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» Elterritorio
Fecha: 30/03/2025 03:14
Es una problemática creciente que se hace evidente en todos los municipios. Mientras algunos eligen mirar hacia otro lado, otros dedican su vida a generar conciencia y exigir justicia. No basta sólo con indignarse ante los hechos, es necesario un cambio profundo en todos los sentidos. domingo 30 de marzo de 2025 | 1:30hs. Por amor a los animales, el compromiso de algunos intenta compensar la negligencia, penada por la ley, de muchos, así como la falta de conciencia de la sociedad. //Foto: Joaquín Galiano. Febrero de 2024. Un perro en pésimas condiciones, atado, sin agua ni comida se alimentaba de su compañero en estado de putrefacción en el patio de una casa en un barrio de Garupá. Enero de 2025. Un hombre en el barrio Los Tacuaritas II, de Posadas, quedó registrado en las cámaras de seguridad propinándole reiterados golpes y arrojando a un perro contra la pared. Marzo de 2025. En San Pedro, una adolescente y un niño, bajo la complicidad de su abuela, golpearon con palos y hierros a una perra hasta fracturarle el cráneo, lo que la llevó a la muerte. Son casos cruentos sucedidos en Misiones. Sólo algunos y recientes de los miles que se extienden y seguramente se desconocen en toda la tierra colorada. Y si es doloroso para usted leerlo, apreciado lector, imagine por un momento lo que habrá sido estar en la piel de esos animales que alguna vez fueron mascotas de una familia. En el país y en no todos los municipios misioneros existen legislaciones que intentan proteger a los animales del maltrato y el abandono. En Argentina, la ley 14.346, sancionada y promulgada en 1954; una ley obsoleta como lo considera Adriana Giménez, coordinadora del Instituto de Derecho Animal del Colegio de Abogados. “Aquel ser humano cuya conducta se adecúa a la descripción de la norma, tiene una sanción que es de quince días a un año de prisión, nadie va preso por ese tiempo”, acotó la profesional, quien además brega por que los animales dejen de ser considerados objetos para la ley y pasen a ser seres sintientes y sujetos de derechos. No obstante, también recalcó la necesidad del compromiso de la sociedad en la radicación de las denuncias penales si son testigos de crueldad o maltrato. Se puede hacer en cualquier comisaría de la Policía de Misiones, que tiene la obligación de actuar. En cuanto a leyes, a mediados del año pasado ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto, la Ley Conan, que busca incorporar nuevos delitos bajo las categorías de “actos de maltrato animal” y de “actos de crueldad animal” y endurecer las sentencias y aplicar multas. Pero el maltrato no se traduce solamente en la forma más extrema, que es la física. Es también descuidar, abandonar, no satisfacer las necesidades básicas de alimento, agua y salud, así como obligarlos a trabajos forzosos, como en el caso de los caballos con la tracción a sangre. El abandono y maltrato animal no son actos aislados ni hechos fortuitos: son el reflejo de una sociedad que, muchas veces, elige la indiferencia por sobre la responsabilidad. Cada día, cientos de perros y gatos son dejados a su suerte en las calles, expuestos al hambre, las enfermedades y el peligro. No se trata sólo de animales extraviados, sino de seres que fueron parte de un hogar y, en algún momento, fueron descartados como si fueran objetos prescindibles. Cientos nacen en las calles y en ellas también pierden la vida siendo aún pequeños, porque la falta de esterilización es igualmente la causante de la proliferación y los abandonos. Es una realidad que se repite a lo largo y a lo ancho de la provincia. Es así que en Posadas, un grupo de amigos sostiene la Fundación Tu Mascota es Familia, con la que llevan adelante castraciones y, aunque no son rescatistas, intervienen en algunos casos de crueldad animal. Detrás de cada caso de abandono hay una historia de promesas rotas, de vínculos quebrados y de una decisión que condena a un ser indefenso a la desprotección absoluta. Sin embargo, también existen quienes deciden actuar: rescatistas, voluntarios y organizaciones que, con recursos limitados y un compromiso inquebrantable, luchan contra el abandono y el maltrato, ofreciendo segundas oportunidades a aquellos que fueron traicionados. “Cuidamos a 200 animales, entre gatos y perros, lo hacemos con lo que podemos, la infraestructura no es como nos gustaría, pero como todos saben, es muy difícil construir”, contaron las voluntarias del Refugio de Animales San Roque, de San Pedro, que a diario hacen milagros para mantener y cuidar a quienes son resultado de la desidia de personas irresponsables. En Jardín América, Gisell Sersirg (29) y Belén García (30) son amigas y rescatistas, pero además confían en el rol de la educación para este cambio que la sociedad necesita. Por ello, durante el año pasado realizaron charlas en las escuelas sobre tenencia responsable, una iniciativa que planean replicarla durante este ciclo lectivo. Este informe recoge las voces de quienes están en el día a día poniéndole el pecho a este drama, sus experiencias y sus llamados a la reflexión. Porque el problema del maltrato y el abandono animal no se soluciona únicamente con rescates y adopciones: requiere un cambio profundo en la conciencia social, en la educación y en la forma en que entendemos nuestra responsabilidad hacia quienes dependen de nosotros. nforme de domingo
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