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» El Ciudadano
Fecha: 31/03/2025 23:03
Marcos Díaz, el ex rugbier que jugó en Plaza Jewell, fue acusado este lunes de integrar los eslabones superiores de una organización criminal liderada por Julio Andrés “Peruano” Rodríguez Granthon. El titular del Juzgado Federal 4, Marcelo Bailaque, lo indagó bajo la figura de organizador de esta banda –que entre sus integrantes ya fue condenado el ex administrador del Puerto Rosario, Gustavo Shanahan– y que tuvo como actividad principal el tráfico de drogas en la ciudad y alrededores. Díaz, de 42 años, estuvo prófugo por cuatro años hasta este sábado a las 9 cuando el personal de la División Antidrogas de la Federal lo atrapó en un camino rural aledaño a un campo ubicado entre Strobel y Aldea Protestante, en Entre Ríos. De acuerdo con voceros relacionados al caso, el ex rugbier se refugiaba en esa zona que pertenece al departamento entrerriano de Diamante y se presentaba como Rafa Lewis. El sospechoso se negó a declarar en esta jornada en la que el juez Bailaque le atribuyó ser uno de los organizadores junto a Granthon y Facundo “Jirafa” Pérez de una organización criminal integrada por al menos otras 10 personas “dedicada primordialmente al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes -tanto cocaína como marihuana-”. Además, el magistrado lo acusó por llevar adelante otros delitos vinculados con “la disposición permanente de armas de fuego y con el manejo del dinero obtenido como ganancia, en pos de mantener vigente la estructura delictiva”. La investigación La causa que llevan adelante el juez Bailaque junto a la titular de la Secretaria 2, María Victoria Gastellu y el representante en Rosario de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), Matías Scilabra, se conoció hace cuatro años cuando se produjeron allanamientos en búnkers de Villa Banana y en el centro de Rosario. En la zona céntrica, la mayoría fueron departamentos de alquiler temporario. La investigación también determinó que desde ellos «exportaban» la droga para abastecer puntos de venta en Venado Tuerto y Reconquista. También estimaron que vendían unos diez kilos de cocaína por semana. En este sentido, la acusación indicó que Díaz era el encargado de la logística financiera de la banda narco que el Peruano Rodríguez Granthon –piloto de avión que supo hacer negocios con Los Monos– dirigió desde la cárcel federal de Marcos Paz entre abril y mediados de octubre de 2021. Logística financiera Para el blanqueo de capitales y la continuidad del negocio, la organización había diseñado un esquema para cambiar los pesos obtenidos del narcomenudeo por dólares, necesarios para la compra de droga en Bolivia que luego era vendida en Rosario y distribuida a otras ciudades. En esta etapa clave intervenía Díaz. Al ex forward de Plaza Jewell (Atlético del Rosario) le adjudican ser quien dirigía una “cueva” del macrocentro rosarino, en Ovidio Lagos al 400, donde iban a parar los bolsos con los pesos recaudados en los búnkeres y salían otros, menos voluminosos, con dólares. Algunos se trasladaban a las oficinas céntricas de un poderoso financista y hombre de negocios. Se trataba de Gustavo Shanahan. Según la reconstrucción del circuito de blanqueo de la banda de Rodríguez Granthon, Shanahan conseguía los dólares en Buenos Aires para abastecer la cueva de Díaz y a la vez cambiar la divisa por los pesos de los búnkeres en las oficinas que tenía en dos pisos de un edificio de España y Rioja. Organizador En el juicio donde el Tribunal federal 3 de Rosario condenó en diciembre de 2023 a Shanahan a 7 años y al Peruano a 21 años –por unificación de dos penas–, describieron que Díaz trabajaba con Juan Román González, un joven rugbier que se había venido de Venado Tuerto para poder jugar profesionalmente. González fue quien contó que estaba preseleccionado para jugar el Mundial Sub 20 que se hizo en Rosario y que para poder subsistir había empezado a trabajar para Díaz. “A veces iba a cambiar dólares a calle España”, dijo. “¿Llevaba bolsos?”, le preguntó el fiscal. “No me acuerdo. Yo cumplía órdenes de Marcos Díaz”, contestó el acusado. Sobre las armas que encontraron en el allanamiento, respondió que las coleccionaba su jefe, el delantero que la mayor parte de las veces se desempeñaba como pilar. Como pasó con Shanahan, el rol de Díaz no sólo quedó enmarcado en delitos económicos sino que fue señalado como organizador junto al Peruano y Jirafa –la mano derecha del piloto detenido hace dos años en Buenos Aires– en el tráfico de estupefacientes de la banda, lo que agrava su situación penal.
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