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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/03/2025 20:32
El cansancio intenso que muchas personas sienten en marzo se relaciona con el estrés acumulado y vacaciones que no lograron cumplir su función reparadora (Imagen Ilustrativa Infobae) ¿Es posible sentirse tan abrumados de tareas en marzo que las vacaciones parecen un espejismo que nunca vivimos? A solo tres meses de 2025, para muchos, los síntomas del cansancio parecen acumularse como si estuviéramos a fines de diciembre. ¿Pero es exceso de ocupaciones u otra cosa? ¿Estamos abrumados, cansados o deprimidos? El psicólogo Matías Braslavsky (MN 80606) explicó en una entrevista en Infobae en Vivo que si en diciembre aparecía el agotamiento y el hastío para cerrar el año, ahora esto ocurre apenas comienza 2025. “Marzo es marzo porque viene después de enero y febrero que son vacaciones, y ahí baja la tensión, hay más descanso. Los humanos tenemos la particularidad de ser los únicos animales, no solo conscientes de nuestra existencia, sino también de la necesidad de significarla y de dotarla de sentido”, afirmó. El psicólogo añadió que la imposibilidad de cumplir con todo y la sensación de marzo como un mes insoportable son claros reflejos de esta problemática. Por su parte, la licenciada Analía Tarasiewicz (MN 57898), psicóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y coach laboral, señaló a Infobae que es una sensación frecuente sentirse agotado a principio de año. Burnout y depresión se parecen, pero no son lo mismo, advierten los expertos, de ahí la importancia de consultar a un profesional (Imagen Ilustrativa Infobae) “Marzo es ese mes donde se siente que se arranca “en serio” el año, pero lo que arrastramos no es solo agenda, es acumulación psicofísica y emocional. Venimos de un cierre de año estresante, vacaciones que muchas veces son más logísticas que reparadoras (coordinar, responder mails, cuidar, planificar), y al volver, el entorno laboral exige resultados. ¿Conclusión? Nos encontramos en el tercer mes del año con un cuerpo como en octubre debido al estrés, a pasitos del burnout o la depresión en muchos casos”, declaró la psicóloga. La doctora Alejandra Gómez, médica psicoanalista, psiquiatra, coordinadora del Departamento de Psicosis de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y magister en Psiconeurofarmacología, dijo a Infobae que si una persona continúa cansada o agotada después de haberse tomado vacaciones, es obvio pensar que el descanso que tomó no fue suficiente para relajar mente y cuerpo. “Una posibilidad es que ese sujeto haya descansado y disfrutado, pero al regresar a sus actividades habituales del año, tenga lo que se llama síndrome posvacacional. De nuevo en contacto con obligaciones, presiones laborales, tiempo completo de trabajo, tiene un ‘hastío’ parecido a un estado depresivo: cansancio, ansiedad, anhedonia, malestar general y hasta podría alguna somatosis (se engripa, por ejemplo) Esto es en general un estado transitorio, y se recupera con el paso del tiempo”, describió la doctora. El burnout se vincula al trabajo, surge por estrés crónico y puede requerir tratamiento psicológico o medicación si el agotamiento persiste sin alivio (Imagen Ilustrativa Infobae) Otra posibilidad es que ese sujeto no haya podido “desconectar”, que sea un “workaholic”. “Este término se refiere a un sujeto que tiene una relación adictiva con su trabajo. No puede dejar de hacerlo ni de estar desconectado del mismo, aun en sus tiempos de descanso. Con lo cual inicia el año tan agobiado como antes”. La doctora señaló que también pudo haber empezado sus vacaciones en estado de burnout, “situación de agotamiento, estrés crónico, que se produce por desgaste laboral, de modo tal que las vacaciones han sido insuficientes”. Otra opción es que esa persona haya salido de vacaciones, estando ya deprimido. “En ese caso, es probable que esos síntomas se hayan mantenido durante las mismas: desgano, tristeza, anhedonia, evitar las relaciones sociales o no encontrar placer en ellas. Estar deprimido en vacaciones suele causar un gran sufrimiento, porque la persona se cuestiona: ¿Por qué no puedo disfrutar?, como observa que hacen los demás” expresó Gómez. Tres conceptos diferentes Burnout y depresión se parecen, pero no son lo mismo, advierten los expertos y confundirlos puede llevar “a minimizar lo que nos pasa o a realizar tratamientos erráticos que empeoran o dilatan la mejora”, expresó Tarasiewicz. La depresión no depende del contexto laboral como el burnout, afecta al 5% de los adultos en el mundo y es más común en mujeres, según la OMS (Imagen Ilustrativa Infobae) Según un estudio, una diferencia fundamental entre ambos es que el burnout es específico de cada situación y a menudo está relacionado con el entorno laboral de la persona. Por el contrario, la depresión puede aparecer independientemente de las circunstancias y el entorno de una persona. Estas son las diferencias según Tarasiewicz: Cansancio: “Es una señal sana. Aparece después del esfuerzo y se va con el descanso. Es parte del ciclo natural de la energía. Si dormimos bien, nos desconectamos y recuperamos nuestro eje, es solo eso: cansancio”, indicó la psicóloga. Burnout: es el resultado de un estrés crónico mal gestionado en el ámbito laboral. “No se va con una siesta ni con un fin de semana largo. Levanta la alarma de que algo estructural no funciona correctamente o está en desequilibrio: exceso de demanda, poca contención, desalineación con nuestros valores o simplemente sentir que lo que hacemos ya no tiene sentido”, dijo Tarasiewicz. Y añadió: “Hay componentes clave: agotamiento emocional, despersonalización, desconexión o cinismo hacia el trabajo, y una fuerte caída en la sensación de eficacia. La persona se siente drenada, desmotivada, y empieza a funcionar en modo piloto automático. Puede llegar a estadios graves pero tiene tratamiento psicológico y, en algunos casos, requiere medicación clínica”. Estar deprimido suele generar gran sufrimiento por no poder disfrutar como los demás, y se manifiesta con síntomas como desgano y retraimiento social (Imagen Ilustrativa Infobae) Depresión: es un trastorno mental y del estado de ánimo que puede afectar a cualquier persona. “Las estadísticas dicen que aproximadamente el 5% de los adultos en todo el mundo lo padece. Este trastorno impacta con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres y, en casos graves, puede llevar al suicidio. A pesar de su gravedad, existen tratamientos eficaces para abordar la depresión en sus distintas formas, ya sea leve, moderada o severa”, dijo Tarasiewicz y destacó: “Muchas personas con burnout también tienen síntomas depresivos, y viceversa. Por eso la evaluación profesional es clave”. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del placer o del interés por actividades. “Pueden presentarse varios síntomas más, como dificultades para concentrarse; un sentimiento de culpa excesiva o de baja autoestima; falta de esperanza acerca del futuro; pensamientos de muerte o suicidio; alteraciones del sueño; cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio o de falta de energía”, enumeró la OMS. En la depresión, la persona experimenta tristeza, irritabilidad, sensación de vacío y una pérdida del placer o del interés por las actividades (Imagen Ilustrativa Infobae) “Las diferencias entre el síndrome de burnout y la depresión se vuelven más claras cuando analizamos por qué ocurren”, afirmó en The Conversation Gordon Parker, Profesor Scientia de Psiquiatría, Universidad de Nueva Gales del Sur Sydney. Y aseguró: “La personalidad influye. Nuestro trabajo sugiere que un rasgo como el perfeccionismo aumenta considerablemente el riesgo de sufrir agotamiento. Sin embargo, esta personalidad podría ser menos propensa a deprimirse, ya que tiende a evitar situaciones estresantes y a mantener el control”. El experto describió: “Quienes padecen de síndrome de burnout generalmente se sienten abrumados por demandas o plazos que no pueden cumplir, lo que genera una sensación de impotencia. Por otro lado, quienes padecen depresión manifiestan una baja autoestima. Por lo tanto, en lugar de sentirse indefensos, sienten que ellos mismos y su futuro son desesperanzadores”. Cómo salir de estos estados de insatisfacción Reconocer el agotamiento, frenar a tiempo y revisar hábitos son pasos necesarios para evitar que el estrés desemboque en burnout o en depresión (Imagen ilustrativa Infobae) Primero, reconociéndolos, afirmó Tarasiewicz. “El 90% de las personas que consultan con burnout o depresión laboral no sabían que eso era lo que les estaba pasando. Lo naturalizaron: ‘Estoy cansada, ya se me va a pasar’, ‘Es una mala racha’, ‘Debo exigirme más’. Error. El cuerpo avisa antes de colapsar, pero si lo ignoramos, va a gritar más fuerte”, señaló la psicóloga. En segundo lugar, hay que aprender a funcionar distinto: “Parar, revisar hábitos, trabajar con un profesional, reconectar con el propósito y reeducar la forma en que nos relacionamos con el trabajo”, señaló. Y agregó: “Esto implica intervenir en los patrones de autoexigencia, entrenar habilidades para la nueva era laboral (productividad saludable, enfoque, regulación emocional), y diseñar un plan de acción que respete tanto nuestras metas como nuestra salud mental”. La psicoterapia psicoanalítica, el ejercicio físico, los vínculos sociales y una mejor alimentación ayudan a superar el malestar (Imagen ilustrativa Infobae) Ante estos malestares, la doctora Gómez destacó que cabe preguntarse sobre lo que nos está sucediendo con nuestro trabajo, vocación y compromiso. “Si se está realizando una actividad que se desea o no. Si ese trabajo nos es placentero. También si lo que nos complica es una reconexión con la organización familiar. Si estos síntomas aparecen, siempre es importante indagar las motivaciones inconscientes de los mismos. Una psicoterapia psicoanalítica es de gran ayuda”, manifestó la médica. Y completó: “Es importante considerar los aspectos médicos que pueden estar en juego y realizar un chequeo. Además, es fundamental complementar el tratamiento con aumento de actividad física, de recreación, de creatividad, meditación, fortalecimiento de lazos sociales y obviamente, mejorar el descanso y la alimentación”.
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