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» El Ciudadano
Fecha: 29/03/2025 18:53
Marcos Díaz jugó en sus tiempos juveniles al rugby en Plaza Jewell y llegó a integrar Los Pumitas (el seleccionado sub-20), pero sus andanzas de grande fueron turbias. Ahora de 42 años, está acusado de haberle provisto dólares a la banda del narco peruano Julio Rodríguez Granthon, hoy preso en el penal de Ezeiza. Por eso lo buscaban desde hace cuatro años. Este sábado, efectivos de la Policía Federal de Rosario lo detuvieron en Entre Ríos, cerca de donde se escondía con un nombre falso. Personal de la División Antidrogas de la Federal interceptó a Díaz alrededor de las 9 en un camino rural aledaño a un campo ubicado entre Strobel y Aldea Protestante. Allí, en el departamento entrerriano de Diamante, vivía y se presentaba como “Rafa Lewis”. El ex rugbier fue trasladado a Rosario, donde quedó detenido e incomunicado a la espera de ser trasladado para su indagatoria, prevista para el lunes próximo. Sobre él pesaba una orden de captura desde 2021. Drogas y divisas Díaz está acusado de haber integrado la logística financiera de la banda narco liderada desde la cárcel de Marcos Paz por el peruano Rodríguez Granthon. El grupo, de acuerdo a las investigaciones iniciadas en 2021 a partir de un allanamiento, regenteaba varios búnkeres en Villa Banana y el centro de Rosario, en ese caso departamentos de alquiler temporario. Además, desde estos últimos «exportaba» la droga para abastecer puntos de venta en Venado Tuerto y Reconquista. Estimaron que vendía unos diez kilos de cocaína por semana. Cuevas y financiera Para blanquear las ganancias y mantener la rueda del negocio, la organización había diseñado un esquema que le permitía cambiar los pesos obtenidos del narcomenudeo por dólares, necesarios además para comprar en Bolivia la droga que luego vendían en Rosario y distribuían a otras ciudades. Ahí es donde intervenía Diaz. Al ex forward de Plaza Jewell (Atlético del Rosario) le adjudican ser quien dirigía una “cueva” del macrocentro rosarino, en Ovidio Lagos al 400, donde iban a parar los bolsos con los pesos recaudados en los búnkeres y salían otros, menos voluminosos, con dólares. Algunos se trasladaban a las oficinas céntricas de un poderoso financista y hombre de negocios. Todo se movía bajo las órdenes de Rodríguez Granthon, un piloto que trabajó para la banda Los Monos, pero luego abrió su propio negocio y lo mantuvo incluso desde la cárcel y por teléfono tras ser detenido en 2019. Shanahan y el ex rugbier En la misma causa cayó un apellido de peso, no del submundo periférico del negocio, sino de las finanzas y los negocios. Es Gustavo Shanahan, extitular de la concesionaria Terminal Puerto Rosario. Manejó millones de dólares en inversiones y maniobras financieras para lavar el dinero narco y sostener el flujo de la droga. Antes, en 2015, lo condenaron por otro delito de guante blanco cuya investigación se inició en España. Lo acusaron de recibir un soborno millonario de parte de Jordi Pujol Ferrasola, el operador financiero de la terminal portuaria. El clan Pujol había adquirido en 2007 el 30% del puerto fluvial rosarino, por lo que declaró haber pagado la ridícula cifra de 335.506 euros cuando el paquete estaba valuado en más de 5 millones de euros. Shanahan era, según la reconstrucción del circuito de blanqueo de la banda de Rodríguez Granthon, quien conseguía los dólares en Buenos Aires para abastecer la cueva de Díaz y a la vez cambiar la divisa por los pesos de los búnkeres en las oficinas que tenía en dos pisos de un edificio de España y Rioja. Por eso, lo condenaron en 2023 a siete años de prisión. Según se ventiló en el juicio que acabó con la banda condenada, para Marcos Díaz trabajaba Juan Román González, un joven rugbier que se había venido de Venado Tuerto para poder jugar profesionalmente al deporte que ama. González fue quien contó que estaba preseleccionado para jugar el Mundial Sub 20 que se hizo en Rosario y que para poder subsistir había empezado a trabajar para Díaz, quien nació en la localidad bonaerense de Lincoln pero es rosarino por adopción. “A veces iba a cambiar dólares a calle España”, dijo. “¿Llevaba bolsos?”, le preguntó el fiscal. “No me acuerdo. Yo cumplía órdenes de Marcos Díaz”, contestó el acusado. Sobre las armas que se encontraron en el allanamiento, respondió que las coleccionaba su jefe, el delantero que la mayor parte de las veces se desempeñaba como pilar, aunque a veces lo hacía como hooker, en la primera línea del scrum. Cuatro años Shanahan fue condenado junto a otros varios integrantes de la organización durante el mencionado juicio que se desarrolló un año y medio atrás, donde el piloto peruano dejó una célebre frase al preguntarle el fiscal el origen de los billetes verdes: “¿Usted no escuchó lo que dijo Milei? El peso argentino es excremento, cualquiera con dos dedos de frente ahorra en dólares”. Tras el debate oral, la sede Rosario de la Procuración de Narcotráfico (Procunar), bajo la dirección de Matías Scilabra, continuó buscando a Díaz. Y luego de cuatro años, descubrió dónde se escondía: lo encontraron a menos de dos horas en auto de Rosario, entre las localidades entrerrianas de Strobel y Aldea Protestante, a donde se llega por la conexión Rosario-Victoria y luego la ruta provincial 11.
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