogó a Parent – igual que a todas las relaciones conocidas de la joven inglesa – después de la desaparición de Hodgkinson pero no sospechó de ella. El caso quedó estancado y el último rastro de la desaparecida surgió cuando alguien utilizó un pasaporte con su nombre para volar de Londres a Miami. Décadas después, Sylvia Ann Hodgkinson continúa desaparecida y se cree que fue asesinada por Elaine Parent. El modus operandi de la “numerología” con que Elaine Parent engañó a Charlotte Cowan fue el mismo que más tarde utilizaría con Beverly McGowen (Captura Youtube) Engañada pero viva De regreso en Florida y antes de relacionarse con McGowen para compartir su departamento, Parent conoció a Charlotte Rae Cowan en un bar de Orlando. Se puede decir que la joven Charlotte tuvo suerte, porque si bien “la Asesina Camaleón” utilizó su identidad para cometer varias estafas no se vio en la necesidad de matarla. De todo eso se enteró cuando la policía la interrogó como sospechosa de una serie de fraudes cometidos con su nombre. En el interrogatorio, la verdadera Charlotte Cowan contó cómo había conocido a Parent y que se habían hecho amigas en el bar Face de Orlando. Dijo que Parent la sedujo esa misma noche y que más tarde le contó que se dedicaba a la numerología y a hacer cartas astrales. Con esa excusa, le fue sacando datos personales, como el número de licencia de conducir y la fecha de nacimiento para hacerle una predicción sobre su futuro que, por supuesto, le pintó brillante. Después de esa noche dejaron de verse y todo parecía indicar que se había tratado de un encuentro casual hasta que, un mes más tarde, en plena noche, Parent llamó a la puerta de la casa de Charlotte. Estaba disfrazada de hombre, incluso con un bigote, y le rogó que le prestara su certificado de nacimiento para obtener una identificación y poder escapar de un hombre despechado que quería matarla. Charlotte le dijo a la policía que la vio tan desesperada que se lo dio sin pensar en las consecuencias. Parent no volvió a comunicarse con ella, unos 45 días después recibió de vuelta su partida de nacimiento en un sobre sin remitente que le llegó por correo. Pensó que, afortunadamente, su amiga había logrado solucionar su problema sin sospechar jamás que en realidad le había robado la identidad para cometer estafas. El modus operandi de la “numerología” con que Elaine Parent engañó a Charlotte Cowan fue el mismo que más tarde utilizaría con Beverly McGowen, pero con una diferencia capital: la muerte. La más buscada Después del asesinato de Beverly McCowen y durante los siguientes 12 años, Elaine Antoniette Parent – si ese era su verdadero nombre – se convirtió en “la mujer más buscada del mundo”. Dejó su rastro de nuevo en Londres al intentar alquilar un auto con la tarjeta de crédito robada de Charlotte y más tarde aparecieron pistas de su paso por Turquía y Sudáfrica. Tenía la captura pedida por Interpol, pero siempre desaparecía antes de que la policía pudiera detenerla. No se sabe porqué volvió a Florida, el lugar donde más fácilmente podía ser identificada. Para entonces ya era una leyenda mundo del crimen y eso fue lo que la perdió, porque esa fama hizo que el ciclo de televisión “American most wanted”, dedicado a los criminales más buscados del país, le dedicó un programa exclusivamente a ella. Alguien creyó identificar a “la Asesina Camaleón” en la mujer que vivía en un departamento de su propio edificio de Panamá City y llamó al programa, cuyos productores le pasaron el dato a la policía. Durante las emisiones de “American most wanted” los llamados de personas que creen haber visto al criminal se cuentan por centenares y la enorme mayoría no conducen a ningún resultado. Quizás por eso, el oficial de la policía de Florida que recibió el aviso del programa envió a los agentes al domicilio de Eliane Parent sin darles muchas explicaciones ni decirles que la mujer podía ser peligrosa. Esa negligencia hizo que “la mujer más buscada del mundo” convenciera a los desprevenidos policías de que la dejaran “ponerse presentable” para ir a la comisaría, se encerrara en el dormitorio y se suicidara. Se sospecha que cometió muchos más crímenes de los que se le conocen, pero ese es un secreto que se llevó a la tumba. Al saber que Parent se había suicidado antes de ser capturada, la investigadora de la Fiscalía del Estado de Florida Nora Pfeiffer, a cargo del esclarecimiento del asesinato de Beverly McGowan, no pudo ocultar su desolación. “Es el caso más difícil que he manejado en toda mi carrera. Hemos estado días, meses, incluso años detrás de la asesina, una experta en el disfraz que ha usado más de veinte identidades falsas. Ahora, con su muerte, nos ha burlado otra vez”, dijo.
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