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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/03/2025 04:58
Una de cada tres mujeres muere cada año por una enfermedad cardiovascular, según datos de la Sociedad Argentina de Cardiología (Imagen Ilustrativa Infobae) Cuando se pregunta acerca de las enfermedades que tienen mayor incidencia en las mujeres, se suele pensar en aquellas que afectan la parte ginecológica, como el cáncer de mama, útero y ovarios. Incluso, los chequeos anuales suelen apuntar a los controles ginecológicos, mientras que los cardiológicos se suelen empezar a hacer con la llegada o después de la menopausia. Sin embargo, una de cada tres mujeres muere cada año a causa de una enfermedad cardiovascular (ECV) y el 45% de las mujeres mayores de 20 años padece algún tipo de ECV, según Go Red For Women, American Heart Association. Solo alrededor del 35% identifica a la enfermedad cardiovascular como su principal riesgo para la salud, a pesar del panorama descrito, de acuerdo a una encuesta de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). La doctora Lucía R. Kazelian, (MN 78379), directora del área Corazón y Mujer de la SAC, explicó: “La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en las mujeres en Argentina y a nivel mundial. La misma engloba a la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular y la enfermedad vascular periférica, en donde la ateroesclerosis juega un rol central”, detalló. Solo un 35% de las mujeres reconoce a la enfermedad cardiovascular como su principal amenaza para la salud (Imagen ilustrativa Infobae) La enfermedad cardiovascular engloba entonces las siguientes patologías: Enfermedad coronaria: según la American Heart Association , es la acumulación de placa en las arterias del corazón, que puede provocar un infarto o un accidente cerebrovascular isquémico. Accidente cerebrovascular: un ataque o derrame cerebral ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre en las arterias que nutren el cerebro, o cuando ocurre un sangrado en el cerebro mismo o en las membranas que lo rodean, según la American Heart Association. Enfermedad vascular periférica: es una afección que se produce cuando los vasos sanguíneos se estrechan, obstruyen o tienen espasmos. Esto puede afectar a las arterias, venas o vasos linfáticos, según John Hopkins Medicine. Ateroesclerosis: es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y en sus paredes. “Esta acumulación se denomina placa. La placa puede causar la reducción de las arterias y el bloqueo del flujo sanguíneo. La placa también puede reventarse y formar un coágulo sanguíneo”, explicó la Clínica Mayo. Las enfermedades cardiovasculares incluyen afecciones como ACV, enfermedad coronaria y enfermedad vascular periférica (Imagen ilustrativa Infobae) Según un estudio realizado por el área de corazón y mujer de la SAC, el grado de concientización sobre ECV en la mujer ha disminuido y ha aparecido en escena la muerte violenta, como la principal causa de muerte percibida. “Así lo demuestra la segunda encuesta realizada en el año 2021, en donde más de la mitad de las encuestadas sigue considerando que la principal causa de muerte en la mujer es el cáncer (62%); los tumores ginecológicos son los más frecuentemente consignados y solo el 34,9% consideró a la ECV”, expresó la doctora Kazelian. Enfermedades cardiovasculares en las mujeres, una urgencia subestimada Muchas mujeres no reciben el tratamiento adecuado a tiempo debido a una brecha estructural en la investigación médica y en la atención sanitaria. A pesar de la dimensión del problema, las mujeres participan con menor frecuencia en estudios clínicos, acceden a menos tratamientos específicos y reciben menos recomendaciones médicas que los hombres. Esta situación se relaciona con el hecho de que la mayoría de los estudios han sido realizados con poblaciones masculinas, lo que provoca que los síntomas cardiovasculares en mujeres sean frecuentemente mal diagnosticados o no tomados en serio. Según un estudio publicado en la revista American Journal of Preventive Cardiology, se podría estar subestimando la estimación de riesgo a 10 años en casos de mujeres que no tienen factores de riesgo tradicionales, como la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo. El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, pero es modificable (Imagen Ilustrativa Infobae) En este sentido, las doctoras Rosa María Ruffa, médica cardióloga (MN 52.316), y Silvia Rosa Lopresti (MN 116286) del área de salud cardiovascular de la mujer en la Federación Argentina de Cardiología (FAC), comentaron, “hasta hace unos años, las mujeres no tenían conciencia del impacto de la enfermedad cardiovascular, fundamentalmente, por el desconocimiento y por la creencia de que la ECV era propia del hombre. Los grandes estudios clínicos incluían un mínimo número de mujeres basados en este concepto”. Conocer los niveles de colesterol LDL y realizar controles médicos periódicos permite a las mujeres evaluar su riesgo cardiovascular de forma más precisa. Este tipo de seguimiento resulta clave para identificar posibles factores de riesgo y actuar con anticipación. “Las mujeres suelen acudir a la consulta ginecológica, pero no es frecuente la consulta cardiológica de rutina. Esto trae aparejado el menor número de estudios y controles que serían útiles para la detección temprana de ECV”, detalló la doctora Ruffa. La detección temprana, junto con cambios en el estilo de vida y un abordaje médico adecuado, puede reducir significativamente la incidencia de eventos cardiovasculares. “La ECV en mujeres es un problema de salud pública significativo. Es importante realizar los controles cardiológicos en forma periódica para poder detectar los factores de riesgo tanto convencionales como los específicos de la mujer y realizar el tratamiento correspondiente de los mismos y de esta forma evitar la aparición de la ECV”, indicó la doctora Kazelian. Factores como la hipertensión durante el embarazo y la menopausia precoz elevan el riesgo de ECV (Imagen Ilustrativa Infobae) Cuáles son los factores de riesgo de la ECV Entre los principales factores que influyen en las probabilidades de sufrir ECV en mujeres, se encuentran la depresión y las enfermedades autoinmunes. Además, ciertas etapas de la vida femenina, como el embarazo y la menopausia, constituyen momentos de especial vulnerabilidad. Situaciones como la diabetes gestacional, la hipertensión durante el embarazo o la menopausia precoz están directamente relacionadas con un aumento del riesgo de desarrollar afecciones cardiovasculares en el futuro. Las doctoras Lopresti y Ruffa aseguraron: “Si bien existen factores de riesgo que son modificables, hay muchos otros que no lo son. Los principales factores tradicionales que inciden en el desarrollo de ECV son hipertensión arterial, obesidad, diabetes, dislipidemia, tabaquismo, sedentarismo, exceso de grasas saturadas, entre otros. Sin embargo, también hay otros factores psicosociales (como nivel socioeconómico y educación), emergentes (como tratamientos oncológicos, estrés, depresión) y únicos (menarca precoz y tardía, menopausia precoz, efectos adversos en el embarazo) que aumentan el riesgo de ECV”. Asimismo, dijeron las doctoras, hay factores que no son plausibles de ser modificados. Entre ellos se encuentran “la historia familiar, edad y genética que también juegan un rol determinante en la predisposición de la ECV”. En los casos de enfermedad cardiovascular prematura, (hombres menores de 55 años y mujeres menores de 50) debe tenerse en cuenta la presencia de una causa genética a descartar. Entre ellas, la presencia de niveles elevados de colesterol LDL debido a hipercolesterolemia familiar”, afirmaron las doctoras. La hipertensión es un factor de riesgo modificable, que se puede controlar con la consulta cardiológica (Imagen Ilustrativa Infobae) El Área de Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología realizó una encuesta en la que participaron 3338 mujeres. Los resultados fueron que el 20,7% presentaba antecedentes de enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular, 1 de cada 3 presentaba sobrepeso, 1 de cada 4 hipertensión arterial y 1 de cada 5 colesterol mayor a 200 mg/dl y casi la mitad refirió un hábito sedentario. La amenaza del colesterol Uno de los factores de riesgo clave en la salud cardiovascular femenina es el nivel de colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”. En los últimos años, la prevalencia de dislipidemia en mujeres aumentó de forma considerable. Se llama dislipidemia a la alteración en los niveles de lípidos en sangre, fundamentalmente colesterol y triglicéridos. Según datos de la encuesta NHANES realizada en Estados Unidos entre 2015 y 2018, el 40,4% de las mujeres tenían colesterol total superior a 200 mg/dL y el 12,1% superior a 240 mg/dL. “Al igual que en el hombre, los niveles de colesterol LDL ideales dependen del riesgo cardiovascular de cada persona, cuanto mayor es el riesgo cardiovascular menor es el nivel de colesterol LDL que deben alcanzar, planteando como objetivo valores menores a 55 mg/dL en pacientes de muy alto riesgo cardiovascular”, sostuvo el doctor Augusto Lavalle Cobo, (MN 122757) tesorero de la Sociedad Argentina de Lípidos (SAL). Conocer los factores de riesgo personales y realizar chequeos médicos regulares son acciones clave para disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares - (Imagen Ilustrativa Infobae) El aumento del riesgo cardiovascular en mujeres después de los 50 años se vincula con un cambio hormonal: la disminución de estrógenos tras la menopausia. Esta pérdida hormonal produce modificaciones metabólicas que incluyen un mayor depósito de grasa abdominal, incremento de los triglicéridos, del colesterol LDL-C y de la lipoproteína (a). Según distintos estudios, antes de esa etapa, las mujeres presentan niveles de lípidos más bajos que los hombres, pero luego de la menopausia se observa un aumento considerable tanto en el colesterol total como en el LDL, lo que eleva de forma importante el riesgo de enfermedad cardiovascular. “El metabolismo de los lípidos está influenciado por diferentes hormonas, dentro de las cuales podemos mencionar a la insulina, la tiroxina y los estrógenos, por ejemplo. Las mujeres al ingresar a la menopausia pierden el efecto de los estrógenos y se incrementan los niveles de la hormona foliculoestimulante (FSH). Los niveles de colesterol LDL se incrementan entre un 10% y 15% presentando además cambios cualitativos generándose partículas que tienen mayor potencial de contribuir a la ateroesclerosis”, afirmó el doctor Lavalle Cobo. Conocer los factores de riesgo personales y realizar chequeos médicos regulares son acciones clave para disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares en la población femenina. Asimismo, en aquellas mujeres de mayor riesgo cardiovascular es importante que se cumpla con las metas lipídicas recomendadas, dijeron los expertos.
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