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Concordia » El Heraldo
Fecha: 29/03/2025 18:29
Pero si una mujer tiene un amigo, o un varón una relación amistosa con una chica, pasa a convertirse en un problema complejo para la pareja. Se sospecha que algo tiene que haber, la desconfianza está latente, entreviendo que hay algo más, que no cierra para nada, más allá de la mera amistad. Aunque existan casos de amigos del sexo opuesto que tuvieran una relación amorosa, la armonía de la pareja se edificará en la confianza que se tenga del compañero, ya que, los celos corroen la relación. Se puede reflexionar seriamente que la amistad que se tenga con una persona del sexo opuesto, generalmente viene de tiempo atrás, que lo que existe son sentimientos orientados en mantener esos vínculos provechosos, valorables y que el sexo no tiene injerencia en esa relación. Serán sentimientos genuinos, que se quieren como amigos, que no se quieren cortar los lazos de amistad, y se tendrá que poner de manifiesto con la persona que queremos compartir la alcoba y los sentimientos de amor, son con los de nuestra pareja amorosa. Existen prejuicios en lo concerniente a la amistad con alguien del sexo opuesto, se piensa generalmente mal del otro, se lo toma como un competidor, como alguien que en cualquier momento dará el zarpazo y se llevará el amor del ser querido. Se puede afirmar que se puede tener amigos de distinto género, porque se comparten sentimientos positivos, que son una relación amistosa y sincera, que se pueden compartir sentimientos y pensamientos. Que muchas veces esos no se pueden expresar a la propia pareja ya sea por miedo, o por vergüenza. En los casos en que la amistad se extienda a una infidelidad, se debe razonar que, si ésta se manifiesta, en las mayorías de los casos es con una persona cercana al entorno del infiel. Y muchas veces los amigos de la pareja son ideales para la traición sin levantar sospechas. Las mujeres son más pasionales, se involucran afectivamente más que los hombres en las relaciones. Cuando una mujer engaña, lo hace desde este punto, pero también se debe precisar que para ocultar una infidelidad son mucho más racionales y frías que los hombres. No dejan, o tratan de no dejar detalles librados al azar. Se cuidan de que no existan rastros, donde se las pueda reprender por su engaño. Manejan con destreza el momento incómodo posterior al engaño y afrontan sin cometer falta alguna el estar con su pareja luego del desfalco. El hombre en cambio duda, no sabe si darle un beso en la boca o no, se huele, se observa que no queden evidencias y por ende, lo hacen más vulnerable a que lo descubran. La amistad con alguien del sexo opuesto es posible y hasta saludable, debemos tener en claro con quién compartimos nuestra vida. Y si algo malo ocurre, no es por culpa de la amistad, si no que será por la confluencia de muchos factores intangibles que es imposible determinar o evaluar cuando se comienza una relación de pareja. Solo el tiempo nos dará esa respuesta.
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