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» Elterritorio
Fecha: 31/03/2025 06:38
el Pontífice por séptimo domingo consecutivo envió un texto escrito para la oración del Ángelus, en el que destacó que “la fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos” domingo 30 de marzo de 2025 | 11:30hs. “Vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo”. Aislado desde hace una semana en su casa de Santa Marta, donde regresó después de 38 días de hospital por una difícil neumonía bilateral, el papa Francisco por séptimo domingo consecutivo no apareció para la tradicional oración mariana del Angelus de los domingos, sino que envió un texto escrito en el que se refirió a su convalecencia. Además, como siempre, lanzó llamamientos a la paz en las áreas más convulsionadas del planeta. Francisco, de 88 años, desde que fue dado de alta, el domingo pasado, en Santa Marta sigue con su terapia farmacológica, con su fisioterapia respiratoria, su fisioterapia motora y “hay mejoras en las dos cosas y mejoras también en la palabra”, dijo el viernes Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa del Vaticano. Debido a la oxigenación de altos flujos que necesitó durante la internación, en la cual dos veces estuvo en peligro de muerte, como contaron sus médicos, Francisco está haciendo una terapia de rehabilitación para recuperar la voz. En este marco, otro dato positivo que dio Bruni el viernes pasado es que el Papa está paulatinamente disminuyendo el uso de oxígeno de altos flujos: “Solo lo mantiene durante la noche, mientras que de día utiliza cánulas nasales”, una asistencia más leve. Aunque en forma acotada, porque sus médicos le dieron un alta “protegida” que implica no recibir visitas para que no lleguen de afuera infecciones, también continúa trabajando. Y preparando textos escritos como el del Angelus dominical difundido este mediodía por la Sala de Prensa. Al comentar el Evangelio del día que narra la parábola del hijo pródigo, Francisco destacó que, “así, Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos”. “Queridísimos, vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo”, agregó, refiriéndose a su proceso de convalecencia que deberá durar al menos dos meses, según le prescribieron. “Por eso doy las gracias de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado”, comentó. Acto seguido y como todos los domingos, llamó a seguir rezando por la paz en la “martirizada” Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, “que tanto sufre también por el terremoto”. Pidió especialmente por Sudán del Sur, donde estuvo a principios de 2023: “renuevo mi apremiante llamamiento a todos los líderes, para que hagan todo lo posible por reducir la tensión en el país. Es necesario dejar de lado las divergencias y, con valentía y responsabilidad, sentarse alrededor de una mesa e iniciar un diálogo constructivo. Solo así será posible aliviar el sufrimiento de la querida población sursudanesa y construir un futuro de paz y estabilidad”, dijo. Mencionó también a Sudán, donde la guerra sigue cobrándose víctimas inocentes: “exhorto a las partes en conflicto a que den prioridad a la protección de la vida de sus hermanos civiles; y espero que inicien cuanto antes nuevas negociaciones que puedan garantizar una solución duradera a la crisis. Que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para hacer frente a la terrible catástrofe humanitaria”, indicó. Destacó, por otro lado, que “gracias a Dios, también hay acontecimientos positivos” y mencionó la ratificación del Acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, “que representa un excelente resultado diplomático”. “Animo a ambos países a seguir por este camino”, alentó. “Que María, Madre de misericordia, ayude a la familia humana a reconciliarse en la paz”, concluyó.
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