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  • Cómo usar los auriculares de forma segura para evitar la pérdida auditiva

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/04/2025 02:41

    El uso de auriculares se ha normalizado en actividades cotidianas como escuchar música, videojuegos y videos (Imagen ilustrativa Infobae) El uso de auriculares se convirtió en una constante entre niños, adolescentes y adultos a la hora de consumir música, videojuegos y videos. Hoy es habitual que en entornos públicos, como el transporte urbano, haya personas con auriculares insertados o apoyados sobre las orejas. Esa práctica vino acompañada de un aumento en el volumen de escucha, y en ocasiones, las consecuencias para la audición no se tienen en cuenta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió que más de 1.000 millones de jóvenes entre 12 y 35 años corren riesgo de pérdida auditiva por exposición prolongada a sonidos recreativos de alta intensidad. Qué efectos tiene la exposición a sonidos de alta intensidad Con los auriculares de hoy, aumentó la exposición a altos niveles de sonido, especialmente en espacios públicos (Imagen Ilustrativa Infobae) En diálogo con Infobae, Santiago Monsalve, otorrinolaringólogo, profesor de anatomía humana y de otorrinolaringología y médico del Sector Otología del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires (UBA), contó: “La potencia sonora se mide en decibeles. Una persona puede empezar a oír sonidos a partir de un nivel mínimo de decibeles. Pero oír no implica entender”. Por lo cual, para garantizar la correcta discriminación de los sonidos, “muchas veces se requieren potencias sonoras de entre 40 y 60 decibeles durante un diálogo en un ambiente silencioso”, precisó. Más de 1.000 millones de jóvenes entre 12 y 35 años están en riesgo de pérdida auditiva debido a la exposición prolongada a sonidos recreativos de alta intensidad (Imagen ilustrativa Infobae) En cambio, a los 80 decibeles de volumen, el organismo humano dispara un reflejo para evitar lesionar las delicadas células del oído interno, conocido como “reflejo estapedial”. El estribo del oído se contrae y evita la progresión de presión sonora hacia el caracol. La exposición prolongada a una potencia sonora de 120 decibeles es deletérea para el oído. “Genera secuelas en la audición y muchas veces, la aparición de un zumbido conocido como acúfeno o tinnitus”, señaló el médico. Alrededor de los 140 decibeles, la potencia sonora es tal que genera dolor y puede producir una perforación espontánea del tímpano. Cuándo se inventaron los auriculares El oído humano puede tolerar hasta 80 decibeles antes de activar un mecanismo de protección (REUTERS/Lucas Jackson) Los auriculares surgieron a fines del siglo XIX. Su invención respondió a una necesidad técnica de los operadores telefónicos para mantener las manos libres durante su trabajo. Durante la década de 1950, las radios portátiles promovieron su uso recreativo. Más adelante, el walkman los incorporó a la vida urbana en movimiento. En el siglo XXI, la tecnología inalámbrica y los smartphones consolidaron la presencia de los auriculares. Pasaron de ser dispositivos funcionales a objetos de uso personal diario. Los modelos actuales aíslan del entorno, ofrecen experiencias inmersivas y se usan como herramientas de desconexión. Esta transformación en la manera de escuchar incrementó la exposición auditiva, lo que generó riesgos para la salud. Las consultas por pérdida auditiva en edades tempranas ya no son una excepción. ¿Cuáles son los efectos de los auriculares en la salud humana? Exposiciones prolongadas a volúmenes altos con auriculares dañan las células del oído interno (ATREVIA/Europa Press) El impacto directo del uso de los auriculares con un volumen alto recae sobre las células sensoriales del oído interno. Estas estructuras, una vez dañadas, no se recuperan. La pérdida auditiva resulta definitiva. El uso prolongado y a alto volumen genera tinnitus, pérdida de frecuencias agudas, dificultad para entender el habla y sensación de sonidos apagados. Los dispositivos móviles pueden alcanzar 110 decibeles, una intensidad que produce daño en solo cinco minutos. Los dispositivos actuales proporcionan experiencias inmersivas y aislamiento del entorno A partir de los 85 decibeles, el riesgo ya es alto. Los investigadores Gilda y Federico Kalinec, profesor en la Universidad de California, en Los Ángeles, Estados Unidos, explicaron en un artículo en la revista Pinelatinoamericana, de la Asociación de Medicina del Estrés y Psicoinmunoneuroendocrinología, que el abuso sostenido altera el sistema de amplificación coclear. Esto fuerza a las personas a subir más el volumen, lo que incrementa el daño. El proceso, repetido diariamente, lleva a una sordera progresiva. En algunos casos, se verifica que, a los 50 años, la capacidad auditiva equivale a la de una persona de 80. Además del efecto auditivo, existe una dimensión emocional. Los investigadores alertaron que el uso excesivo de los auriculares genera sobrecarga sensorial, fatiga mental y aislamiento social. También pueden ser una vía de escape ante el estrés. Esta estrategia refuerza el daño: cuanto más se los usa, mayor es el deterioro auditivo y emocional. ¿Cómo se deben usar los auriculares sin riesgos para la salud? Para protegerse, la OMS recomienda la regla 60/60: no usar auriculares por más de 60 minutos consecutivos y mantener el volumen por debajo del 60% del máximo que permite el dispositivo (freepik) La OMS promueve la regla 60/60. Significa que el nivel del dispositivo no debe superar el 60% del volumen máximo. Su uso solo debe ser limitado a 60 minutos consecutivos. Esta pauta sirve para que las personas no queden expuestas a los efectos destructivos de los auriculares. “Es importante consultar con un médico especialista en otorrinolaringología ante síntomas tales como zumbidos, mareos, sensación de pérdida auditiva, dolor de oído, supuración. El profesional podrá evaluar correctamente la audición y evaluar la situación de cada persona”, afirmó Monsalve. Los mareos pueden estar asociados a la escucha con alto volumen en los auriculares (Imagen Ilustrativa Infobae) Para obtener un diagnóstico, se debe consultar tempranamente y solicitar un estudio de la audición, que puede incluir una audiometría y una logoaudiometría, que mide la capacidad para comprender y discriminar palabras. Otras consecuencias de la lesión inducida por ruidos incluyen ansiedad, depresión, estrés y aumento de la presión arterial. Esas afecciones deberían ser también tratadas por un profesional. “Se debería tener en cuenta que el oído interno no se regenera. Por eso, cada persona debe desarrollar hábitos auditivos saludables desde la infancia. De lo contrario, las consecuencias serán irreversibles”, resaltó.

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