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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/04/2025 02:35
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronuncia un discurso sobre los aranceles en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca en Washington, D.C., EEUU, el 2 de abril de 2025. REUTERS/Leah Millis En su fugaz visita a Miami, Javier Milei se comprometió a eliminar todas las trabas que existen para comerciar con Estados Unidos. El objetivo del presidente argentino es conseguir que Donald Trump dé marcha atrás con el arancel del 10% que dispuso para todas las exportaciones locales, igual que al resto de los países sudamericanos. Sin embargo, esa barrera es un escollo casi insignificante al lado de todos los impactos negativos que la desatada guerra comercial pueden ocasionarle a la economía. Argentina exportó poco más de USD 6.400 millones a Estados Unidos el año pasado. Esta nueva barrera de 10% representa un impacto de USD 630 millones. Se trata de una cifra casi insignificante para la economía, más allá del efecto negativo que puntualmente tenga sobre algunos sectores o productos como el aluminio, el acero y algunos otros bienes en menores magnitudes. Además, tampoco se cierra el mercado, sino que se encarece la exportación, aunque mucho menos que a casi todos los demás países del mundo. La guerra comercial que comenzó Trump con su histórico aumento de aranceles sacudió el tablero mundial. Las consecuencias inmediatas de esta medida ya implican un gran escollo para Argentina. El temor a una recesión global provocó un derrumbe en los precios de las materias primas. El petróleo, por ejemplo, cayó 7% y ya está prácticamente en su menor nivel desde la pandemia: USD 62 el barril. Y la soja cayó otro 3% ante las perspectivas de una menor demanda internacional. El banco de inversión JP Morgan subió la probabilidad de una recesión a nivel mundial del 40 al 60 por ciento. Los precios de las commodities agrícolas y del petróleo, dos puntales de la exportación argentina, cayeron fuertemente REUTERS/Matias Baglietto/ La merma en los valores de las materias primas implica un gran desafío para la Argentina, porque significa un menor ingreso de dólares. Esto podría sentirse al menos parcialmente en la actual liquidación de la cosecha de soja. Pero además habría un efecto negativo en el segundo semestre, que es cuando se espera el grueso de las exportaciones de energía, dado que el país ya tiene una balanza superavitaria desde el año pasado. Los países exportadores de materias primas empezaron a sufrir las consecuencias a pocas horas del anuncio. Como ahora venden productos que tienen menor valor internacional, sufrieron devaluaciones de sus monedas para compensar ese efecto. Países como Sudáfrica, Chile, Colombia, Brasil y Nueva Zelandia soportaron caídas de sus monedas de entre 2,5% y 3% solo el viernes. Desafío exportador Argentina se enfrenta por lo tanto con desafíos adicionales, por razones obvias: se verá afectado el valores de las exportaciones, con el consiguiente efecto en las reservas, y las presiones cambiarias podrían ir en aumento. Si los países emergentes sufren depreciaciones de sus monedas, será más difícil para Argentina evitarlo. La caída de los mercados globales ante el temor a una recesión también representa problemas adicionales para el Gobierno. Al arrancar el año la expectativa pasaba por una compresión del riesgo país a niveles de 400 puntos básicos, superávit fiscal y baja de inflación mediante. La posibilidad de recuperar el acceso a los mercados financieros quedó más lejos, lo que hace a la Argentina más vulnerable y más dependiente del acuerdo con el FMI Pero pasaron cosas. No solo no cayó este indicador clave sino que volvió a niveles superiores a los 900 puntos básicos, en medio de la salida de los inversores de todos los activos de riesgo. Los bonos en dólares fueron también víctimas de este proceso. Esto significa que la posibilidad de recuperar el acceso a los mercados financieros quedó más lejos, lo que hace a la Argentina más vulnerable y más dependiente del acuerdo con el FMI y los próximos desembolsos del organismo para fortalecer las reservas. Un corredor de bolsa observa este jueves, 3 de abril, varias pantallas que muestran la variación de los indicadores bursátiles en la Bolsa de Valores de Nueva York, en Wall Street (NY, EE.UU.). EFE/Justin Lane Algunos rumores en las últimas horas indicaban que el pago inicial que haría el organismo podría ser incluso mayor que los USD 8.000 mencionados por Kristalina Georgieva, que representan el 40% del acuerdo total. Sería una excelente noticia para descomprimir el nerviosismo de los mercados, pero todavía no hay confirmaciones al respecto. La relación de cercanía con Estados Unidos quedará puesta a prueba en las próximas semanas. En primer lugar, a partir de la presión que el gobierno norteamericano pueda ejercer en el directorio para aprobar el acuerdo, con una suma considerable de pago inicial. La negociación por los aranceles será el otro gran exámen. Por ahora, las señales no han sido precisamente amistosas. Trump no recibió a Milei a pesar de su viaje relámpago para recibir un reconocimiento justamente en su propia residencia privada de Mar a Lago. Apoyo condicionado Algunas horas antes, el encargado del gobierno republicano para América latina, Mauricio Claver Carone, había condicionado el apoyo: “No queremos que un acuerdo con el FMI prolongue el swap que Argentina tiene con China. Si hacemos eso nos estamos tirando un tiro en el pie”. La disputa de Estados Unidos con los chinos va en serio. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó así la decisión de aumentar aranceles a nivel global. “Los chinos quieren que la actividad tome más impulso vendiéndonos más a los norteamericanos. Y no vamos a permitir que esa recuperación sea a costa nuestra”. Negociar con Argentina una posible reducción de las barreras arancelarias no parece la prioridad del gobierno norteamericano en este momento Negociar con Argentina una posible reducción de las barreras arancelarias no parece la prioridad del gobierno norteamericano en este momento. Ahora la expectativa es ver de qué manera se desarrollan las negociaciones bilaterales y hasta qué punto Trump estará dispuesto a dar marcha atrás. Hay casos sorprendentes. Por ejemplo el de Israel, que por tener a Estados Unidos como gran aliado geopolítico había definido una serie de medidas para eliminar aranceles a las exportaciones norteamericanas. Sin embargo, fue “castigado” con una barrera de 17 por ciento. La devaluación del real brasileña y de otras monedas aumentará la presión sobre el esquema cambiario argentino REUTERS/Amanda Perobelli/Ilustración Hay otros casos no menos incomprensibles. Por ejemplo, empresas como Nike había mudado su producción a Vietnam para reducir su presencia en China. Pero ahora sucede que el arancel estipulado para Vietnam es de 46%, incluso superior al impuesto a China. La compañía de calzado deportivo fue una de las que más sufrió en su cotización bursátil luego del anuncio. ¿Negociará? En las próximas semanas el mundo estará pendiente de la voluntad que tenga Trump para negociar y eventualmente acomodar o dar marcha atrás a una medida que los entendidos consideran directamente disparatada. “Es de necio pensar que vas a poder encerrar a 350 millones de personas entre muros y dejar de comerciar con el mundo como acaba de resolver Trump”, explicó el ex presidente mexicano Vicente Fox, en una presentación que brindó en un evento organizado por Latin Securities en Punta del Este, con la presencia de más de 1.000 inversores convocados por Eduardo Tapia. En ese mismo encuentro, varios de los principales bancos y fondos del mundo compartieron sus primeras reacciones ni bien se conocieron las exorbitantes subas arancelarias por parte de Trump. La primera que expresaron fue un mayor temor a una recesión global. Luego la expectativa de un salto de la inflación en Estados Unidos este año, que podría pasar del actual nivel inferior a 3% anual hasta el 4,5 por ciento. Pese al salto inflacionario porque los productos que ingresarán a Estados Unidos tendrán que pagar arancel, se espera una seguidilla de disminuciones de tasa por parte de la Reserva Federal, justamente para mitigar una caída mayor del nivel de actividad. Pero la sensación es que todavía es todo demasiado prematuro y no conviene sacar conclusiones de antemano. Queda mucho por delante; el partido recién arrancó y podría tener derivaciones insospechadas.
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