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» Comercio y Justicia
Fecha: 01/04/2025 02:26
En Argentina, el sistema de salud privada ha evolucionado hasta convertirse en un pilar esencial para millones de personas que buscan atención médica ágil y personalizada. Dentro de este entramado, las mutuales han emergido como actores clave, combinando los principios de la economía social con la lógica del mercado de la medicina prepaga. Estas organizaciones, que históricamente se han asociado al apoyo comunitario y la solidaridad, hoy forman parte del Registro Nacional de Entidades de Medicina Prepaga (RNEMP), regulado por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSSalud), demostrando que la salud también puede gestionarse desde una perspectiva no puramente lucrativa. Un caso reciente que ilustra esta tendencia es el de la Mutualidad Argentina de la Salud (MAS), una entidad mendocina que obtuvo la autorización para operar como prepaga tras un proceso iniciado hace ya un tiempo. Con más de 40 años de trayectoria y 15.000 asociados en Mendoza, MAS se suma a otras mutuales reconocidas a nivel nacional, como Sancor Salud y Federada Salud, que han logrado consolidarse en un mercado competitivo dominado por gigantes como OSDE, Swiss Medical y Galeno. Este hito no sólo refleja el crecimiento de la economía social en el ámbito de la salud, sino también la capacidad de estas organizaciones para adaptarse a las exigencias legales y prestacionales que impone la Ley N° 26.682. Las mutuales que operan como prepagas se distinguen por su origen y filosofía. Mientras las empresas comerciales buscan maximizar ganancias, las mutuales, reguladas también por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), priorizan el bienestar de sus asociados. Sin embargo, esto no las exime de competir en un sector donde la calidad del servicio, la amplitud de la cartilla médica y los costos son determinantes. Sancor Salud, por ejemplo, surgida en 1973 bajo el ala de la cooperativa láctea Sancor en Sunchales, Santa Fe, hoy opera de forma independiente y atiende a más de 700.000 personas, con una red de 300 puntos de atención en el país. Federada Salud, otra mutual destacada, también ha sabido posicionarse ofreciendo planes accesibles y una cobertura sólida. La integración de las mutuales al RNEMP implica cumplir con requisitos estrictos: presentar un reglamento de servicios aprobado por Inaes, demostrar solvencia financiera y garantizar el Programa Médico Obligatorio (PMO), entre otros. Este marco regulatorio asegura que, aunque mantengan su esencia solidaria, puedan competir en igualdad de condiciones con las prepagas tradicionales. Según datos de la SSSalud, las mutuales representan el 11,6% del mercado de medicina prepaga, una cifra significativa si se considera que las sociedades comerciales y las obras sociales con planes superadores concentran el 39,3% y el 36,2%, respectivamente. El caso de MAS en Mendoza destaca por su enfoque local. Con una cuota mensual inicial de $73.000 (actualizable según inflación), esta mutual ofrece cobertura en clínicas como la Santa Isabel y el hospital Español, además de incluir asistencia al viajero y servicios odontológicos. Su aprobación como prepaga refuerza la idea de que las mutuales pueden ser una alternativa viable para quienes buscan calidad sin los costos elevados de las grandes empresas. Aunque no están exentas de desafíos: la inflación, el aumento de los costos médicos y la necesidad de ampliar su infraestructura son obstáculos que enfrentan en un contexto económico adverso. La presencia de mutuales en el mercado de la salud refleja una paradoja interesante: mientras defienden valores de la economía social, como la ayuda mutua y la no exclusión, deben adaptarse a las reglas de un sistema capitalista competitivo. Este equilibrio las posiciona como una opción atractiva para usuarios que valoran tanto la atención personalizada como el sentido de comunidad. En un país donde la salud privada sigue ganando terreno, las mutuales prepagas demuestran que es posible conjugar solidaridad y sostenibilidad, ofreciendo un modelo que podría inspirar nuevas formas de gestionar el bienestar colectivo.
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